Tipnis

No es más de baja intensidad

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La violencia vista en esta jornada y mostrada por los canales de la TV no es más de baja intensidad. La Paz, Santa Cruz y Cochabamba fueron campos de batalla que desmentían la idea de que en Bolivia los conflictos en curso son de menor intensidad. Casi toda la red troncal de carreteras experimentaba bloqueos.

Piedras contra gases lacrimógenos tronaron en Puerto Pailas, una de las poblaciones de las afueras de la ciudad de Santa Cruz. Los vecinos denunciaban airados que los gases habían caido incluso en escuelas, aterrorizando a niños, a quienes se les suele enseñar que la policía es la representación de la seguridad de la población. La fuerza policial se impuso y consiguió levantar el bloqueo establecido personas de los servicios de salud, en huelga indefinida desde hace más de un mes. Los heridos de la policía eran tres. No se conocía cuántos heridos hubo entre los manifestantes.

En la autopista principal La Paz-El Alto también se desencadenó una batalla campal cuando la policía decidió dispersar a médicos, estudiantes de medicina y funcionarios de salud que bloqueaban el lugar.

En Cochabamba, las imágenes parecían las de una poblada que la policía intentaba contener. Los protagonistas eran los mismos: empleados del sistema nacional de salud y estudiantes, frente a la fuerza policial que no ahorró descargas de gases lacrimógenos.

Los bloqueos iban a extenderse al sur, en las próximas horas hasta afectar inclusive localidades fronterizas con Argentina. Parecía que toda Bolivia –o gran parte del país-  estaba en los momentos más agudos (¿?) de una convulsión generalizada.

Eran los momentos extremos de una crisis, como una olla de presión en pleno estallido. No había un conteo oficial de víctimas, salvo la de los tres policías, incluso un coronel, en Santa Cruz. Dos hechos más se sumaron a la jornada. Sobresalía la voluntad de los marchistas del TIPNIS rumbo a La Paz de continuar su recorrido, a pesar de las amenazas de pobladores de San Ignacio y de otros lugares con fuerte presencia oficialista de someterlos privándolos de agua y alimentación. Hasta ahora, en dos semanas de caminata, los marchistas no han sido frenados ni por el frío ni por el fango de los deteriorados caminos del norte y oriente bolivianos. Esta noche sus dirigentes aseguraron que su ánimo de continuar el trayecto en paz no sería doblegado.

No menos explosiva, por los inevitables peligros que encierra, fue la decisión de la Central Obrera Boliviana (COB)  de apoyar al sector salud en sus demandas y de rechazar el aumento salarial del 8% ofrecido por el presidente Morales el 1 de mayo. La organización decretó un paro general de 72 horas, del miércoles al viernes de la semana próximo. Al concluir este paro, habría una reunión para decidir un paro nacional indefinido. Para el lunes y el martes está previsto un paro del transporte.

Esta noche, era cada vez más insistente la pregunta para la que no había respuesta: ¿Qué vendrá después?

Ruptura

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Quienes creían que habría una solución para la ruptura entre los nativos del oriente boliviano y el gobierno del presidente Morales tuvieron el jueves 15 por la noche una decepción. Concluía la reunión de dirigentes de la CIDOB, Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano,  con un acto en la Plaza 24 de Septiembre, y los discursos y las canciones dieron la tónica del cisma entre la CIDOB y el gobierno del presidente Morales. Desde el 25 de septiembre, ambos marchan por lados opuestos.

Escuchar las canciones del cantautor cruceño Gustavo Rivera, y las frases en forma de coplas que lanzaba contra algunos de los ministros del gobierno y contra el propio presidente, eran suficientes para reconfirmar la ruptura irremediable gobierno-nativos, manifiesta el 25 de septiembre, día de la paliza de la policía a los nativos que marchaban hacia la Paz.

Había unos pocos centenares de personas, entre dirigentes, miembros de CIDOB y asistentes, entre los que estuvieron el prefecto Rubén Costas y el líder Cívico Herland Vaca Díez, que aplaudieron a  los que pronunciaban discursos y anunciaban una nueva reunión a principios de enero. Algunos dirigentes nativos vestían sus mejores atuendos. Justa Cabrera, la dirigente guaraní que dio voz al movimiento indígena desde el oriente, vestida con un tipoy rojo, bailó en la tarima tonadas al son de flautas acompañada de la mano del también cantautor Luis Rico. La letra y música de la cueca “Coraje”  compuesta por Rico unieron al país que  cantó a  los marchistas durante  el recibimiento que tuvieron al llegar a La Paz a fines de octubre.

Con el mandato de la reunión que acababan de concluir, los oradores que alcancé a escuchar anunciaron que seguirán movilizados en defensa de la “madre tierra” y del Tipnis, y que  mantendrán la campaña internacional que llevan contra esa obra.

El gobierno también concluyó su cónclave de movimientos sociales en Cochabamba, y anunció una segunda parte para la primera quincena del mes entrante, durante la cual espera definir sus próximos planes de acción.

La disconformidad del gobierno con la suspensión de la obra, y la determinación de los nativos de impedirla, nos anuncian un enero más caliente.

Comparaciones absurdas

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La ministro de Justicia Nilda Copa estrenó esta semana una argumentación que dejó boquiabiertos a muchos. En el afán de minimizar la acción policial y de exculpar a quienes intervinieron en la represión de la marcha de nativos del TIPNIS el 25 de septiembre, afirmó que la tarea de la policía fue exagerada por los medios de comunicación. Es decir, los palazos, los amordazamientos y el arrastre de nativos como bultos con las cabezas colgando, inertes y sometidos al músculo policial, fueron exagerados. ¿Cómo? No lo explicó. Su argumento mayor fue que hubo en el pasado otras acciones represivas peores, con el cual parecía exorcizar la represión policial. “Yo tengo ahí cerca los videos, cómo se perseguía a la compañera Silvia Lazarte, por ejemplo. Entonces, para mí no es nada (la represión del TIPNIS) comparada a estas grandes desventajas de humillación, cuando, en el pasado, ningún hombre, ninguna mujer podía defenderse”, dijo, citada por La Prensa. Las declaraciones las hizo en La Paz.
Cualquiera en otras latitudes le habría replicado: También nosotros tenemos videos de la represión de Hitler. Y de la del general Pinochet. Eso no exime a nadie de responsabilidad en la conculcación de los derechos humanos. Pues bajo esa argumentación, toda atrocidad inferior a la que practicaron Nerón o Atila «no es nada». E inclusive podría servir de argumento a quienes atentaron contra los derechos de la señora Lazarte. Pues, en la novísima doctrina sobre la violencia, antes hubo casos peores y la (o las) que ella sufrió habrían sido «nada».
Al intentar hacer comparaciones, la ministro ha intentado establecer un “represómetro”. Los cristianos devorados por las fieras podrían representar la máxima intensidad represiva. Toda acción inferior a ésa sería exculpada. Por favor. Menos mal que no todos razonan en el mundo con la lógica (¿?) de la ministro. ¿Qué tal, entonces, trasladar la misma lógica de la ministro a las guerras? Diríamos que guerra fue la que libraron los Estados Unidos y Japón con lanzamiento de bombas atómicas. Todas las otras guerras habrían sido “guerritas”. No habrían sido nada.

Una pregunta

El ex Ministro del Interior Sacha Llorenti ha dicho que cree que la fiscalía que investiga la represión policial lo liberará de toda responsabilidad pues “es obvio” que habría habido una ruptura en la cadena de mando (el presidente al ministro, el ministro a sus subordinados, entre ellos el jefe policial, etc.) ¿Dónde se rompió? ¿Quién representa al eslabón de la ruptura? Parece que no lo dijo. Pero, en todo caso, sería interesante determinar si es cierta la afirmación de uno de los subordinados del ex ministro en sentido de que en el campo de la represión recibía frecuentes llamadas del superior pidiendo que se lo actualizase sobre el curso de la operación. En esta versión, hast ese momento la cadena continua intacta. Y esas llamadas deberían ser fácilmente identificables, pues los teléfonos celulares las guardan. Recuerdan las llamadas telefónicas en el teléfono de Eduardo Rózsa Flores? Estaban allí. El fiscal las encontró y han sido parte fundamentalísima de su argumentación acusatoria.

El informe completo del Defensor

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En un batacazo periodístico, la red de emisoras rurales Erbol, que agrupa a más de 300 radioemisoras, puso en su página web el texto completo del informe de la Defensoría del Pueblo sobre el ataque de la policía a la marcha de los nativos del Tipnis, hace dos meses. La Ministra de Transparencia Nardi Suxo dice que el informe de 122 páginas no es de cumplimiento obligatorio para el gobierno, pues no se trata de decisiones “vinculantes”. El ex defensor Waldo Albarracín dice que sí lo es.

Mientras se debate elcumplimiento o incumplimiento de las sugerencias del informe, el gobierno no desiste de la idea de construir la obra. El documento es contestado por los «colonos», en su mayoría cocaleros, que afirman que  no fueron consultados por la Defensoría, y por los habitantes del lugar, los que marcharon entre agosto, septiembre y octubre hasta La Paz, todavía temerosos de que el lugar se vuelva  una ampliación de la frontera de la coca.

Lean Uds. el documento para formarse una opinión sobre el trabajo  desempeñado por la defensoría. Esta es la página en cuyo final aparece el informe.

El TIPNIS otra vez al rojo vivo

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El presidente y su gobierno declarados enemigos de los nativos amazónicos,  del oriente y el chaco 

Los nativos del oriente, el Chaco y la región amazónica declararon al presidente Evo Morales y su gobierno enemigos de las naciones originarias y dejaron expuesta su decisión de volver a marchar hasta La Paz si el mandatario  insiste en llevar adelante el proyecto a pesar de haberlo cancelado a fines del mes pasado. La decisión de los nativos, reunidos en una asamblea en Santa Cruz, quiebra formalmente el frente campesino que llevó al presidente Morales y al Movimiento al Socialismo al gobierno en las elecciones de 2005.

Dirigentes de los 34 pueblos indígenas del oriente, norte y sur de Bolivia se declararon en “vigilia permanente” para defender el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro-Sécure, ahora universalmente conocido por sus iniciales TIPNIS, cuya supervivencia como lugar preservado estaría amenazado otra vez por el proyecto del gobierno de construir una carretera que lo atravesaría por el medio. El proyecto carretero es financiado por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil.

Una  versión de la decisión, tomada en Santa Cruz,  sede de la CIDOB, fue ofrecida esta noche por la agencia informativa Erbol, el sistema que interconecta a más de 300 emisoras rurales. La posibilidad de  una nueva marcha hacia la sede del gobierno fue anunciada por el principal dirigente de la CIDOB, Adolfo Chávez.  No había esta noche, hasta las 22:00 horas, ningún comentario oficial sobre las decisiones de los nativos, que descaracterizan la noción oficial de que la administración del presidente Morales representa a todos los sectores indígenas bolivianos y sus intereses.

El gobierno se enfrenta ante el que sería el peor desafío en sus seis años a cargo de la administración del país. Los dirigentes expresaron exasperación con el presidente Morales, quien, inesperadamente,  a poco de haber suscrito la ley que cancelaba el proyecto, volvió a la carga y, ante los reclamos de sectores rurales que se beneficiarían con el trazado original de la obra, les sugirió que presionen por ella. La sugerencia no cayó en oídos sordos y el gobernador de Cochabamba, del partido de gobierno,  informó que están en marcha actos de protesta contra la presión de los nativos que llevó a la cancelación del proyecto y por su realización apesar de la cancelación mediante ley refrendada por el presidente.  Dirigentes del Tipnis dijeron que el presidente Morales buscaba una confrontación entre nativos. De hecho, ya existe una rivalidad sin remedio entre cocaleros colonos en polaciones del Tipnis y los nativos del lugar. Mientras los primeros procuran ampliar las fronteras de cultivo de coca, los segundos quieren proteger su territorio de los sembradíos que generan coca mayormente destinada a la fabricación de cocaína.

Los nativos marcharon hasta La Paz durante más de 60 días, en un movimiento que conmovió al país. El septiembre, una fuerza policial los apaleó en medio camino de una manera brutal y tomó presos a varias decenas de marchistas en una tentativa de detener la marcha. Las imágenes de la intervención de la policía causaron indignación nacional. Nadie ha asumido la responsabilidad de haber ordenado la intervención policial y  una investigación sobre el episodio aún está en curso. La marcha no se detuvo y al llegar a La Paz fue recibida por cientos de miles de paceños que salieron a las calles a darles una apoteósica bienvenida de una magnitud raras veces vista en la historia boliviana. Dos días después el presidente Morales firmó una ley que cancelaba el proyecto carretero original.

Perdedores

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El comentario que sigue viene de un Agente Pastoral de la Comisión Pastoral de la Tierra (dependiente de la Conferencia Nacional de Obispos), de Brasil. Esa comisión ha sido defensora intransigente de los derechos de los pueblos indígenas en su país.  El autor es Gogó RobertoMalvezzi. Con el titular de «Evo perdió, Lula perdió, perdió el BNDES, perdió Brasil», el artículo recuenta rápidamente la historia reciente del TIPNIS.
«Los simpatizantes del gobierno de Evo Morales reaccionaron perplejos ante el ataque violento del gobierno boliviano a la marcha indígena contra la carretera que corta la reserva TIPNIS. Esa simpatía está en todo el mundo, no sólo en Bolivia. Sin embargo, los brasileños…somos acusados por los propios marchistas de ser los más interesados en la carretera. En verdad, ella respondería especialmente a los intereses del agronegocio brasileño que mira a los puertos del Pacífico.»

«Financiada por el BNDES, la obra tuvo a Lula como propagandista de la OAS para convencer a Evo.»

«Las naciones indígenas, con sus tradiciones milenarias, no se comportan políticamente como dice el manual marxista-leninista de táctica y estrategia. Mucho menos con oportunismo. Ellos no forjan alianzas para descartarlas al día siguiente, según conveniencias del poder. Al contrario, el elemento clave de sus alianzas es la confianza. Y no se abandona a  un aliado por conveniencia.  Traicionada, difícilmente esa confianza puede ser restablecida.»

«Lo que se vio en Bolivia fue la lógica de la sabiduría indígena ; es decir, Evo tiene que respetar la alianza que lo llevó al poder, no el pueblo respetar los intereses de su gobierno.  El pueblo indígena fue a las calles y se lo reprimió violentamente. El gobierno dio marcha atrás y pidió perdón, declarando al TIPNIS intangible. Sólo el futuro dirá si esa actitud será suficiente para restablecer la confianza recíproca, o si la historia seguirá por otros rumbos.»

¿Otra vez?

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Veo en El Mundo, via Agencia Fides y Erbol, y El Deber, conglomerados mayores de noticias de Bolivia, que el presidente Morales no ha desistido de construir la carretera por el Tipnis.

El presidente habló este jueves ante colonos. Puede parecer una jugarreta, pues  las expresiones del mandatario abren la posibilidad de que, por falta de consecuencia, no se crea más en su palabra ni en los actos del gobierno. Porque es la fe del gobierno la que es puesta en juego con este zigzagueo.

La crónica de El Mundo (www.elmundo.com.bo) cita al presidente diciendo ante organizaciones campesinas y de colonos en San Ignacio de Moxos: “Tal vez mi error fue no  haber venido acá, durante la marcha, a escucharlos a ustedes, pero también es su responsabilidad hacerse escuchar con el pueblo boliviano. Lamento mucho que algunos compañeros velen por sus intereses políticos y económicos y no así por los intereses del Beni; ahora es decisión de ustedes”; exijan a sus dirigentes y a sus representantes en el parlamento la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos para que atraviese por (sic) el territorio indígena del Tipnis”, manifestó Morales.

El Deber (www.eldeber.com.bo) dice que la Iglesia Católica, a través del cardenal Julio Terrazas, espera que el gobierno respete el acuerdo con los nativos del Tipnis.

El canciller David Choquehuanca terció en el súbito enturbiamiento del affaire Tipnis al sostener (también en El Deber) que «posiblemente ni los mismos indígenas hemos tenido la capacidad de escuchar el rugir del jaguar de la selva verde de esta marcha”. La frase parecía una confesión que también involucraba al presidente Morales.

Desde mi rincón digo que este zigzagueo nos invita con urgencia al diván del sicólogo. A todos.

Y esta noche del 12 de noviembre agrego: el presidente se ha olvidado de la CPE, que protege al Tipnis. Y también de los convenios internacionales suscriptos por Bolivia. Es allí, entre otros pilares, que se asentó la fortaleza de la marcha de los Tipnis y de la simpatía que despertaron en  Bolivia y en toda latitud del mundo en sintonía con las causas ambientalistas. Parece que hay muchos que no lo han entendido.

Periodistas preguntan: ¿Quién dio la orden?

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El siguiente parte informativo llega de la Asociación de Periodistas de La Paz:

La Asociación de Periodistas de La Paz, APLP, pidió hoy al Ministerio Público preguntar al Vicepresidente Álvaro García Linera quien dio la orden de reprimir con brutalidad y violencia la marcha de indígenas que defendían el TIPNIS, el domingo 25 de septiembre.

“Si la Fiscalía tiene la intención de establecer responsabilidades por la represión contra los indígenas en Yucumo, debería preguntar al Vicepresidente García Linera, quien dijo claramente que sabía quien dio esa orden”, dijo el presidente de la APLP, Pedro Glasinovic.

El dirigente de los periodistas advirtió además que la Fiscalía pretende distraer a la opinión pública del tema de fondo de la investigación que en realidad se resume a determinar quién es la autoridad responsable por la represión contra los indígenas.

“Los periodistas han cumplido con su deber al informar y si no se hubiera informado quizás el pueblo boliviano ni la opinión pública internacional hubieran conocido jamás de la represión contra los indígenas”, dijo Glasinovic.

El Presidente de la APLP dijo que no atender la conminatoria de la Fiscalía sería considerado como un acto de “desacato”, pero también hizo notar que “el periodista tiene derecho a acogerse al silencio”.

Hizo notar además que la Constitución Política del Estado y la Ley de Imprenta en vigencia reconocen el “secreto en materia de imprenta” y recordó que al convocar a los periodistas se repite la misma actitud de otro fiscal que cuando se reveló el denominado “videosoborno” del caso Rozsa, convocó al periodista que difundió esa información y no al supuesto “sobornador».

Nota: La declaración de Pedro Glasinovic fue a propósito de la decisión de un fiscal de convocar a los periodistas y camarógrafos que cubrieron la marcha de los nativos y simpatizantes del Tipnis dentro de las averiguaciones sobre la violenta intervención de la policía sobre esa marcha, el 25 de septiembre pasado.

Justa Cabrera: La orden la dio el presidente

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La orden para intervenir la marcha del Tipnis provino del presidente Evo Morales, aseguró a este blog Justa Cabrera, la dirigente guaraní que preside la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (CNAMIB), con sede en Santa Cruz.

La dirigente, hasta hace no mucho tiempo una firme defensora del gobierno, dijo que la información la tuvo el mismo día de la intervención, el 25 de septiembre, cuando se disponía a asistir a un programa televisivo a cargo del ex prefecto de Cochabamba, Rafael Puente. “Hay una persona…un senador indígena que (también) iba a participar de un programa televisivo. (El me) dice que lo llamó el Ministro de Gobierno y le dice: la orden la dio el presidente.” La cadena de órdenes siguió hacia el Ministro de entonces, Sacha Llorenti, y luego al comandante de la policía, me dijo la dirigente.

Le pregunté por la identidad  del senador. Su respuesta fue: “Prefiero no involucrar. Él me dice (el senador, durante los momentos previos al programa) que estaba indignado… (y que) eso no debería ocurrir en este gobierno. La intervención no debía ser brutal”.

Hasta ahora, la participación del presidente en  los sucesos que derivaron en la paliza brutal sobre los marchistas que indignó a gran parte del país era sólo una especulación y, que yo sepa, nadie había apuntado tan directamente al presidente. Se suponía, sin embargo, que un hecho de la magnitud del que ocurrió el 26 de septiembre no podía haber sido desencadenado sin el conocimiento o la aprobación del presidente, pero nadie lo había afirmado públicamente.

La dirigente Cabrera, una mujer de 56 años, madre de cuatro hijos, afirmó también que no era la primera vez que hacía aquella afirmación y que lo había hecho en entrevistas con algunos medios. El presidente, según dijo, “no escucha, no ve las noticias”. Y que hacía pocos días había dicho, dirigiéndose al presidente: “No te niegues…”

No he sabido de respuestas de autoridades a la dirigente indígena. Todas han negado que hubiese existido una orden específica como describe la dirigente  indígena. A raíz de la represión a la marcha renunció primero la Ministra de Defensa, Cecilia Chacón, y luego otras autoridades, incluso la directora Nacional de Inmigración, María Rene Quiroga, expresando su disconformidad con lo ocurrido con los indígenas de la marcha del Tipnis (Territorio Indígena Parque Nacional isiboro-Sécure). Después renunció el hasta entonces ministro Llorenti, una de las piezas más fuertes en el gobierno.

La dirigente también dijo que algunos de sus compañeros golpeados habían percibido que el acento de algunos de de sus represores no era boliviano, ni camba ni colla. Agregó que había observado que, durante los días que estuvo con los marchistas tras la iniciación del bloqueo que cerró a los marchistas el paso hacia el arroyo Chaparina, había personas con las cabezas cubiertas por capuchas blancas que marchaban detrás de las columnas delanteras de la policía.

La represión y  las imágenes de la acción policial sacudieron al país y acrecentaron las simpatías por la causa de los nativos, que recibieron en La Paz una de las mayores bienvenidas de la capital política de Bolivia,  y determinaron que el presidente diera marcha atrás en el proyecto de construir el tramo carretero que partiría el Tipnis.

En respuesta a una pregunta, la dirigente afirmó que la represión de septiembre había determinado una ruptura de los indígenas del oriente con la cúpula del gobierno, no con sus bases.

Es una situación irreversible? , le pregunté.

«Es irreversible.  Porque, mire,  aquí, en estas oficinas, nos patearon los del comité cívico (pro Santa Cruz), el 2008,  por defender al presidente. Por eso dije en una intervención: Qué ironía, Evo Morales… El 2008 los jóvenes de la Unión Juvenil Crucenista (*)  nos patearon por defender el proceso de cambio. Qué ironia que para los mismos del comité (pro Santa Cruz ahora)  nos estén apoyando para defender nuestros derechos y la dignidad de los pueblos…Ellos actuaron solidarios con nosotros» (durante la marcha). «Nos dieron medicinas, alimentos, agua».

(*)  Esa organización juvenil era espada y escudo del comité, la principal  institución cívica de Santa Cruz . Dejó de operar a causa de  la persecusión que sobre sus dirigentes lanzó el gobierno, entre 2008 y 2009.  Unos acabaron en el exilio, otros dejaron de actuar y otros decidieron pasar a las filas del oficialismo.

Marchista del Tipnis citada a declarar

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Ampliación

La Secretaria de Tierra, Territorio y Autonomía de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (CNMIB) ,  Wilma Mendoza Miro, ha sido citada a declarar por la fiscalía que investiga los sucesos del sábado 24 de septiembre, cerca de Yucumo. En total, unas diez mujeres involucradas en el episodio del 24 de septembre han sido convocadas a declarar.

En la mañana de ese día, la dirigente fue una de las protagonistas de la acción del grupo femenino que forzó al canciller David Choquehuanca a acompañarlas y romper el bloqueo que impedía a los marchistas del Tipnis llegar hasta el arroyo Chaparina y abastecerse de agua. La acción disparó la represalia policial cuya brutalidad indignó al país y acabó pavimentando el camino para que la marcha consiguiera su propósito de llegar hasta La Paz y doblar el brazo del gobierno. Los marchistas lograron que el presidente Evo Morales reviritiese su decisión de construir la carretera que habría partido en dos el territorio Indígena parque Nacional Isiboro- Sécure y cancelase el proyecto de manera definitiva.

La propia dirigente me lo dijo este jueves y me aseguró que iría a La Paz para ofrecer el testimonio de su participación en el episodio que precedió a la paliza policial a los marchistas. “Voy a ir”, me dijo la dirigente de 37 años, natural de la población de Covendo, al norte de La Paz. “Querían (la fuerza policial que intervino la marcha el 25 de septiembre) agarrarnos a todos, llevarnos a Trinidad y detener la marcha”,  dijo en una entrevista.

El público podrá saber en detalle toda la historia de esa jornada, pues la dirigente fue una de las que frenó el paso del canciller que iba a abordar el vehículo que lo  había llevado hasta el lugar y actuaba como mediador entre los marchistas y los colonos que, con cientos de policías ubicados en medio de los dos grupos, cerraban el avance de la marcha al no permitir a nativos llegar hasta el arroyo, saciar la sed, asearse y continuar el recorrido de más de 600 kilómetros hasta La Paz.

La dirigente explicó que en los forcejeos con la policía, que con sus escudos procuraba detener el avance de los marchistas que romperían el cerco en que se encontraban, un oficial de la policía fue arañado en un lado del rostro.  La resistencia de los policías fue doblegada a empujones por los marchistas que, tras abastecerse de agua, siguieron su recorrido, hasta acampar en el pueblo de Yucumo.  Allí serían sorprendidos al día siguiente por cientos de policías que  intententaron detenerlos. La intervención policial resultó inusitadamente brutal y las imágenes divulgadas por la televisión y las fotografías publicadas por los medios impresos  indignaron al país. La población de La Paz, la capital, les ofrecería semanas más tarde una bienvenida apoteósica con cientos de miles de personas que los aclamaron en las calles. Fue una demostración de magnitud raras veces vista en la historia boliviana.

La gestión emprendida por el canciller Choquehuanca se prolongaba en consultas con uno y otro  lado, con su afirmación de por medio de que la gestion que realizaba era sólo para mediar entre Tipnis y colonos (cocaleros en su mayoría). Entre los marchistas crecía la impresión de que estaban ante una estrategia para prolongar la marcha, cansarlos y frenar la travesía hasta La Paz, me dijo la dirigente Mendoza Miro.  Los marchistas, ya impacientes del todo, reiteradamente le dijeron al canciller que con los colonos nada tenían qué dialogar y que el diálogo que buscaban era directamente con el gobierno.

La dirigente Mendoza Miro dijo que tras un intercambio de puntos de vista el sábado por la mañana, que había sido lluviosa, «una señora le reclamó al canciller: No es posible que hasta estas alturas nos siguen cortando el agua. La señora se puso a  llorar; le reclamó de todo.»

«Pero Choquehuanca -prosiguió el relato de la dirigente- se iba yendo a su movilidad pues habíamos quedado en que iba a informar a los colonos (sobre la posición de los marchistas).  Fue entonces que una de las marchistas se adelantó al canciller e ingresó al vehículo que lo esperaba con la puerta delantera ya abierta, y se ubicó el lugar en el que debía instalarse Choquehuanca.» Dos de las mujeres entonces más o menos una docena, de acuerdo a Mendoza Miro, tomaron del brazo al canciller y lo hicieron marchar con ellas hacia el punto del bloqueo.

Ahí empezó el forcejeo que llevó a  las mujeres primero y luego a decenas de marchistas a hacer presión en masa contra la columna policial, vencer sus escudos y romper el bloqueo.

Tras el relato de este  ju eves,  fui testigo casual de una visita que realizó a la sede de la CNAMIB la representante de las Naciones Unidas en Bolivia, Yoriko Yasukawa, en la tarde de este jueves. “Es una visita sólo de cortesía”, me dijo la funcionaria tras finalizar su breve visita al lugar. Supe que tenía previsto retornar a La Paz durante la jornada.   Me pareció que la visita ponía en evidencia el interés de la organización mundial por la asociación de indígenas y que probablemente seguirá de cerca la investigación que se abrirá en los próximos días en La Paz.

Nota: La noche del sábado la dirigente dijo a este blog por teléfono que no había aún una citación formal ni para ella ni para otras mujeres del grupo involucrado en el episodio que precedió la acción policial del día siguiente 25 de septiembre.