Mes: noviembre 2007

En la espiral

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La noticia que pasa la TV sobre enfrentamientos en Cobija entre fuerzas pro-gubernamentales  y cívicas es un avance en la mancha de conflictos que se extiende por el país.  Se habla de dos muertos (feliz<mente esto no fue confirmado) y de decenas de heridos, algo dolorosamente alto en una ciudad tan pequeña y normalmente tan tranquila como aquella del extremo noroeste boliviano.  El conflicto resulta de la votación en la inusual reunión en el Senado, donde los grupos afines al gobierno se conjugaron con la guardia legislativa para frenar el acceso de senadores de oposición. Esa sesión aprobó la Renta Dignidad, en medio de una cerrada oposición de las prefecturas, pues la renta para personas de la tercera edad será cubierta casi totalmente con recursos presupuestados para las prefecturas.

La mancha avanza. Ya dejó sus marcas en Cochabamba, Tarija, San Julián, Sucre y, ahora, Cobija. En algún momento puede avanzar hacia Santa Cruz. Ojo: el proceso no tiene límites demarcados y también en algún momento puede manifestarse en La Paz, hasta ahora plaza indisputable del partido de gobierno.

Por ahora se puede ya hablar de signos muy claros de un conflicto civil en peligroso ascenso.

El retorno

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Algunos amigos me han pedido que recoloque el primer artículo que escribí, a poco de volver a Bolivia.

Para ellos y para quienes lo desearen, el artículo se encuentra en el siguiente link:

https://haroldolmos.wordpress.com/2007/01/19/vuelta-a-bolivia/

Ante el siguiente capítulo

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Y ahora apenas empieza el siguiente capítulo. Es un tramo más en un camino que no será corto: la resistencia activa de los seis departamentos que ayer hicieron un alto, y la insistencia permisiva de las autoridades.

El paro de ayer ejecutado por seis departamentos muestra la voluntad de esas regiones de defender lo que consideran propio: su acceso soberano a los recursos del IDH en el tamaño en que estuvo previsto por una ley anterior a la aprobada por el Senado antenoche.

Fue un paro masivo, un resonante «no» al gobierno que tendría que hacer pensar a las autoridades y no solamente reaccionar con un repetido y monótono «yo no entiendo…»

El siguiente paso será una huelga de hambre, el lunes, en todo el país. Parece muy similar a lo que ocurría hace 30 años, cuando por estas fechas en 1977 se iniciaban ayunos masivos que acabaron doblegando al régimen de entonces y llevándolo a decretar una amnistía general e irrestricta y luego a convocar a elecciones generales, incluso con «delincuentes políticos», como llamaba a los líderes de oposición. No es lo mismo, es cierto, y ahora Bolivia está en otra sintonía de onda, pero la lección es clara: nada es permanente y existen límites para la fuerza o las triquiñuelas. Esto vale para todos los lados.

Tal vez una nueva tentativa de diálogo, pero un intercambio de ideas honesto y sin prejuicios, pueda ser el camino…ya trillado pero no agotado.

Los días que vendrán – II

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Texto actualizado con sólo algunos ajustes en la redacción

Crece la sensación de que habrá más días conflictivos y  dolorosos antes que ocurra una paz real y efectiva en Bolivia.  El gobierno del presidente Evo Morales ha ido malgastando paulatina y progresivamente la popularidad  que lo convirtió en el primer indio auténtico en gobernar un país sudamericano.  Por lo que puede verse, porciones masivas de las clases medias y populares no ideologizadas se han alejado de él.  Ese alejamiento creciente a lo largo de este año ha sido patente más que nunca en Sucre estos días. Bastaba ver los rostros de la gente que asistía  a las protestas antigubernamentales.

El  lunes, en el entierro de las víctimas, trenzas y polleras se juntaban con ternos, corbatas y chaquetas en el dolor de enterrar a personas que no tenían razones para morir y sí muchas para vivir. Quienes lloraban eran mayoritariamente  personas del pueblo, gente común como cualquiera de nosotros. Podían haber sido hasta los primos del presidente.

En las marchas en Sucre los rostros eran morenos casi todos y no tenían las caras de aristócratas que los portavoces del gobierno insisten en señalar mecánicamente como a los principales participantes de las marchas que lo han puesto en jaque.  El argumento de “aristócratas” ya consumió todas sus pilas y no convence más.  

Parece tan lejano aquel día de posesión hace 22 meses, cuando tronaron los pututus en el Palacio Legislativo y hubo algarabía en los corazones bolivianos. El presidente Morales era bienvenido con alegría en cualquier rincón del país. Ahora dudo mucho que se lo pueda ver por el centro de Tarija, de Cochabamba o de Santa Cruz, menos aún de Sucre.  La tortilla de la popularidad empieza a voltearse. El movimiento puede ser irreversible, a menos que el presidente escuche voces sensatas.  

Este miércoles, con algunos incidentes aislados, se ha cumplido un paro cívico de seis de los nueve departamentos del país: Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija, Chuquisaca y Cochabamba. No sólo han sido dos tercios de los departamentos bolivianos. Han sido más de dos tercios de la extensión territorial del país y más de la mitad  de toda su población de nueve millones. Esto debe decir algo a quienes nos gobiernan. Ya hubo otro paro similar el 27 de agosto y resultó en violencias también aisladas, pero sin víctimas fatales. Ese fue un alerta. El paro del miércoles ha sido el comienzo de una cadena de acciones en la que se eslabonan distintos motivos: la violencia en Sucre, la reducción de la porción que corresponde a los departamentos del  Impuesto sobre los Hidrocarburos (IDH),  la escasez de combustible, la inflación, la aprobación supersónica y “en grande” de la constitución oficialista en un liceo militar, con la lectura sólo del índice de por lo menos seis capítulos.

Escuchaba por radio Fides que cuando el asambleísta David Vargas reclamó por qué no se leían los capítulos en su integridad, incluso el de la capitalidad, y no solamente los titulares, un vicepresidente replicó: “No te preocupes. Eso que dices es sólo una formalidad”.  

Sin comentarios.

Sin embargo, eso explica la orden del presidente para que la constituyente, que se creía originaria y autónoma, se reúna cuanto antes y apruebe en detalle los artículos de la constitución que, casi sin mirar, aprobaron sus partidarios. El domingo  hablaba de someter ya ese texto a un referéndum. Ahora reconoce que aún hay que aprobarlo en detalle y con prisa. Es otra expresión de conducta errática que sus asesores deberían ser los primeros en hacerle notar.
Infelizmente, las acciones buenas del gobierno, como las que combaten la corrupción, la desnutrición infantil, y los intentos de mejorar la educación y la salud, se deslucen ante la magnitud y frecuencia de sus tropiezos, especialmente políticos y diplomáticos.

El presidente está en un laberinto. Y sus asesores más inmediatos deberían alertarlo. Pero creo que más bien atizan la confusión que con frecuencia  impera en el primer escalón del gobierno. Parece ignorar que gestos de humildad y sinceridad pueden hacer mucho para reparar errores.

La aprobación entre cuatro paredes y sin lectura completa de textos constitucionales ha sido la gota de agua que ha rebasado el vaso de esta crisis. Este paso ha sido el “alea jacta est” de Julio César al cruzar el Rubicón. 

Ya no hay vuelta atrás.  Ahora el gobierno y su partido están encerrados en una lógica militar suicida: todo o nada. Los comités cívicos y  los prefectos no pueden evitar esa lógica. Tal como le dijo en una oportunidad, marcando diferencias, Lula a Chávez. A él, a Lula, como dirigente obrero, no le interesaba una victoria que arrasase con una fábrica con cuyos dueños negociaba aumentos salariales. En cambio Chávez, le reprochó Lula, actuaba únicamente en pos de la victoria sin importarle si la fábrica (y los puestos de trabajo) sobreviviría.          

Agitando las aguas

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 Los senadores oficialistas aprobaron anoche la llamada “Renta Dignidad”, que otorga 200 bolivianos mensuales (o unos 314 dólares anuales) a toda persona mayor de 60 años.

Lo controvertido de la medida, a la que los departamentos se oponen al unísono, es el origen de los recursos para pagar tal renta, valiosa en un país pobre,  donde la mayoría de los viejos sobrevive  con sus escasos ahorros o con sus parientes, y muchos bajo  un total abandono.  Pero la fórmula del gobierno equivale a hacer beneficencia con plata ajena y pretender glorificarse. El dinero sale del llamado Impuesto sobre los Hidrocarburos (IDH) destinado a los nueve departamentos.

Los seis departamentos que hoy están en paro han dicho que no aceptan ninguna reducción de sus ingresos provenientes de aquel impuesto. No está claro cómo harán para frenar la medida del gobierno,  aprobada anoche bajo presión de millares de personas enardecidas, casi todas indígenas movidas por el partido de gobierno,  y bajo una triquiñuela democráticamente inaudita. Me cuenta una colaboradora en La Paz:  

“Los agentes de guardia en el Palacio Legislativos frenaron el ingreso de los senadores titulares de la oposición, pero dejaron pasaran algunos suplentes,  comprometidos con el MAS. Con ellos, el  MAS –que suma sólo 13 representantes frente a 14 de la oposición- consiguió la mayoría. La denuncia vino del principal dirigente opositor, Jorge Quiroga. A algunos los intimidaron diciéndoles: ´Entras,  pero no vuelves a salir…´”

“Los agentes habían recibido fotografías de los senadores de oposición y sabían a quién dejar entrar y a quién no”.

Periodistas de espaldas

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Es posible que la inciativa cunda: los periodistas bolivianos deberán asistir a las conferencias de prensa de toda autoridad gubernamental dándole las espaldas. Lo dijo Hernán Cabrera, Presidente de la Asociación de Periodistas de Santa Cruz.

La actitud de los periodistas refleja el creciente malestar del gremio con el maltrato que reciben de la policía y de los llamados»movimientos sociales». 

Ese maltrato se hizo patente el sábado, en Sucre, y ayer lunes, en La Paz. Cámaras rotas o confiscadas, periodistas golpeados hasta caer al suelo, puntapiés, puñetazos, se han vuelto frecuentes. A principios de año, entre los peor maltratados cuando ocurrían disturbios en Cochabamba, al centro del país, y en San Julián, una zona de colonos cerca de Santa Cruz, fueron los periodistas. Y no hace mucho una ministra amenazó con enjuiciar a una periodista por el tono (nunca se supo qué tono) utilizado en la pregunta.  Ocurre en otras partes, pero es la primera vez que yo veo que un gremio se dispone a optar por esa singular forma de protesta para hacer sentir, cuando menos a los gobernantes, su propósito de recibir un trato digno.

Los fotógrafos colocarán sus cámaras en el suelo tras la primera foto y también darán las espaldas.

Los días que vendrán

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Crece la sensación de que vendrán más días conflictivos y  dolorosos antes que sobrevenga una paz real y verdaderamente efectiva en Bolivia.  El gobierno del presidente Evo Morales ha ido malgastando paulatina y progresivamente la popularidad  que lo convirtió en el primer indio auténtico en gobernar un país sudamericano.  Por lo que puede verse, porciones importantes de las clases medias no ideologizadas se han alejado de él. Incluso entre los sectores populares ese alejamiento ha sido patente estos días en Sucre al ver los rostros de la gente que asistía  a manifestaciones antigubernamentales. El  lunes, en el entierro de las víctimas, trenzas y polleras se juntaban con ternos, corbatas y chaquetas en el dolor de enterrar a personas que no tenían razones para morir y muchas para vivir. Quienes lloraban fácilmente podían ser identificadas como «personas del pueblo».  En las marchas en Sucre los rostros eran morenos en su mayoría y no tenían las caras de aristócratas que los portavoces del gobierno insisten en señalar como a los principales participantes de las marchas que lo han puesto en jaque.  El argumento de “aristócratas” ya consumió todas sus pilas y no convence más.

Parece tan lejano aquel día de posesión hace 22 meses, cuando tronaron los pututus en el Palacio Legislativo y millones de corazones bolivianos latieron de emoción y esperanza genuinas. El presidente Morales era bienvenido con alegría en cualquier rincón del país. Ahora dudo mucho que se lo pueda ver por el centro de Tarija, de Cochabamba o de Santa Cruz, menos aún de Sucre.  Y todavía menos si aparece montado sobre un tanque “a lo Yeltsin”, el líder ruso que sepultó  la Unión Soviética.

Dentro de algunas horas deberá comenzar un paro cívico de seis de los nueve departamentos del país: Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija, Chuquisaca y Cochabamba. No son sólo dos tercios de los departamentos bolivianos. Son más de dos tercios de la extensión territorial del país y más de la mitad  de toda su población (nueve millones).  Esto debe decir algo a quienes nos gobiernan. 

Ya hubo otro paro similar el 27 de agosto y resultó en violencias en Santa Cruz, pero sin que se registrasen víctimas fatales. Ese fue un alerta.  El paro de mañana es el comienzo de una cadena de acciones contra el gobierno, en la que se eslabonan distintos motivos: la violencia en Sucre, la reducción de la porción que corresponde a los departamentos del  Impuesto sobre los Hidrocarburos (IDH), la escasez de combustible, la inflación, la aprobación supersónica y “en grande” de la constitución oficialista en un liceo militar, con la lectura sólo del índice de por lo menos seis capítulos.

(Escucho por radio Fides que cuando el asambleísta David Vargas  reclamó por qué no se leían los capítulos en su integridad, incluso el de la capitalidad, y no solamente los titulares, un vicepresidente replicó: “No te preocupes. Eso que dices es sólo una formalidad”.)

Eso explica la orden del presidente para que la constituyente, que se creía originaria y por encima de todos, se reúna cuanto antes y apruebe en detalle los artículos de la constitución que, casi sin mirar, aprobaron sus partidarios. Ayer hablaba de someter ya ese texto a un referéndum. Ahora reconoce que aún hay que aprobarlo en detalle y con prisa. Es otra expresión de conducta errática que sus asesores deberían ser los primeros en hacerle notar y evitar.

Infelizmente, las acciones buenas del gobierno, como la decisión del presidente de evitar la corrupción, de luchar contra la desnutrición infantil, de mejorar la educación, de invertir en salud, se deslucen ante la magnitud y frecuencia de sus tropiezos, especialmente políticos y diplomáticos.

El presidente está en un laberinto. Y sus asesores más inmediatos deberían alertarlo. Pero antes que alertarlo creo que atizan la confusión que con frecuencia parece imperar en el primer escalón del gobierno. Parece ignorar que gestos de humildad y sinceridad pueden hacer mucho para reparar errores.

La aprobación entre cuatro paredes y sin lectura completa de textos ha sido la gota de agua que ha rebasado el vaso de esta crisis.  

Este último paso fue el “alea jacta est” (la suerte está echada) de Julio César al cruzar el Rubicón.  No hay vuelta atrás.  Ahora el gobierno y su partido parecen haber entrado en una lógica militar suicida: todo o nada. Tal como le dijo en una oportunidad, marcando diferencias, Lula a Chávez. A él, a Lula, como dirigente obrero, no le interesaba una victoria que arrasase con una fábrica. En cambio Chávez, le reprochó Lula, actuaba únicamente en pos de la victoria.

        

Punto sin retorno

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 Al  aprobar ”en grande”, en otro lugar y a solas el proyecto de constitución que se propone poner a consideración de los bolivianos, el gobierno del Presidente Evo Morales ha dado un paso sin retorno.  Bolivia ahora es ahora una nación enfrentada.  La bola de nieve de la avalancha también parece incontenible. Los discursos de la jornada no ofrecen ningún atisbo de que alguien quiera ceder. El gobierno ha desdeñado inclusive la idea de una actitud mediadora dela Iglesia Católica.

De un lado, aparecen seis departamentos (Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija, Cochabamba y Chuquisaca). De otro el gobierno, La Paz, Oruro y Potosí.

Los prefectos de cinco departamentos (Santa Cruz, Tarija, Beni, Pando y Cochabamba) han reiterado hoy que desconocerán la ley fundamental que emerja de ese proyecto gubernamental. Este lunes, los prefectos tomaron la palabra del presidente y le reclamaron convocar a un referéndum revocatorio del mandato, del presidente y de ellos mismos. Santa Cruz anunció un paro general este miércoles y rindió homenaje a la ciudad de Sucre.

En la tarde, Santa Cruz realizó una «asamblea de la cruceñidad» y en la plaza principal su dirigente cívico, ante una multitud de miles de personas que un locutor calculó en 20.000, Branco Marincovick adviritió: «No acataremos una constitución gestada en un cuartel militar». Bajo un cartel gigante que decía «Se acabó la paciencia», el líder cruceño y otros, incluso representantes de Chuquisaca, declararon «mártires de la democracia» a los civiles que murieron en los enfrentamientos el sábado y el domingo en Sucre al grito de «Evo matón, te espera la prisión».

(La cuestión del cuartel debe ser verificada. Ha sido un tema constante en las últimas horas.  Dentro del ambiente crispado que vive Bolivia,  hay que investigar qué es La Glorieta estos días. Me dicen que no es un cuartel  sino sólo un liceo militar. Quizá colegas de la red en Sucre puedan ilustrarnos.)

El presidente Morales, en La Paz, encabezó una marcha de indígenas para presionar al congreso por mantener tal cual una ley a favor de la tercera edad.  Me sorprendió que no hiciera mención a los acontecimientosen Sucre. La red Unitel de TV mostró imágenes con destrozos causados por ataques de campesinos, dijo la presentadora. También mostró imágenes de personal descendiendo escaleras para huir de la violencia.

Sucre estuvo en relativa calma, pero sus barrios y su comité cívico organizan su propia seguridad cotidiana, pues la policía se retiró el domingo tras la muerte de uno de sus efectivos. (Aún no ha aparecido el cadáver. Primero se dijo que el oficial había sido linchado. Después, que había sido lanzado a un barranco.)  Sucre es hoy una urbe sin defensa institucional que los vecinos, solos, quieren subsanar, siquiera temporalmente.

El entierro de las víctimas se realizó en medio de gritos contra el presidente, según imágenes de la TV. Y curiosamente muchos de los asistentes eran gente «del pueblo», como se dice, que probablemente votaron por la elección del presidente Morales.

Algo más: Sucre no tuvo bancos este lunes. El comandante de la policía envió una carta a la Asociación de Bancos de Bolivia sugiriendo alas instituciones «adoptar las medidas más aconsejables», según lectura del documento hecha en la red televisiva PAT por el periodista Carlos Valverde en su programa informativo.  Con la fuga de gran parte de los presos del penal San Roque, los bancos optaron por la más inmediata solución: cerraron. La información mostró las puertas cerradas de algunos bancos.

Esta noche vencía un plazo de los transportistas en todo el país para normalizar el aprovisionamiento de combustibles. Como ese aprovisionamiento normal no está a la vista, el próximo paso parece inevitable: paro nacional de ese sector.

Es como una avalancha de acontecimientos que no se detiene. Un punto sin retorno.

Estampida de presos en Sucre tras avalancha antipolicial

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Una turba de presos escapó del Penal San Roque, de Sucre, tras el repliegue de la policía, que fue acosada desde el exterior del establecimiento por grupos de manifestantes que protestaban contra la policía. La protesta antipolicial se originaba en la represión que sufrieron ayer grupos de manifestantes iracundos con la actuación de las fuerzas del orden cuando reprimieron a quienes protestaban contra la instalación de una asamblea constituyente oficialista, el sábado.

La policía se vio impotente para frenar a los manifestantes y abandonó la penitenciaría, algunas de cuyas instalaciones fueron  parcialmente incendiadas. Después, su comandante ordenó que la tropa saliera de la ciudad.

La Agencia Boliviana de Informaciones (ABI) reportó que el  Comandante General de la Policía Nacional había informado que el policía Jimmy Quispe había muerto «tras ser linchado por una turba de manifestantes en Sucre».  El jefe policial informó también de otros tres policías heridos. (Dos días después, el 27 de noviembre, se supo que el policía ESTA VIVO. Estaba herido en un barranco y consiguió llegar hasta Potosí. Hasta el miércoles 28 los detalles de cómo ocurrió el episodio eran desconocidos).

Con esa información, hay por lo menos tres muertos oficialmente confirmados desde el estallido de los disturbios el sábado, cuando el MAS y el gobierno decidieron cruzar el Rubicón, como Julio César, y abrir las compuertas para la ola más violenta de incidentes de 22 meses de gobierno de Evo Morales.  Los heridos en el lado civil son más de un centenar.

Evo: nueva Constitución

En un mensaje al país en la tarde, el presidente Morales abordó lo ocurrido en dirigió un mensaje al país . «Algunos grupos delincuenciales de la ciudad de Sucre  llaman a confrontaciones entre bolivianos», dijo y aplaudió a los llamados «movimientos sociales» que, según dijo, garantizan una nueva constitución para Bolivia. Anticipó que la nueva carta -aprobada con la sola lectura de sus subtítulos-  será reconfirmada en el referéndum que deberá ser convocado. Este paso debería darse sólo después que el nuevo texto sea debatido y aprobado «en detalle» por los constituyentes. No estaba claro si este paso sería omitido. 

El presidente resumió también con flashes el contenido del proyecto aprobado anoche: autonomías departamentales e indígenas estarían garantizadas, al igual que el combate a la corrupción, con investigación de fortunas sospechosas (Texto en http://abi.bo)  

 Se desconocía hasta la noche la forma del denunciado linchamiento del policía. Pero tras ese episodio se ordenó el repliegue de la tropa policial, «por falta de garantías de parte de la población».

Sin guardia alguna en el penal, los presos aprovecharon para escapar. Según la directora de penitenciaría, Daisy Aguilar, había 133 presosen el penal y casi todos habrían escapado, informó a la emisora Fides hablando directamente con los reporteros de la emisora en Sucre. 

La emisora también informó que habría otro manifestante civil muerto en los disturbios que estallaron cerca del medio día del domingo. El cadáver de la presunta víctima estaba en la morgue.   Por la radio se pedía que la gente que sintiese la falta de algún pariente, se aproximase al local para intentar reconocer a la presunta víctima.  Poco después se decía que la víctima había sido identificada y que su nombre era Juan Carlos Serrudo.

Imágenes de televisión mostraron a tres supuestos policías que habrían sido capturados por los manifestantes. Estaban descamisados y se los obligaba a gritar a favor de la autonomía, dijo la televisión.

Al mediodía, en el aeropuerto de Santa Cruz, el diputado opositor Carlos Klinsky me dijo que su organización Podemos había contabilizado «cinco muertos» desde ayer.

La emisora Fides dijo que cerca de cientos de policías se habían retirado de la ciudad tras estallar la violencia, que al cabo de  más de dos horas continuaba sin control.

Sólo dos horas antes, había redactado el siguiente informe, que ahora quedó sobrepasado por los nuevos acontecimientos.

Calma aparente

Sucre amaneció desierta. Sus calles vacías, decían esta mañana por la radio, parecían expresar el sentimiento de impotencia de sus habitantes ante la fuerza militar y policial que blindó el cuartel de las Fuerzas Armadas donde se reunieron los constituyentes oficialistas para aprobar “en grande” la constitución que quieren someter a consideración del pueblo boliviano.

Detalles narrados por periodistas y por algunos de los constituyentes oficialistas destacan un hecho anecdótico. Esa constitución aprobada “en grande” fue votada bajo los títulos de sus diversos capítulos. No hubo lectura de artículos. Simplemente de titulares de los capítulos.

Es como si Ud. quiere comprar una vajilla y le entregan el cajón en el que dice vajilla. Ud. Desconoce la marca, de dónde proviene, la calidad de las piezas;  tampoco sabe si todas están enteras o si algunas están rotas. Nada. Compró solamente en base al título del cajón: vajilla. Es el escenario ideal de cualquier comerciante inescrupuloso: un cliente que paga, no pregunta y no reclama. Puede hasta entregar sólo cuencas de vidrio y probablemente ninguno de los compradores reclamará. Pues a estas alturas, 15 horas después de aprobado el documento con 136 votos de quienes alzaron la mano aprobatoria sin analizar el contenido, nada se sabe de artículos que eran considerados cruciales: visión de país y autonomías, para citar dos. Por lo menos cuatro departamentos  (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija) han dicho que no cumplirán reglamento alguno emanado de una reunión en un cuartel.

Al avanzar el día, decenas de personas emprendían la marcha hacia La Glorieta, el local del colegio militar en cuyas instalaciones se reunieron los constituyentes oficialistas.

La jornada violenta de ayer causó la muerte de un joven abogado. Curiosamente, su madre es una mujer del pueblo, vestida de pollera, tal como se la vio anoche mientras gritaba impotente “justicia”. Un primer balance decía que los heridos en las dos últimas jornadas superaban los 100, entre ellos dos jóvenes. Cada uno tuvo una mano amputada.  Un tercero tenía parte de la masa encefálica al descubierto a causa de un balazo.

En Santa Cruz y Cochabamba hubo vigilias de solidiaridad con Sucre en plazas públicas.

 Las emisoras radiales también informaron de la llegada de un avión Hércules venezolano a Trinidad, la capital del departamento del Beni. El avión habría traído carga, que fue transportada en siete camiones, dijo la emisora Panamericana. Se ignora  el contenido del cargamento. A las 11:20 otro avión, de la Fuerza Aérea Boliviana, aterrizó en el aeropuerto de Santa Cruz. Lo confirmó el Centro de Informaciones del  aeropuerto. Traía, dijo, a la Ministra de Educación, GuadalupeCajías, quien tenía previsto distribuir un bono que se asigna a los niños de escuela primaria.

Este  domingo muestra una tranquilidad sólo aparente.                             

  

  

Sucre campo de batalla:”Hay un finado…”

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Los disturbios han continuado durante casi todo este sábado en Sucre. La red televisiva independiente PAT acaba de informar (Hs. 20:00) que como resultado de los enfrentamientos ha muerto una persona, identificada como Gonzalo Durán Carrazani, abogado. Probablemente, según informes que llegaban a esa estación, habría muerto también una estudiante, pero no había ninguna confirmación oficial.

La muerte de un manifestante, en una zona a un kilómetro de donde se reunían los 145 asambleístas oficialistas, fue anunciada oficialmente por un alto funcionario de la prefectura de Sucre, quien irrumpió en sala de los constituyentes para informar sobre la primera baja de la violenta jornada, dijo el canal televisivo Notivisión, independiente. «Algunos constituyentes pidieron entonces un receso inmediato de la asamblea», dijo la locutora que transmitía desde Sucre.  Y agregó: «La presidenta (Silvia Lazarte) dijo: Hay un difunto. Que de Dios Goce. Nosotros tenemos que continuar».

No logré confirmar directamente la frase ni ví algún otro medio que la hubiese registrado y me agradaría oir/leer la versión de algún colega de la red.  (En la mañana del domingo, otra emisora radial televisiva, Megavisión, la confirmó. En vez de finado, dijo difunto, pero el contexto de frialdad glacial de la frase era el mismo). Por fin, la directiva del cónclave acusó la presión que representaba la noticia y que había colmado el ambiente y accedió a un cuarto intermedio de 15 minutos.

(Poco después, los constituyentes oficialistas aprobaron «en grande» la constitución que quieren proponer a los bolivianos. De 145 iniciales, cuando se votó había sólo 138 asambleístas, de los cuales dos votaron en contra. La aprobación «en grande»  significa el asentimiento en bloque de los postulados. Después, todos los artículos deben ser analizados y aprobados en detalle, antes  de someterlos a referéndum. El plazo para cumplir esos pasos vence el 14 de diciembre. Es el primer caso de una constitución boliviana aprobada en principio dentro de una instalación militar. Tras esta aprobación, la deliberación fue suspendida y se ignoraba cuándo reanudaría.)  

Afuera, los manifestantes estaban enardecidos. Según los informes televisivos, la multitud de civiles que protesta contra la asamblea, que desde ayer se reúnen las instalaciones de un liceo militar y bajo protección de las Fuerzas Armadas, resistía al fuego de gases lacrimógenos lanzados por la policía y al final de la tarde había conseguido que las fuerzas del orden se replegasen.

«Es el pueblo de Sucre el que combate frente a la policía , el ejército y campesinos llegados del interior del país,» dijo un manifestante al canal Notivisión.

Más tarde, un programa televisivo de entrevistas informó que grupos de manifestantes marchaban hacia el cuartel militar para «tomarlo» y expulsar a los constituyentes allí reunidos. Otra emisora informaba que las luces de la pista  del aeropuerto de la ciudad habían sido activadas, al parecer para permitir operaciones de aterrizaje. El director del programa de entrevistas dijo que  «el pueblo de Sucre lucha ahora cerro a cerro para tomar La Glorieta» (el nombre del cuartel de la academia militar donde se reunía el cónclave). La televisión mostraba decenas de piras en las laderas de los cerros. 

Otros acontecimientos:

-El Primado de la Iglesia Católica, Cardenal Julio Terrazas, exhortó a deponer la violencia y trabajar por la paz. Pero un vocero oficial replicó que el gobierno no necesitaba mediadores.

-El Defensor del Pueblo (cargo institucional) pidió desde Africa del Sur, donde se encontraba, que la asamblea suspendiese de inmediato sus deliberaciones para dar curso a un período diálogo y reconciliación. No hubo comentarios del gobierno.

-El Comité pro Santa Cruz, uno de los ejes de resistencia al gobierno, dirigió notas a la OEA, ONU y la Santa Sede denunciando la espiral de violencia y diciendo que el gobierno del presidente Evo Morales «es dictatorial». La denuncia también define el texto aprobado como «la constitución de la muerte». El  jefe del partido opositor Podemos, Jorge Quiroga, llamó a la OEA a que envíe una misión observadora a Bolivia.

– Grupos de civiles se congregaron en lugares públicos de Cochabamba, al centro de Bolivia, y en Santa Cruz, en una vigilia de respaldo a Sucre. El prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, demandó la renuncia de Morales y le dijo que Santa Cruz no lo deseaba en esta ciudad y que toda la región desobedecería las normas que emanasen del cónclave. (Morales tenía planes de venir, pero fueron suspendidos por el mal tiempo, informó la agencia oficial ABI).

La noche de este sábado se anuncia larga. El curso violento que toman los acontecimientos en Sucre puede llevar a desenlaces imprevistos.