Mes: enero 2019
Jornada de vértigo
En una jornada de vértigo, las calles de Caracas y las principales urbes venezolanas se vieron colmadas este miércoles con cientos de miles de ciudadanos que repudiaron a Nicolás Maduro y endosaron al joven legislador Juan Guaidó como presidente interino hasta la realización de nuevas elecciones. Quienes veían las imágenes televisivas, coincidían que que la concentración fue una de las mayores registradas en Venezuela.
Mientras el régimen de Maduro se diluía y Guaidó ganaba respaldo internacional reconocido por gran parte del hemisferio, de Estados Unidos a Brasil, Argentina, Chile, Perú, Colombia hasta Paraguay, el anochecer del miércoles solo contaba con la voz de Bolivia y Cuba. No era clara aún la repercusión que podría conllevar el apoyo boliviano al acosado dirigente del Socialismo del Siglo XXI.
En actitud vista por los observadores como de fuga hacia adelante, Maduro anunció que rompía relaciones con Estados Unidos y que daba 72 horas a los funcionarios estadounidenses en Venezuela para abandonar el país. Pero a la medida que firmó enfurecido, se le cruzó la decisión del presidente interino quien, jeans, camisa blanca y paltó azul, había jurado ante Dios y la multitud venezolana en las calles. Guaidó declaró que Maduro no era más presidente. Por tanto los diplomáticos podían continuar en el país. Era el primer gran tropiezo que enfrentaba la ruptura: ¿Cómo hacer cumplir la orden de expulsión?
Entretanto, colgaba de una hebra de araña el único flujo financiero seguro del régimen de Maduro: unos 500.000 barriles diarios de petróleo pesado que desde Estados Unidos compra la refinadora petrolera Citgo. Esa hebra, debilitada aún más por los años de tensión diplomática entre el régimen de Caracas y Estados Unidos, es el único ingreso seguro con que cuenta Venezuela.
Lo ocurrido este 23 de enero subrayó el carácter histórico
de la fecha. En un día similar, en 1958, abrumado por manifestaciones populares
que repudiaban a su régimen despótico, huyó del país el general Marcos Pérez
Jiménez, quien gobernaba con mano de hierro desde hacía diez años. El
derrocamiento, que empezó con una rebellion militar y se diseminó por todo el
país, dio lugar a la
Venezuela democrática bajo la cual el Cnl. Hugo Chávez Frías llegó a la
presidencia 40 años después.
El grado de insatisfacción de los venezolanos con el régimen que, al morir Chávez en 2013, asumió Nicolás Maduro, fue patente en las fotografías de la TV que mostraban avenidas y calles compactas de multitudes que acudieron al llamado de Guaidó y de los principales dirigentes de la oposición para forzar el alejamiento de Maduro y orientar la ruta venezolana hacia senderos democráticos. Igual perplejidad puede haber causado en el régimen la rapidez con la que países de la region reconocieron a Guaidó y le ofrecieron ayuda. Fue el caso de Brasil, cuyo presidente Jair Bolsonaro, habló desde el balneario suizo de Davos, donde hablaba con líderes de las finanzas sobre su país.
La asistencia masiva de ciudadanos confirió a la jornada las características de una ¨poblada¨ capaz de desbordarse en cualquier momento. Acusado de haber ururpado la presidencia diciendo que había ganado elecciones que adolecieron de graves irregularidades, inclusive de una escasa participación, Maduro y su partido, el Socialista Unido de Venezuela (PSUV), tuvieron una concentración en la parte posterior del Palacio de Miraflores, del sector opuesto donde estaban las multitudes pro-democracia.
Ante ellas, que igualmente parecían colmar todas las adyacencias del lugar, Maduro firmó la inefectiva orden de expulsión de los diplomáticos estadounidenses. En las primeras filas se destacaba una bandera boliviana, la única fuera de las color rojo que dominaban en el ambiente.
El único soporte firme para Maduro lo dio el general Padrino López, Ministro de Defensa, quien declaró que los militares no aceptaban la presidencia de Guaidó. ¨No aceptamos a un presidente impuesto a la sombra de oscuros intereses ni autoproclamado al margen de la ley¨, declaró, citado por Tal Cual Digital.
Un tiempo visto como una possible figura de transacción que permita el relevo de Maduro, la declaración de Padrino López lo alejó como figura de transición en la baraja de los líderes demócratas venezolanos.
Un Nabuco actual
La propaganda, como instrumento para ganar adhesiones a favor de ideas y tendencias, ha tenido un escenario fértil en Venezuela todos estos años. Al haber perdido el rumbo económico y social y deambular a tropezones para no desplomarse, el régimen de Nicolás Maduro se enfrenta a una etapa mucho más compleja y determinante respecto a todas las anteriores: la batalla de las ideas y la de los sentimientos. Pocos ejemplos podrían describir mejor la lucha venezolana estos días que una representación de Nabuco, la obra magistral de Verdi que canta los sufrimientos del pueblo judío atenazado por las hordas de Nabucodonosor, el rey de Babilonia.
De las tres primeras sílabas proviene el nombre de la obra compuesta hace 140 años, devenida en inmortal. Activistas venezolanos la colocaron en las redes tras comprimirla en cuatro minutos, llenarla de imágenes representativas, desde los tepuys hasta los llanos, caídas de agua y paisajes asombrosos seguidos de marchas y gestos de jóvenes encadenados que reclaman libertad. Ese pedazo de grito libertario de la orquesta de Carora, estado Lara, a cargo de la directora Rosario Angola,circula mundialmente.
Quien minimize los sufrimientos del pueblo venezolano, lea algunas palabras que me escribe una amiga de allí: ¨Cada paso que damos, cada gestión, cada compra que haya que hacer, representan un esfuerzo del que quedamos agotados. Pero en casa, y en otras tantas, seguimos esquivando la idea de emigrar. Nos seduce, nos llama, la vemos como opción de supervivencia, pero mi marido y yo pasamos los 60 años y nos faltan fuerzas y recursos para comenzar de cero en cualquier lugar…mientras podamos resistir aquí, sacaremos de tripas corazones para esperar el momento de la liberación y trabajar por ella desde nuestros espacios.” Y sigue:
¨Las estrategias de aplastamiento del régimen son feroces y pasan por hacer que tengamos que ocupar todo el día en resolver asuntos cotidianos. Ya se han hecho rutina las colas para la gasolina y el gas doméstico. La gente prefiere desplazarse lo menos possible. No hay sueldo que soporte la hiperinflación. La internet funciona muy mal y la incomunicación es nuestro pan de cada día. Viajar a cualquier lugar, dentro o fuera del país, es carísimo y difícil. ¨Qué más te puedo contar?¨
En este marco, escuchar Nabuco (https://youtu.be/83T6Q6piWus) con palabras como ¨ Venezuela, yo lucho por tu libertad¨, evoca los sentimientos de una amplia mayoría de venezolanos que espera desembarazarse del régimen que empezó como una esperanza y acaba con un grito que pide libertad.
Elección y desvaríos
En poco mas de una semana, los partidos políticos bolivianos elegirán por primera vez a sus candidatos a presidente y vicepresidente, en una extraña elección en la que no habrá contrincantes y solo una ratificación de nombres ya conocidos. ¿Puede haber elección cuando no se nos presenta sino una sola ruta? El proceso es rechazado por la oposición por considerar que no se trata de una elección pues solo se han presentado binomios únicos y por juzgar que tiene como único fin el de validar la participación de Morales-García, ganar legitimidad electoral y así ocultar el 21F, todo frente a la elección presidencial de fin de año. El president Morales ha dicho que el 27 de enero ¨aplastarᨠal 21 de febrero, en una jactancia vista como admisión elocuente del valor que confiere a la fecha en que el voto NO se impuso a su pretensión de buscar una nueva elección por encima de la prohibición constitucional de hacerlo.
Parece una constante entre los líderes autoritarios el temor a ser alejados del poder. El temor es mayor cuando se trata de perderlo por vías democráticas, que demostrarían que ya no cuentan con el apoyo popular del que un tiempo gozaron. El ego sufriría un desaire magno. Los estudiosos subrayan que de esos temores nacen desvaríos. Hace pocos días, el líder venezolano Nicolás Maduro dijo que había viajado al futuro y que retornaba tranquilizado pues había visto que a su país le iba bien.
En nuestro medio, dos semanas atrás el presidente Morales anunció orgulloso que en cuestión de días el país batiría un récord al haber perforado el pozo más profundo de Sudamérica, con 8.000 metros. ¨Es una buena noticia, no solo para Bolivia, también para Sudamérica y el mundo¨, dijo en un discurso. Los entendidos andaban perplejos. Hasta el 11 de enero, los equipos de perforación habían llegado a 7.862 metros al cabo de 18 meses de trabajo pero la producción era cero. En los días que siguieron el país estuvo en vilo a la espera del grito de victoria.
El presidente habría tenido más prudencia si le hubieran dicho que en Rusia, el pozo Chaivo, cerca de la frontera con Noruega, tiene una profundidad de 12.376 metros. Todo el campo produce más de dos millones de barriles diarios. Pero principalmente si le hubieran hecho notar que el resultado final es más importante que el esfuerzo empleado para cumplir una meta. Si Colón no hubiese llegado a América toda su empresa habría sido un fracaso y su nombre no habría aparecido en los libros de historia a pesar del esfuerzo financiero y el coraje que la epopeya representó. De nada vale ejecutar excelentes jugadas en un partido de fútbol si se pierde el encuentro. La moraleja es que no hay que anticiparse a la realidad, aún si hay premura por hacerlo para compensar infortunios (no haber descubierto aún nuevos yacimientos, por ejemplo, y tener a la vuelta de la esquina compromisos que deben cumplirse o mostrar a los clientes que el país tiene capacidad exportadora.) Como solía decir un notable político y pensador boliviano, Walter Guevara Arze: Lo importante es el resultado.
Otro ejemplo: El Tribunal Electoral no se ha pronunciado oficialmente todavía sobre la legalidad de la candidatura oficial para los comicios de fin de año. Debe pronunciarse sobre el asombroso paralelo con el caso que, un trienio atrás, le llevó a dictar con celeridad la anulación de la candidatura del gobernador del Beni Ernesto Suárez, y de más de doscientos candidatos de su partido. Fue una medida que claramente favoreció a las candidaturas del gobierno. Ahora que, dentro del período de veda propagandística, se ha publicado una encuesta que favorece al Presidente Morales, el Tribunal vacila pues la medida consecuente sería anular la candidatura del presidente y su vicepresidente.
La oposición, desconfiada de la imparcialidad del órgano electoral, propone una asistencia minima a la elección de ¨pre candidatos¨ este fin de mes. Votarían solo algunos dirigentes de modo que se evidencie el reclamo de los partidos por la parcialidad del órgano electoral. La medida ocurriría cuando la comunidad internacional empieza a observar con cuidado el curso de la democracia boliviana. Nada contribuiría a desvalorizar una elección el hecho de que que no es tal porque ocurrirá sin alternativas; sería ¨un sí o sí¨, y eso no es elección.
Podrían ocurrir resultados inverosímiles: el Partido de gobierno obtendría cientos de miles de votos, y el principal candidato opositor apenas una decena. ¿Alguien creería en esa ¨elección¨?
A la espera del desenlace
Entre el viernes por la noche y el 23 de enero se ha abierto una tensa espera cuyo desenlace es todavía imprevisible en sus detalles. La mayoría de los observadores, dentro y fuera de Venezuela, parece convencida de que el fin de la dictadura está cantado. Rara vez un regimen politico latinoamericano ha concitado un rechazo tan unánime, pero apartarlo resulta más cuesta arriba que muchos otros en la historia de la región. Los militares venezolanos y el G2 cubano no pudieron prever todos los acontecimientos de este año ni calcularon que el descontento interno y la molestia internacional con el regimen iba a llegar a los extremos de esta semana.
Protagonista del capítulo aún en curso ha sido el joven legislador de 35 años Juan Guaidó. No llevaba una semana de haber sido electo presidente de la Asamblea Nacional, el único organismo no controlado por el gobierno chavista-madurista cuando, al fragor del descontento con la juramentación de Nicolás Maduro para un nuevo período de seis años, decidió asumir las competencias del presidente, a quien la asamblea había declarado usurpador. Desde ese momento, el Viernes por la tarde, y se contaban las horas para determinar si los militares estárían dispuestos a jugarse por Maduro o plegarse al reclamo de sus compatriotas y desconocer a Maduro y alejarlo del gobierno. Lo peligroso de la carta ante un régimen autoritario con dos décadas en el poder explicaba la indefinición militar y la tensión creciente que prevalecía en Caracas. No solamente allí. Brasilia, Buenos Aires, Lima, Santiago y Bogotá y las cancillerías europeas seguían con la máxima atención el curso de lo que acontecía.
El 23 de enero de 1958 el dictador Marcos Pérez Jiménez huyó de Venezuela y dio paso al sistema democrático que casi de inmediato surgió con hombres como Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y el propio Carlos andrés Párez, anatema del régimen chavista-madurista.
Brasil puso en acción toda su artillería diplomática. La cuestión lucía como la primera gran prueba para el naciente gobierno de Jair Messías Bolsonaro, instalado el 1 de enero. La conmoción política venezolana emergía como una oportunidad para la diplomacia del capitán derechista de mostrar liderazgo en la región, ayudando a reconducir a Venezuela por la senda democrática sin mayores violencias. El desafío abarcaba mucho más, pues englobaba a todo el Grupo de Lima, los países comprometidos a alejar a Maduro, a quien desconocieron colectivamente el día anterior a su posesión tras haber reducido al mínimo sus relaciones con Caracas. Paraguay las rompió de cuajo y ordenó el cierre de sus oficinas en la capital venezolana.
La ruptura progresiva, que agravaría al extremo el aislamiento en que se encuentra el regimen, era una de las cartas aún en juego, y uno de las fichas de presión sobre los militares. Guaidó los convocó en sus primeras declaraciones a sumarse a la rebellion contra el autócrata, pero pasadas 24 horas de su llamado, los militares permanecían al lado de Maduro. Cuánto duraría esa resistencia era motive de conjeturas en todas las cancillerías.
En las horas de tension circuló por las redes un mensaje de Luis Almagro, el Secretario General de la OEA, con motivo de los 60 años de la revolución cubana conmemorados el 1 de enero. El mensaje estaba grabado en el sitio official de la organización y tras ser ¨descubierto¨ empezó a circular. Su contenido es la crítica más fuerte pocas veces oído contra el régimen Cubano y parecía vincularse a la situación venezolana. El nerviosismo que ese pronunciamiento causó mostraba la fuerte vinculación entre todos los regimenes del Socialismo del Siglo 21, en los últimos años reducido solo a Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Cuba. Cualquiera de ellos que sea separado, provocaría inestabilidad en los demás.
Ir o no ir
Una pregunta cuelga en la sala de reuniones de las cancillerías vecinas: ¿Irá el presidente Evo Morales a la ceremonia de posesión de Nicolás Maduro? La mayoría de los que ven la pregunta responde que sí, pues, bajo la lógica que prevalece en Bolivia, no habría razón válida para que el mandatario nacional no asista a un acto repudiado de antemano. La mayoría de los gobiernos del continente ha dicho que No irá por considerar que Maduro es un dictador que ha usurpado la presidencia de Venezuela y que la ceremonia es una afrenta a la memoria de Bolívar y Sucre, reverenciada en los países ¨bolivarianos¨.
Estar en Caracas este jueves quizá sea un ¨desquite¨ del presidente Morales ante los desaires que recibió el 1 de enero en Brasilia, donde nadie le exhibió simpatía y debió retornar a Bolivia sin siquiera la fotografía que otros mandatarios se tomaron con el flamante presidente.
Tal vez no ha sido suficientemente evaluada la idea de asistir a las ceremonias en Caracas este jueves. Uno de los primeros elementos a tomar en cuenta es que Bolivia sería el único país sudamericano presente con su presidente. Casi todos pertenecen al Grupo de Lima que el viernes acordó repudiar a Maduro y reclamarle que se aleje de las riendas del gobierno venezolano. Las autoridades en Caracas ni siquiera consideran la idea. Temen que de inmediato empiecen a caer sobre ellos los juicios que aguardan al régimen por violación a los derechos humanos y por la pésima administración de miles de millones de dólares que ha hundido la economía del que un tiempo fue un país rico encaminado a superar el subdesarrollo en mejores condiciones que todos sus vecinos.
La presencia del presidente boliviano en Venezuela sería una manifestación costosa de solidaridad con Maduro, ahora totalmente aislado en el continente. Remaría contra corriente respecto a Argentina, Perú y Brasil, con los que la sintonía de las relaciones exteriores bolivianas es fundamental.
En estos momentos, puede ser importante no introducir elementos irritantes en las relaciones con Brasil cuando sobre el tablero de la relación bilateral hay tantas cuestiones importantes, entre ellas la búsqueda de un nuevo contrato para venderle gas natural. Mostrarse sonriente y dar un abrazo a Maduro en una toma de mando repudiada continentalmente puede no ser buena idea de la cancillería boliviana, pero sí un estímulo para acrecentar su propio aislamiento.
Un espectáculo aparte
El desplazamiento del péndulo geopolítico mundial, formalizado el 1 de enero con la ascensión de Jair Messias Bolsonaro, asumió las forma de un espectáculo inédito por la incorporación exitosa de la Primera Dama Michelle de Paula Bolsonaro, a la escena central de la jornada. Si el ascenso mismo del capitán del ejército brasileño era una novedad mundial, el papel de la esposa en la ceremonia central no fue menor. Su gracia femenina para hablar con el lenguaje de señas corporales conquistó a la teleaudiencia que compartía, a ratos con bastante holgura a su favor, la atención entre el nuevo politico que asumía el mando de la mayor economía latinoamericana y el quinto país del mundo en extension geográfica.
La joven, nacida hace 38 años en Ceilandia, una de las ciudades satélite de Brasilia, entró a la palestra internacional munida del encanto con el que representó la habilidad aprendida de una madrastra en aquel modesto poblado, una de las siete ¨ciudades satélite¨ con las que surgió la capital brasileña hace más de 60 años para albergar principalmente a la mano de obra requerida por obreros y empleados para la gigantesca construcción.
No fueron solo las manos las que dieron vida a un discurso breve y muy sentido. A cada movimiento acompañaba una expresion facial vívida correspondiente, que parecía dibujada para relucir a tono con el rosado pálido de un traje, cuya sencillez trajo de inmediato comparaciones con grandes figuras femeninas que el mundo adoró, como Jackie Kennedy y Grace Kelly. La firmeza con la que sus brazos y manos esculpían mensajes en el aire y el significado de sus palabras, conformaron un cuadro que se diferenció en absoluto de las ceremonias habituales de posesión. Su breve discurso expresado en señas que traducía la experta (Adriana Ramos) conmovió a la selecta audiencia ya cautivada por el espectáculo.
La traductora se conmovió y la voz se le quebró cuando la ahora Primera Dama prometió redoblar esfuerzos por los más necesitados, y prometió que los derechos de loa discapacitados serán respetados . La audiencia se conmovió al límite al escucharla agradecer a todos por el apyo a su esposo ahora presidente cuando, en septiembre, fue víctima de un atentado que lo apartó de la campaña. ¨En especial, agradezco a mi esposo amado¨ por su esfuerzo en la campaña presidencial. Sus palabras parecían tan sinceras que la audiencia le reclamó un gesto y a gritos le pidió ¨beso, beso¨ al presidente. La joven dio media vuelta y se acercó a su esposo sorprendido y le dio un beso en los labios. Ahí la multitud estalló en aplausos que dieron paso al mantra que Bolsonaro ha puesto de moda: ¨Brasil por sobre todos y Dios por sobre todo¨.
Alberto Zuazo Nathes (1932-2019)
El miércoles 2 de enero falleció en La Paz el periodista Alberto Zuazo Nathes.Tenía 87 años. Uno de los periodistas más galardonados de Bolivia, Zuazo Nathes era Editor General de El Diario, el decano de la prensa nacional. Armando Mariaca, académico de la lengua y periodista de trayectoria notable, escribió el viernes un artículo que refleja las cualidades humanas y profesionales de Zuazo Nathes, a quien Mariaca destaca como ¨amigo de siempre¨. Dice el artículo:
La vida es corta, se dice siempre; pero, cuando estuvo acompañada de seres queridos como es la familia y también cuando participó de ella un gran amigo como fue Alberto Zuazo Nathes a quien me unió la vida durante más de sesenta y cuatro años (desde el año 1954), esta vida se hace larga porque se compartió con el amigo momentos gratos, instantes difíciles que, a través del periodismo, vivimos las peripecias del país siempre colmados de esperanzas.
Se fue Alberto Zuazo, se adelantó a quienes siempre creímos llegado nuestro tiempo; se fue en la línea del periodismo al que sirvió hasta el último día: trabajó en prensa desde los años 50 y ocupó situaciones expectables no solamente como redactor, columnista, editorialista, articulista, ensayista, sino también como corresponsal de prensa porque estuvo ligado a la agencia de noticias United Press International (UPI); fue dirigente de la Asociación de Periodistas y miembro de muchas instituciones.
Presidente de la Asociación de Periodistas, mereció el Premio Nacional de Periodismo, el primero otorgado luego de su creación. Fue galardonado con el Premio Libertad de la Asociación Nacional de la Prensa y cumplió amplia y meritoria labor en Última Hora, ocupando la subdirección, trabajó muchos años en EL DIARIO y llegó a ser Jefe de Redacción; pasado el tiempo, ocupó muy eficientemente hasta hace pocos días el cargo de Editor General y escribió muchos editoriales, profundos y medulares, artículos y notas especiales.
El periodismo tuvo en Alberto Zuazo su gran promotor y ejemplo de grandes méritos, de profundas convicciones religiosas, sabía de materias generalmente ignoradas por la mayoría de los componentes del periodismo; fue de alguna manera, un maestro viviente de muchas disciplinas; fue defensor incansable de la libertad de expresión; pero, en todo caso, fue amigo leal y sincero compañero de trabajo, amigo personal de mi familia, puesto que periódicamente estuvimos en casa, conjuntamente varios amigos, a escuchar las obras de los genios de la música, porque era apasionado por la música selecta, era apasionado por lo bueno, lo bello, lo constructivo.
Fue, como columnista, crítico de la demagogia y del populismo, enemigo de todo lo que significaba corrupción y condenó la ausencia de institucionalidad en el país y las violaciones a la Constitución y a las leyes; lamentablemente, su palabra, publicada en EL DIARIO, no siempre fue práctica de quienes, teniendo poder, deberían enmendar errores y corregir yerros garrafales.
Alberto Zuazo Nathes se fue, pero queda su mistad, su cariño por el periodismo y por las artes, su pasión por la música y las letras; queda el recuerdo de su amistad como símbolo permanente de sentimientos nobles. Alberto, con el mayor cariño deseo que Dios te colme de bendiciones en el cielo y dé a tu familia el consuelo y la resignación que solamente Él puede dispensar a quienes fueron hijos a los que tuvo en sus brazos, como te tuvo a ti durante tu larga y prolífica vida en servicio del país y de todo lo bueno de la Creación.
Círculo consolidado
Repetición con ajustes en el texto original.
Jair Messías Bolsonaro tomó el timón de Brasil con mensajes que remarcan el cambio experimentado en su país. Las cancillerías de todo el mundo estuvieron atentas este 1 de enero a las señales que vinieron desde el planalto brasileño, donde el nuevo presidente, sin grandes estridencias, dejó claro que ahora su país marcha sobre una ruta distinta de la que durante tres lustros siguieron Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff y que sus vecinos, en especial Bolivia y Venezuela, deben tomar debida nota del cambio de dirección.
Es posible que Bolivia hubiese percibido que con Bolsonaro, las relaciones con el vecino gigante no serán las mismas que con los gobernantes brasileños que lo precedieron este siglo. Si las expresiones faciales hablan, las del presidente Evo Morales y del canciller Diego Pari que lo acompañaba dijeron mucho. Vistos en las imágenes que transmitía la Red Globo, que encabezaba las emisiones para todo Brasil,, ambos lucían expresiones adustas, como de quienes muy poco agradable tenían para comentar. De hecho, ambos retornaron a Bolivia apenas acabaron las ceremonias de posesión.
Bolsonaro, en la primera de sus alocuciones, proclamó que Brasil no se dejará conducir por ¨ideologías nefastas¨ que lo dividan y describió la jornada de su posesión como ¨el día en que el pueblo empezó a liberarse del socialismo, de la inversión de valores, del gigantismo estatal y de lo políticamente correcto¨.
Con Bolsonaro se inaugura lo que empieza a configurarse como ¨el fin del compasionismo¨ en la política exterior y el comienzo de una realidad sustentada en valores prácticos exentos de las ideologías de izquierda que hasta ahora la caracterizaban. Al declararse contrario al ¨gigantismo estatal¨, Bolsonaro marcó diferencias con países empeñados en grandes corporaciones del Estado que ayudan a dar empleo a legiones de burócratas de los partidos de gobierno, con frecuencia a costa de fuertes pérdidas que sacrifican inversiones productivas y aumentan los desequilibrios en las cuentas públicas.
El presidente Evo Morales, el único mandatario de la Izquierda del Siglo XXI presente en Brasilia, no debe haberse sentido cómodo con los discursos de un abierto anti-izquierdismo de su anfitrión, a quien saludó con un rostro grave que parecía inconmovible. Lo acompañaba con expresión aún más adusta su canciller Diego Pari, quien descollaba con un típico sombrero negro y el cabello peinado con una enorme cola que le colgaba hasta media espalda.
Contrastaba con los líderes bolivianos, sentados en segunda fila, la comodidad alegre de líderes como el chileno Sebastián Piñera (en primera fila), quien tuvo un saludo de viejos amigos con el nuevo mandatario, de abrazos y palmadas en la espalda seguidas de fotografías. No se vio al mandatario boliviano tomarse una fotografía con el nuevo líder brasileño, como lo hizo la mayoría de los dignatarios asistentes. En el lenguaje de las cancillerías, eso podría decir mucho. El líder nacional carecía de interlocutores como en años pasados.
Piñera anunció que se reuniría con su anfitrión en las horas siguientes y que un acuerdo inminente sería una visita de Bolsonaro a Chile.
La posesión de Bolsonaro fue una muestra elocuente del cambio de orientación de la brújula mundial, con un predominio de representantes de corrientes adversas al Socialismo del Siglo XXI que abrazan los líderes gobernantes de Bolivia. Con la instalación de Bolsonaro, y sin Michelle Bachelet ni Maduro ni Daniel Ortega ( los dos últimos fueron ¨desinvitados¨ para las ceremonias, al igual que el cubano Miguel Díaz- Canel ), el círculo politico e ideológico que rodea a Bolivia ha quedado consolidado. En la posesión de Bolsonaro, el presidente Morales era un líder solitario.