Mes: septiembre 2012
Octubre caliente
En pocos días más ocurrirá un trío de procesos políticos que concentrará la atención latinoamericana: las elecciones presidenciales en Venezuela y las municipales en Brasil, ambas el 7 de octubre, y las negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC), al día siguiente, en Noruega. Es mucho lo que estará en juego en los tres procesos. Sus resultados pueden influir en la configuración política del continente. Revisten importancia, incluso para Ud. que puede estar leyendo las noticias mientras se sirve un café.
Los comicios en Venezuela pondrán en la balanza de apuestas al modelo socialista de Hugo Chávez, a quien el gobierno boliviano tiene como faro esencial de orientación, y al candidato único de oposición, Henrique Capriles, que promete una administración distinta de los ingentes recursos financieros del rico país petrolero: Nada de ayudas generosas o gratuitas, especialmente a los amigos de esa corriente. Bolivia, Cuba, Nicaragua y Ecuador están conspicuamente entre esos amigos. El modelo chavista ha contado con una montaña de dólares y Chávez asegura que si pierde, habrá una guerra civil. Su rival Henrique Capriles le dice que no será así y como se trata de una especulación sin forma inmediata de verificar, le reprocha que pese al alud de dinero, Venezuela sea todavía subdesarrollada, agobiada por la inseguridad y sin esperanzas de revertir esa condición en el corto plazo. Parte importante de la riada de ingresos se ha ido hacia programas sociales que el presidente candidato dice que su contendor suprimirá. Capriles reitera que no está loco para borrar todo lo hecho Chávez y viene con un ímpetu que asusta al comandante. La proximidad de los rivales ha exacerbado la guerra electoral que prevalece en ese país. En Bolivia, al igual que en Cuba y Nicaragua, los ojos de los analistas estarán fijos también en los precios que marquen las estaciones de servicio para carburantes que llegan de Venezuela, diesel, en nuestro caso. Una derrota de Chávez, o un triunfo por márgenes estrechos, podría alterar esos precios.
En Brasil no es menos trascendente la elección en 5.565 municipios, entre ellos los de Río de Janeiro, Sao Paulo y Belo Horizonte. En Río la reelección de Eduardo Paes, del Partido del Movimiento Democrático Brasileiro, parece escrita en la pared. Consolidará a su partido, parecido al MNR boliviano, como fuerza dominante en la ciudad tarjeta postal brasileña. En Sao Paulo, el ex candidato presidencial socialdemócrata José Serra lucha desde una incómoda tercera posición en las encuestas, atrás del gobiernista y ex ministro de educación Fernando Haddad, y del popular reportero de TV y líder evangélico Celso Russomanno, que encabeza la disputa. Serra, derrotado dos veces en las contiendas presidenciales por Luiz Inacio Lula da Silva, llevaría su carrera política al ocaso si pierde esta elección. La ciudad de Sao Paulo es la tercera economía de Brasil, precedida sólo por la de todo el país y la del estado de Sao Paulo. Fue Serra quien calificó como “transcocalera” la carretera proyectada a través del TIPNIS. Es obvio que no simpatiza con el gobierno boliviano, menos con el de Venezuela. En Belo Horizonte, el socialdemócrata Aécio Neves, tampoco amigo de Chávez, parece rumbo a una victoria segura, lo que le dará impulso para disputar la presidencia de Brasil en 2014.
El tercer foco de atención será Oslo, la capital noruega donde se reunirán el gobierno colombiano y representantes de las FARC, las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia, la guerrilla que lucha en la selva desde hace medio siglo. El presidente Manuel Santos cree que esta vez llegará la paz. En un consistente crecimiento económico, su país es la tercera fuerza económica sudamericana, después de Brasil y Argentina. A fines de octubre, las negociaciones se irán a La Habana, en una expresión importante del interés cubano por la paz colombiana y por ofrecer una imagen pacifista, lejos de la de confrontación que lo marcó. Este octubre será un mes para no olvidar.
Los días finales
Por Pedro Guerrero
Caracas – A sólo días de las elecciones en Venezuela, está al rojo vivo la campaña que enfrenta a Hugo Rafael Chávez, que busca un cuarto mandato, y al líder opositor Henrique Capriles Randonski.
Los candidatos se mueven a toda máquina. Apretaron el paso en los últimos 15 días. Capriles ha sido más ágil, gracias a su juventud (40 años), mientras que el Chávez (58 años) tuvo una agenda menos agitada, pero probablemente más estratégica.
La semana anterior hubo un intento de Chávez para llevar el debate al plano programático, cuando con bombos y platillos anunció que Capriles tiene elaborado “un paquetazo neoliberal” inspirado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se propone eliminar las Misiones (programas sociales) de su gobierno en favor de los sectores más pobres. Chávez aseguró que “el paquetazo” sería similar al de Carlos Andrés Pérez en febrero 1989, que dio origen al “Caracazo”, la movilización popular contra el alza del precio de la gasolina, seguida de saqueos que sólo pudo ser controlada a balas por el ejército.
Capriles respondió indicando que “ese es un invento del oficialismo” porque, tras 14 años en el gobierno, no tiene nada para ofrecer.
Chávez concurre a los comicios con un programa económico alternativo al “modelo salvaje del capitalismo” para “acelerar la transición al socialismo hasta hacerlo irreversible”, lo que implicaría “la propagación del estado comunal y el impulso a la propiedad social sobre los factores y medios de producción básicos y estratégicos”.
Capriles apuesta a una economía mixta con un fuerte énfasis social. El candidato opositor insiste en que mantendrá las políticas sociales, los programas asistenciales en salud, educación, alimentación y vivienda que constituyen el núcleo duro del chavismo, pero con modificaciones para hacerlas más eficientes.
“Tenemos tres ideas fuerza: La primera es sustentar el crecimiento a mediano plazo. No queremos una economía volátil. Segundo, bajar la inflación que deteriora los salarios y la competitividad. Tercero, mejorar la distribución del ingresos y lograr una sociedad más equitativa”, repite Capriles.
El petróleo, la mayor fuente de divisas de Venezuela, representa el 95% de sus exportaciones, con ventas superiores a los 120.000 millones de dólares anuales que pagan las voluminosas importaciones, especialmente alimentos, que crecieron bajo Chávez.
Ambos coinciden en se debe acabar con esa situación y aumentar la producción petrolera.
Sin embargo, Chávez insiste en que buena parte de la renta petrolera debe financiar las políticas sociales, por lo que convirtió a la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) en uno de los grandes pilares de las misiones, mientras Capriles estima que una mayor parte de los ingresos del petróleo debe dirigirse a elevar la producción industrial y agropecuaria,
Capriles planteó debatir programas de gobierno, pero Chávez se negó rotundamente y dio inició a un periodo desagradable de insultos groseros contra Capriles.
El apodo despreciativo preferido que Chávez utiliza para referirse a Capriles es el de “majunche”, que en el léxico del llano venezolano significa “mal hecho”. La semana antepasada, cuando el comandante presidente estuvo más molesto con Capriles, lo llamó reiteradamente “majunche jala bolas, jala bolas del imperio”. Capriles ha guardado compostura.
“Yo sostengo que Chávez está liquidado políticamente por todos los errores que ha cometido y que sigue cometiendo; es decir, él solito se está liquidando, él solito se liquidó políticamente”, me dijo Teodoro Petkoff, fundador del Movimiento al Socialismo en 1968. Capriles tiene respaldo de medios privados de comunicación, en los cuales periodistas denuncian diariamente “la corrupción, los negociados, el nepotismo, el abuso de poder y el tráfico de influencias del Gobierno”. Es el caso del programa “Grado 33” de los periodistas Roberto Giusti y Norberto Mazza en el canal de televisión Gigavisión.
Opositores que asistieron el jueves a la presentación de “La Petroquechera de Chávez” enumeraron donaciones y regalos en efectivo a 26 países. Armando Briquet, jefe de campaña de Capriles, dijo que “Chávez regaló un total de 82.000 millones de dólares.” Entre los receptores figuran Cuba, Mali, Haití, Nicaragua, Honduras, Bolivia, Argentina, República Dominicana, Bielorrusia, Ecuador, Paraguay, Gambia, Antigua y Barbuda, Uruguay, Puerto Rico, Jamaica, Benín y hasta los Estados Unidos”.
Agregó que esos dineros fueron a reparar refinerías, compra de insumos agrícolas, bombillos ahorradores, limpieza de ríos, construcción de hospitales, escuelas, reparación de carreteras y hasta programas de televisión, este último caso en Bolivia a través de “Evo cumple”, mientras los venezolanos enfrentan problemas con la basura, falta de energía, alcantarillado, educación y otros servicios básicos.
Chávez arenga con la consigna de que el Partido Comunista Unido de Venezuela debe obtener 10 millones de votos para un triunfo con más del 70 por ciento de los electores para taparles la boca a la “rancia burguesía y al imperio”.
Sin embargo, las denuncias diarias sobre negociados pueden mellar su credibilidad. A fines de agosto, Chávez afirmó que la clase media y los más ricos debían votar por él para evitar una guerra civil.
La respuesta opositora fue que “el miedo existe y asusta, pero que hay un momento en que la gente se cansa, se harta de ser herida y se sacude el temor, se limpia el polvo del abuso y continua adelante construyendo sus sueños. Quien tanto nos asusta también tiene miedo, liberémosle de ese miedo el 7 de octubre y démosle vacaciones con nuestro voto”, dijo el escritor Laureano Márquez.
Muchas figuras representativas de la izquierda que al principio del gobierno de Chávez estuvieron con él, se han alejado y son sus críticos. Es el caso de la plana mayor del Movimiento al Socialismo (MAS), fundado en 1970 por Pompeyo Márquez, Fredy Muñoz, Teodoro Petkoff y otros.
El último ex dirigente del Partido Comunista en abandonar a Chávez es Antonio García Ponce, un alto exponente del marxismo en Venezuela y quien dice que Chávez no tiene ninguna ideología de izquierda, sino que es exponente de la ideología de “el poder por el poder”.
La explicación que vino del norte
Durante días estuve procurando información oficial sobre la nota con la que Estados Unidos rechaza el pedido de extraditar al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. El gobierno no la dio y los medios que leí no la ofrecieron. El problema es más simple y a la vez más complejo. Jack Tapper, columnista de ABC News, trajo el 10 de septiembre una explicación que puede insinuar el contenido de la nota misteriosa. Una fuente informó al columnista que, para ser exitoso, un pedido de extradición debe tener dos pilares: el delito debe ser tal en las jurisdicciones de los dos países y debe existir un convencimiento razonable de que la persona efectivamente lo cometió. Pero la petición boliviana no tenía esos pilares. Como cuestión técnica, en la legislación americana no cabe la acusación de genocidio en la forma en la presentada en la solicitud boliviana. Habría sido mejor “presentar acusaciones de asesinato o de conspiración para cometer asesinato”, dice el columnista, citando una fuente informativa. La misma fuente agrega que “la acusación es de genocidio pero no trajo pruebas” que demostrasen que el ex presidente hubiese ordenado la muerte de nadie, dice el columnista.
“En la solicitud no había evidencias”, dijo la fuente, tras agregar que el gobierno boliviano tiene la costumbre de enviar a menudo “peticiones muy defectuosas” al gobierno de Estados Unidos .
Dicho localmente, la redacción de la petición boliviana puede haber sido inconsistente, con la frecuente redacción de calidad pobre que se nota en algunos documentos (no sólo en documentos) oficiales. Todo esto explicaría porqué la nota oficial de Estados Unidos aún está protegida contra la divulgación. Adolecía, de acuerdo al columnista, de «graves fallas técnicas».
Ante el 7 de octubre
No es hacia el aniversario de los días violentos de octubre de un pasado reciente que Bolivia debe mirar. Es al día 7, ese número emblemático que en Venezuela representará una jornada que tendrá a muchos bolivianos pegados a sus pantallas electrónicas y a sus televisores. Y probablemente a muchos ciudadanos de los países del ALBA. Ese día, Hugo Chávez y su “proceso de cambio” estarán sometidos al juicio democrático. Un conocido columnista de Tal cual Digital, de Caracas, con fina ironía escribía sobre el simbolismo del siete: siete días de la semana, siete pecados capitales, siete sacramentos, siete notas musicales, siete colores del arco iris y hasta siete los enanos de Blanca Nieves. Recordaba que a partir del 7 de septiembre empezaba la cuenta regresiva de un mes “para una de las elecciones más esperadas y anheladas” de la historia política venezolana. Las filas oficialistas de Bolivia, Cuba, Nicaragua, Ecuador y otros países observarán con aprehensión lo que ocurra en ese país del norte sudamericano.
Nunca Bolivia estuvo tan atada como ahora a ese país que representa mucho en nuestra historia. De allí viene el diesel que ofrecen los surtidores en todo el país, por el que Bolivia paga el precio internacional (aproximadamente un dólar el litro) y lo vende a la mitad. No hay otro suplidor a la vista. Venezuela cubría de su bolsillo la cuenta de “Bolivia cambia” y nunca se supo exactamente a cuánto alcanzaron los cheques que entregaba la embajada de ese país. Chávez es fuente primordial de inspiración del presidente Morales y del Movimiento al Socialismo. Astutamente, la oposición que encabeza Henrique Capriles lo llama “el presidente saliente”. Capriles ha dicho claro y fuerte: Si gana se acabarán los préstamos generosos y las ayudas no reembolsables que han costado a los cofres venezolanos decenas de miles de millones de dólares.
Bajo el comandante Chávez, los ingresos venezolanos pueden haber superado un billón (doce ceros) de dólares, el doble de todas las exportaciones petroleras en más de 60 años hasta 1998. Con niveles de pobreza aún elevados y visibles en las enormes favelas de las ciudades y en la precariedad de los hospitales públicos y su red vial, la mayoría de los venezolanos se pregunta legítimamente: ¿dónde están esos reales?
Con los torrentes asombrosos de dinero generado por el petróleo, parecería cínico colocar a Venezuela entre las naciones en desarrollo. Sin embargo, la lista del desarrollo humano de 187 naciones la coloca en el número 73. Está debajo de nueve naciones de la región: Chile, Argentina, Uruguay, Cuba, México, Panamá, Trinidad y Tobago, Granada y Costa Rica. Bolivia está en el 108. Es natural percibir un sentimiento de frustración en los amigos venezolanos, como si hubieran perdido el cielo que parecía estar al alcance de sus manos.
La proverbial apatía venezolana hacia los acontecimientos políticos ha desaparecido y la que viene probablemente será la elección con mayor afluencia de su historia. Chávez, hasta hace pocos meses visiblemente afectado por un cáncer misterioso, luce pleno pero lejos del vigor de antaño. Desde que comenzó la campaña en julio, su rival no ha cesado su recorrido para visitar el mayor número posible de pueblos, ciudades y barrios de la geografía de su país. Hasta ahora lleva más de 200 visitas. Chávez ha asistido a unos 15 actos oficiales (hasta este jueves). La juventud de Capriles (40 años) y la enfermedad del presidente casi sesentón (58) pesan en la campaña.
Nunca una elección venezolana utilizó tanto los medios de comunicación, algo curioso en un país donde la prensa independiente está en jaque permanente (al igual que en latitudes que conocemos). Chávez detenta el uso exclusivo todos los medios del estado. Capriles le ha sacado amplia ventaja en el uso de medios electrónicos. La guerra de encuestas es intensa. Sondeos independientes muestran a Chávez, antes solitario en la cabeza de las preferencias, con Capriles en los talones y hasta superándolo.
La ansiedad de los venezolanos es compartida por Cuba, cuyas finanzas tienen en el petróleo venezolano un balón de oxígeno vital e insubstituible. En menor escala pero fundamental, la ansiedad también está presente en Ecuador y Nicaragua. La del domingo 7 de octubre será la madre de las batallas democráticas de la región.
Tras el texto de un rechazo
Hace más de una semana que los bolivianos nos enteramos que Estados Unidos había rechazado el pedido boliviano para la extradición del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Han pasado ocho días y el país ignora el contenido de la nota oficial de rechazo. Hemos leído y escuchado especulaciones sobre lo que se cree que contiene la nota. Nadie puede discutir el interés en ese documento. Es sólo natural que los bolivianos quieran conocer la respuesta completa de Estados Unidos al pedido de extradición. Habría sido importante que los medios hicieran todos los esfuerzos para difundirla. La niebla y la imprecisión que cubrieron la información fueron patentes desde el principio.
Veamos los encabezamientos de la noticia en algunos medios:
El Día. El presidente Evo Morales rechazó rotundamente el viernes la negativa del gobierno de Estados Unidos de extraditar al ex mandatario Gonzalo Sánchez de Lozada (2002-03) para que responda al juicio por genocidio que se le sigue en Bolivia, y consideró que el país del norte se convierte en “refugio de delincuentes y el paraíso de la impunidad”. Primera observación. No se rechaza una negativa. El verbo está mal aplicado. Se la puede condenar, criticar, censurar, expresar malestar. El siguiente párrafo dice que las autoridades han recibido una nota del gobierno de Estados Unidos en la que se justifica la negativa porque “la sociedad civil no puede ser responsable de las acciones militares”. Luego cita una frase del presidente Morales: “Rechazo rotundamente, no comparto ese término y con ese pretexto tratan de cómo Estados Unidos se convierta en refugio de delincuentes, que Estados Unidos sea el paraíso de la impunidad”. La frase es muy pobre y confusa. Podía haber sido mejorada de no mediar el juicio en curso contra ANF, Página Siete y El Diario. La nota asegura que existe una nota oficial de Estados Unidos, pero no explica si los reporteros trataron de conseguirla ni las razones para que las autoridades la hubieran vedado al público.
El Mundo. Estados Unidos rechazó la solicitud de extradición del ex presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada, según pudo confirmar el periódico digital Oxígeno en diversas fuentes. Mientras tanto, la Cancillería del Estado Plurinacional aún no emite el comunicado en el que dará a conocer su posición sobre esta versión informativa.
Comento: 1) No es profesional respaldar una información tan importante en “diversas fuentes” mencionadas por una publicación digital poco conocida. 2) El lector queda aguardando que le digan por qué, según “la fuente gubernamental consultada por el periódico digital Oxígeno”, la cancillería “no emite el comunicado en el que dará a conocer su posición sobre esta versión informativa”. ¿Por qué tanto sigilo? Uno grita por explicaciones. Luego, el lector se entera que es sólo una versión. Pregunto: ¿Habría otras versiones?
La Razón (digital): Evo morales condena el rechazo de EE.UU. a la extradición de Goni y ve “imposible” que ese país entregue a la ex autoridad. El uso del verbo es correcto. Luego vienen párrafos importantes: El presidente Evo Morales confirmó que Estados Unidos informó al gobierno, mediante una nota, que rechazó la solicitud de extradición del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Cuestionó la decisión y consideró que, a partir de esta posición, será “imposible” que el país del norte entregue “a estos delincuentes que cometieron delitos de lesa humanidad”. Comento: El párrafo es trepidante. Debía decir: El presidente Evo Morales confirmó que Estados Unidos ha rechazado, etc. Luego, si el presidente de un país afirma que aquellos cuya extradición es solicitada son “delincuentes que cometieron delitos de lesa humanidad” hay escasas posibilidades de que esas personas reciban un juicio imparcial. Especialmente cuando se sospecha de la dependencia del Poder Judicial en Bolivia respecto al Ejecutivo. El siguiente párrafo requiere de precisión: “El Estado boliviano solicitó la extradición del ex mandatario para que responda por los sucesos de octubre de 2003, que concluyó (¿sí?) con la muerte de 67 personas. Es decir: Los sucesos concluyó…Norma básica es que el sujeto (los sucesos) guarde correspondencia con el verbo.
Página Siete tiene un titular apropiado: “Morales condena rechazo de EEUU a extradición de Goni”. Los dos párrafos siguientes, sin embargo, deben llevar muletas para sostenerse: …y consideró que el país del norte se convierte en “refugio de delincuentes…” Más preciso sería: Con esa decisión tiende a convertirse, etc. Todas las crónicas hablan de un presidente ‘visiblemente molesto”. Pegunto: ¿Podía ser invisible la molestia? Sus palabras ya expresan su molestia. El adverbio es innecesario.
El Deber. Estados Unidos rechazó la solicitud boliviana de extradición del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, según confirmaron fuentes gubernamentales. La Cancillería anunció un comunicado oficial sobre el tema, pero hasta anoche no dio a conocer ningún reporte. Observación: El “según” es innecesario. “Pero hasta anoche no dio…Mejor: no había dado. Sigue la pregunta: ¿Por qué no intentar una explicación del sigilo en torno a la nota oficial? Por ejemplo: Eran desconocidas las razones por las cuales la Cancillería no difundió de inmediato el texto de la nota estadounidense. Las agencias informativas internacionales que sirven a El Deber tampoco trajeron información o el texto de la decisión.
El Diario. Tuvo mayor fluidez: “Estados Unidos negó la solicitud de extradición del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, quien se encuentra en Miami desde octubre de 2003 y a quien se acusa como principal responsable de la masacre de octubre de ese año. Aunque no se dieron a conocer los pormenores de la decisión adoptada por el país del Norte, las fuentes que lograron contactarse con los medios, etc.
Hoy Bolivia.com. Comentario previo: Los medios no están obligados a transcribir disparates que, por definición, son desechables. El siguiente párrafo viene al caso: El Diputado del Movimiento al Socialismo Galo Bonifaz informó que su partido pedirá al gobierno de Evo Morales que encabece una campaña para que las sedes de la ONU y la OEA se trasladen a países defensores de los derechos humanos. Comento: El proponente ignora la magnitud de esa proposición. Ni cuando estaba viva la URSS hubo un planteamiento semejante. Habría que ver qué países apoyarían la sugerencia. Y cuáles los candidatos donde los derechos humanos sean respetados plenamente. Quizá en Marte, ahora que Curiosity se desplaza por ese planeta. Qué trabajo le pidieron al Presidente Morales!
Ir a tribunales de ética, recomienda UNIR
Fundación UNIR, una de las instancias más respetadas de observación y vigilancia del comportamiento de los medios de comunicación en Bolivia, recomendó este martes al gobierno que considere presentar un reclamo formal ante el Tribunal de Ética Periodística de la ANP y el Consejo Nacional de Ética Periodística para zanjar la controversia en torno al discurso del Presidente Morales sobre las condiciones climáticas, el flojo y la flojera.
También recomienda a los medios ejercitar una supervisión ética y técnica más rigurosa en el tratamiento de las noticias.
La recomendación de UNIR coincide con planteamientos de organizaciones periodísticas y, por venir de la institución que fundó y dirigió la periodista Ana María Campero, fallecida hace dos años, puede representar una salida para el conflicto que enfrenta al gobierno, que quiere abrir un juicio contra ANF, El Diario y Página Siete.
El gobierno argumenta que esos medios distorsionaron un discurso que el presidente improvisó en Tiahuanacu hace dos semanas cuando, entre otras cosas, dijo: “En el oriente boliviano, donde todo el año se produce, yo digo solamente por falta de voluntad podemos ser tan pobres o no poder tener alimento, mientras en el altiplano es diferente, si hay helada, si no hay lluvia, si hay granizada, no hay alimento. Es una verdad eso. Pero en el oriente, sólo por flojos podemos hambrear”. Los medos sindicados sostienen que no realizaron ninguna tergiversación y que se limitaron a reproducir las palabras del presidente.
La sugerencia de UNIR viene tras la Carta a la Nación que el domingo publicaron 14 periodistas, todos Premio Nacional de Periodismo o dirigentes de la Asociación de Periodistas de La Paz y la Asociación Nacional de Periodistas que plantearon al gobierno que retire la denuncia contra esos medios.
UNIR dice en los párrafos finales de la vivisección que ha realizado de la controversia:
“El gobierno debe reconocer que ni la penalización de la interpretación periodística de los hechos ni el reiterado estímulo de un enfrentamiento con los medios informativos son una vía adecuada para lograr que la democracia y el pluralismo se fortalezcan o para
que la ciudadanía acceda a información necesaria, responsable y de calidad. A su vez, los responsables de los medios noticiosos y de los gremios periodísticos, además de defender y promover el Derecho a la Información y la Comunicación (DIC) establecido y garantizado por la Constitución Política del Estado, debieran ejercitar una supervisión ética y técnica más rigurosa sobre el tratamiento de las noticias, las opiniones y los análisis referidos a temas, instituciones y personas con repercusión pública. Sin embargo, las autoridades de los distintos ámbitos y niveles del Estado debieran considerar siempre el alcance que pueden llegar a tener sus actos y declaraciones en el espacio mediático. Y la ciudadanía debiera estar permanentemente vigilante y ser exigente respecto de la vigencia del DIC en el país.”
El análisis de UNIR es un trabajo de cuidado meticuloso y sus sugerencias lucen atinadas. Es difícil que el gobierno no las escuche. Revive paso a paso el proceso de la información, a partir de los boletines emitidos por Agencia de Noticias Fides, su crónica final y la publicación que, en base a ella, hicieron El Diario y Página Siete. Pese a provenir de la noticia de ANF, el titular y primer párrafo de la versión que reprodujeron los dos diarios son diferentes y quizá el origen de toda la controversia que se desató. En ningún caso, sin embargo, hubo una tergiversación ni una incitación racista. Las autoridades inicialmente echaron toda la responsabilidad sobre ANF y después incorporaron en la cuestión a los dos diarios paceños.
Tal vez la semana concluya con la tensión gobierno-prensa-periodistas disipada.
¿Quién aplaudió la “represión limpia y sin balas” en Chaparina?
La pregunta la hizo este comienzo de semana la ex Ministra de Defensa Cecilia Chacón al exponer insatisfacción en su cuenta de Facebook con la designación de Sacha Llorenti como representante boliviano ante las Naciones Unidas. La ministra, con un sonoro “así no”, renunció al gobierno del presidente Morales hace casi un año como protesta por la represión policial sobre la marcha indígena en Chaparina, de la cual ninguna autoridad quiere hacerse responsable. La insatisfacción de la ex ministra, la única en dirigir la cartera de Defensa Nacional bajo del actual gobierno, es un hecho noticioso de magnitud.
Cuenta de la carta de la ex ministra dio la Agencia de Noticias Fides (ANF), que colocó un resumen en su portal Noticias Fides y alertó a los medios sobre la actitud de quien durante algunos meses estuvo a la cabeza de las armas bolivianas.
El sigilo de la ex autoridad en hacer conocer su pensamiento sobre la controvertida designación de Llorenti fue explicado por ella misma: el pudor con el proceso del que se siente todavía parte. El deseo de causar el menor impacto expresando su indignación silenciosa, sin embargo, parece llamado a repercutir en las raíces del gobierno.
Algunos párrafos:
“Son once meses que veo pasar días tristes. Porque los errores no se rectifican, sino que se reafirman. Porque los compañeros que están dentro del gobierno y son testigos de cómo estos pasos (como el nombramiento de Llorenti) nos alejan del rumbo callan. Porque con dolor los veo defender lo indefendible”.
“No me interesa ningún protagonismo; por esta razón me niego a que mi vida, identificada con este proceso, que sufre las mismas crisis y goza los mismos éxitos, sea expuesta y utilizada. Por ello me he negado a dar entrevistas y lo seguiré haciendo, con el debido respeto a los medios de comunicación. Debo decir que muchas veces van detrás de lo que ellos quieren escuchar y no de lo que una tiene que decir. Por eso prefiero expresarme de esta manera, a través de esta muy personal declaración.”
“Ha pasado casi un año desde la represión vergonzosa en Chaparina, de aquel día de violencia cometida contra mujeres, niños. Y todo lo que allí sucedió permanece en la impunidad. He esperado que el Presidente y el Gobierno sean coherentes con lo que predicamos. Que no sólo se realice una investigación imparcial que identifique y establezca responsabilidades (sobre la represión en Chaparina), sino también un proceso autocrítico sobre la forma en que se encaró el conflicto. Una íntima reflexión que nos responda cómo llegamos a ese conflicto, por qué se permitió que la violencia se imponga al diálogo, que la fuerza supere a la razón. Llevo más de once meses (desde su renuncia) esperando cualquier clase de señal que permita al Gobierno volver al sendero forjado por nuestro proceso, por nuestras luchas. Un rescate sobre la base del respeto, la inclusión, la transparencia y la honestidad.”
“No olvido que dos días después de lo sucedido, el Presidente anunció una investigación y abrió la puerta a la posibilidad de recapacitar y dar un paso hacia atrás en el rumbo que se tomó a partir de ese día. En silencio comencé a esperar esa oportunidad y tiempo de reconocer que la violencia y la represión no son el camino. De admitir que lo de Chaparina estuvo mal y retornar a la senda. Sin embargo, el nombramiento de Sacha Llorenti en una embajada o en cualquier otro cargo cierra esa posibilidad. Nos arrebata esa esperanza. No sólo significa impunidad para él o los responsables, sino que es una afirmación tácita de que lo que sucedió el año pasado es considerado válido y justificable.”
Las preguntas
“¿Qué es lo verdaderamente importante? ¿Quién preparó el plan? ¿Quién lo propuso? ¿Quién lo autorizó? ¿Quién lo ejecutó? ¿Quién aplaudió que se ejecutara “limpiamente y sin bajas”?
“Importa todo lo que vimos, pero mucho más lo que no vimos. Fuimos espectadores de lo que se ejecutó, pero todavía no podemos ser testigos de una sincera voluntad gubernamental por enmendar el mal, y personalmente creo que el mal no se combate encarcelando o eliminando al malhechor, porque el mal es algo que nace en nosotros y es ahí donde debemos combatirlo.”
No necesitamos pruebas
“No podemos subestimar el sentido común de la gente. Esa profunda intuición que todos tenemos de lo correcto y lo incorrecto, más allá de lo que puedan decir la religión, el gobierno o las leyes. Siempre podremos callar a quien no piense como queremos; pero no callaremos a nuestras conciencias. A ninguna de ellas.
Siento que el pueblo boliviano intuye bien dónde está la responsabilidad de los sucesos de Chaparina. Si bien se debe respetar la formalidad del proceso judicial, no necesitamos pruebas ni que una sentencia lo confirme. Ese sería un paso acertado en el marco de la justicia formal, pero no resolvería el problema de fondo, el problema esencial.
Personalmente creo que el problema de fondo es creer que una persona o un grupo puede encarnar un proceso que tiene un tiempo y actores mucho mayores que nosotros. No se puede confundir la soberanía, la voluntad del pueblo, con los deseos personales. Así tengamos muy buenas intenciones. Mandar obedeciendo implica tomar en cuenta las formas y no sólo los resultados, no se puede sacrificar democracia por eficacia.”
Tres errores
“Por eso el primer error del Gobierno en el caso de Chaparina es pensar que tiene el monopolio del proceso. Creer que sabe lo que es bueno y malo para nosotros y que, por lo tanto, tiene autoridad para tomar las decisiones por todos e imponerlas a través de la fuerza pública.
Segundo error, pensar que mediante el uso de la violencia podemos resolver algo, peor aún acabar con una reivindicación justa. Si bien podemos y debemos enfrentar al enemigo armado en batalla; no podemos utilizar los mismos medios con el pueblo desarmado.
Tercer error, tirar la piedra y esconder la mano detrás de una parodia judicial, que si bien reviste formalmente la intención de hacer justicia en el fondo no engaña a nadie más que a quien la opera.
No estoy en contra del Ejecutivo. Deseo cada día que hagan las cosas bien, porque de su éxito en la implementación del proceso depende que al pueblo boliviano le vaya bien, sé que gobernar no es sencillo y que nadie está exento de errores. Y acá hago una aclaración necesaria, tengo diferencias pequeñas y grandes con el Gobierno; pero no tengo semejanzas con la derecha. Esa que hoy usurpa una bandera y un discurso que se cedió hace un año.
Por eso mi silencio no quiere decir que no tenga diferencias, es tan solo que mi forma de expresarlas no es a través de los medios, de eso ya hay mucho. Creo que si la crítica no sirve para construir, y eso demanda considerar la reacción del criticado, es un ejercicio vacuo y algunas veces tan sólo una exhibición de vanidad mesiánica.”
El cambio no es monopolio ni tiene partido
“Creo en los que necesitamos ideales. Necesitamos esperanzas, necesitamos utopías, como alimento imprescindible para vivir. Pero eso no significa que necesitemos héroes o salvadores. La política no se reduce al arte de gobernar, sino a la forma de vivir: la política es vida, es lo que vistes, lo que comes, lo que sientes, lo que callas, lo que dices y sobre todo lo que haces.
Muchas veces he leído a Rafael Puente, con quien me identifico plenamente en sentimiento. Sobre todo cuando desea estar equivocado en relación a los desatinos gubernamentales, en ese aspecto fundamental nos distinguimos de quienes se llenarán la boca y se alegrarán si es que malos resultados confirman sus augurios.
El proceso de cambio no es monopolio de un partido o una élite de “iluminados”. La revolución, si es auténtica, no tiene partido, le pertenece a su gente. Nadie debe ser considerado “invitado” del proceso así como ninguno puede creerse más importante que otro compañero. Fuimos fuertes porque fuimos todos, codo a codo. Y ahora todos tenemos el derecho y el deber de defender algo que es nuestro, de luchar por rescatarlo. No se puede tolerar más el argumento de “estás conmigo o estás en contra mía” que ha dañado a tantas revoluciones en el mundo. El principio del pluralismo, permite la coexistencia de muchos mundos en este mundo, no hay cabida para cualquier clase de pensamiento absolutista.
La consecuencia
Como un sabio decía, no me preocupa tanto convencer con mi verdad o defenderla, sino vivirla. Las revoluciones se encarnan desde lo más pequeño, en lo cotidiano. Nuestra victoria es dejar que el cambio nazca de nosotros. Que la nueva sociedad que tanto soñamos se materialice en nuestros actos todos los días, en nuestros nuevos valores y compromisos. Debo ser coherente con esto y por eso decidí romper mi silenciosa espera, porque no puedo volcar la mirada a otro lado y hacer como si nada pasara. Porque estos días tristes y sus últimos sucesos casi nos arrebatan nuestra íntima esperanza en el rescate del proceso.”
M. Cecilia Chacón R.
¿Quién aplaudió la “represión limpia y sin balas” en Chaparina?
La pregunta fue hecha esta comienzo de semana por la ex Ministra de Defensa Cecilia Chacón al exponer insatisfacción con la designación de Sacha Llorenti como representante boliviano ante las Naciones Unidas. La ministra, con un sonoro “así no”, renunció al gobierno del presidente Morales hace casi un año como protesta por la represión policial sobre la marcha indígena en Chaparina, de la cual ninguna autoridad quiere responsabilizarse. La insatisfacción de la ex ministra, la única en dirigir la cartera de Defensa Nacional bajo del actual gobierno, es un hecho noticioso de magnitud.
Cuenta de la carta de la ex ministra dio la Agencia de Noticias Fides (ANF), que colocó un resumen en su portal Noticias Fides y alertó a los medios sobre la actitud de quien durante algunos meses estuvo a la cabeza de las armas bolivianas.
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En busca del “Subcomandante Marcos” colombiano
Si con raíces en este tema hubiere un nuevo juicio del gobierno contra medios de comunicación, la primera tarea de la defensa y la acusación será descubrir si existe un “Subcomandante Marcos” colombiano que también pertenezca a uno de los movimientos guerrilleros de ese país. Sobre este personaje con aquella combinación en la hoja de vida habló el domingo el Presidente Morales.
La Agencia de Noticias Fides informó sobre la visita del mandatario a la localidad Lauca Ñ del trópico cochabambino. Al citar las palabras del presidente en una reunión con cocaleros del lugar, escribió: “En su alocución, el Presidente Morales cometió presumiblemente un nuevo lapsus; afirmó que el subcomandante Marcos pertenece al “ejército de liberación nacional de Colombia” cuando el subcomandante insurgente es el líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) del estado de Chiapas, al sur de México”.
Luego citó la frase que contenía la afirmación: “Al subcomandante Marcos del Ejército de Liberación Nacional de Colombia le han acusado de narcotraficante. Claro, es antiimperialista, anticapitalista y lo acusan de narcotraficante públicamente, en los medios de comunicación he leído. A Venezuela que no tiene nada que ver con la producción de coca, no tiene nada y la acusaron de narcotraficante”.
Un despacho de Europa Press fechado en Madrid la madrugada de este lunes también dice que la frase del presidente “podría ser un lapsus ya que (el subcomandante) no es miembro del ELN sino el principal ideólogo, portavoz y mando militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)”.
En otro momento, el lapsus, que ANF considera como “presunto”, habría sido corregido o habría pasado desapercibido, pero el estado tenso al que han llegado las relaciones entre el gobierno y los medios no oficiales puede ser la causa para que las palabras del presidente sean reproducidas sin edición a fondo. A menos, claro, que el subcomandante Marcos colombiano exista en la realidad. Y en ese caso el presidente sería acreedor de disculpas de quienes dijeron que habría cometido un lapsus.
Heredarás el viento
Una atmósfera de “Gran Hermano” ronda sobre Bolivia con el anuncio de un juicio criminal (ahora será denuncia, unos decibelios menos) contra ANF, El Diario y Página Siete por reproducir trozos de un discurso del presidente Morales. Con una granizada de adjetivos, el gobierno sostiene que Agencia de Noticias Fides distorsionó las palabras del mandatario cuando dijo: “En el oriente boliviano, donde todo el año se produce, yo digo solamente por falta de voluntad podemos ser tan pobres o no poder tener alimento, mientras en el altiplano es diferente, si hay helada, si no hay lluvia, si hay granizada, no hay alimento. Es una verdad eso. Pero en el oriente no, sólo por flojos podemos hambrear”. El Ministro de Gobierno Carlos Romero dijo que ANF quiso “manipular la conciencia, el ánimo y los sentimientos” de los pueblos del oriente, y que había incurrido en una calumnia. “No inventamos nada”, replicó ANF. Por lo que leo, el “error” fue escribir flojo en lugar de flojera. No hay diferencia de fondo entre las dos palabras.
Como secuela del entripado, el tema vibra en los medios, los periodistas están alertas, ya hubo manifestaciones callejeras y un olor a autocensura flota en muchas redacciones.
Las informaciones periodísticas suelen ser como un espejo: reflejan lo que ocurre. ANF reflejó lo que había dicho el presidente. Ocurre que a veces no nos gusta la imagen que muestra el espejo. Algunos buscan mejorarla y la retocan. Otros destruyen el espejo. Al gobierno no le gustó la imagen que proyectaba el espejo y ha decidido cargar contra ¿contra quién? ¿Contra la imagen o contra el espejo? Contra el espejo, claro.
Como se presentan las cosas, la carga acabará sobre el propio presidente. No hay nada que cambie la imagen reflejada en el espejo. Sus palabras fueron dichas, aunque con el pincel de la experiencia del mandatario y una mejor articulación de sus expresiones para que representaran lo que efectivamente quería decir, podían haber sido “retocadas”. Ahora sus palabras serán constantemente repetidas, quizá las frases importantes que diga serán reproducidas tal cual, sin el beneficio de la edición. ¿Alguien se ruborizará?
Es importante que ocurra el juicio. Nada mejor para periodistas, maestros, académicos y alumnos que una clase monumental de gramática y sintaxis desde las dos esquinas del cuadrilátero. Para este duelo sin precedentes en la historia de las lenguas, los periodistas podrían convocar a jefes de redacción de grandes diarios del continente, columnistas, especialistas en el lenguaje para servir como testigos. Hasta Reporteros Sin Fronteras vendría.
Estaríamos ante un debate excepcional. Sería algo parecido al que ocurrió a mediados de la década de 1950, cuando una obra de teatro capturó la atención del público norteamericano por la fuerza de su contenido: lucha entre la racionalidad y las mentalidades conservadoras. “Heredarás el viento” fue llevada al cine con Spencer Tracy, Frederick March y Gene Kelly en los papeles estelares.
El título de la pieza teatral fue tomado de un texto bíblico (Proverbios 11:29) que nos dice: “El que turba su propia casa heredará el viento. Y el necio será el siervo del sabio de corazón.” El fondo es un debate entre la razón, que iba de la mano de la teoría de la evolución, y el inconmovible conservadurismo de quienes sostenían (y aún hay algunos) que el mundo fue creado en siete días exactamente.
Sería sensacional escuchar el testimonio de las autoridades repitiendo los adjetivos contra ANF y oír lo que opine sobre ellos un jefe de redacción. Las definiciones de “flojera” y sus diferencias respecto a “flojo” podrían ser piezas de antología para los almacenes informáticos. Puede ser el peor desastre de relaciones públicas para algunos. Entrarían al ruedo no solamente los adjetivos sino la forma de hablar y expresar ideas en cualquier idioma. Pero releer las frases del presidente conllevaría un riesgo que habría que calcular: dar razón plena a los medios que las registraron.