Mes: agosto 2009

Alégrense: ¡estamos perdiendo!

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Dos hechos casi simultáneos han enriquecido  la perplejidad de quienes observan los episodios novedosos del curso político boliviano. La firma de un acuerdo con el presidente de Brasil en el corazón cocalero de Bolivia para construir una carretera, es el primero. El país vecino otorgará un crédito de $332 millones para unir a Villa Tunari, en pleno Chapare, con San Ignacio de Moxos, un tramo carretero de unos 300 kilómetros. La obra será emprendida por la empresa brasileña OAS Ltda.  Su costo final será  $415 millones y el saldo será cubierto con fondos bolivianos.  Se desconoce el calendario de las obras.

 Llama la atención que los medios hubiesen omitido recordar que hasta hace un año había una donación de $657 millones para construir una carretera central norte-sur entre Rurrenabaque y Riberalta, de 510 kilómetros. La donación estaba destinada a ayudar a Bolivia a superar hasta el 2015 los niveles de pobreza más agudos y extraer a decenas de miles de bolivianos de la condición  abyecta  de sobrevivir con menos de un dólar por día. Esa carretera daría un empujón fundamental al comercio y a las exportaciones en una región deprimida. Fue suspendida con la acusación de que el gobierno boliviano no cumplía los compromisos para disminuir la siembra de hoja de coca y combatir el narcotráfico. La decisión fue la culminación de un proceso de hostigamiento hacia Estados Unidos que desembocó en la expulsión de su embajador Philip Goldberg y de la agencia anti narcóticos DEA.

De esta suspensión no se ha vuelto a hablar. Del silencio surge la impresión de que aquel proyecto vial está en el congelador. Poco más y se nos invitará a alegrarnos porque la donación nunca vino. Entretanto, la avalancha de incautaciones de cocaína y la influencia notoria y creciente de los gremios de los productores de coca, parecen avalar la convicción estadounidense de que a las autoridades bolivianas la cuestión les resbala. Con la medida estadounidense también naufragó el espacio que tenía Bolivia para exportaciones no tradicionales en el mercado más rico y más apetecido del mundo. Brasil salió al paso y abrió su mercado textil para sólo $21 millones, un tercio de las ventas a USA en 2008.

 El siguiente hecho se refiere a declaraciones oficiales sobre la intención del gobierno de revisar el contrato de venta de gas natural a Brasil, que deberá regir diez años más. Bolivia quiere disminuir el compromiso y vender sólo 24 millones de metros cúbicos de gas natural en lugar del máximo de  31 mm3 que dicta el contrato. Curiosamente, la parte que debería estar interesada en vender más es la que propone vender menos. La oferta “realista” de Bolivia esconde apenas una realidad: El fracaso de su política petrolera. En tres años desde la llamada nacionalización de los hidrocarburos, Bolivia no ha logrado aumentar su capacidad productiva. No ha conseguido sobrepasar el máximo de 41 mm3. A estas alturas debería estar en 72 mm3 para poder cumplir raspando los compromisos con Argentina (27,7 mm3), con El Mutún, y el consumo interno. Sin incluir las plantas petroquímicas y las termoeléctricas con las que el país un tiempo soñó.

Al referirse con satisfacción al planteamiento, el Presidente de YPFB, Carlos Villegas, lo calificó como “positivo” pues permitiría a Bolivia más entregas a Argentina, actualmente en simbólicos 2 a 3 mm3.  

Alegrémonos y batamos palmas, pues. ¡Estamos perdiendo!

El primer bar de cocaína

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El diario británico The Guardian, uno de los más prestigiosos de Europa, trajo  el 19 de agosto un reportaje sobre el que llama el primer bar de cocaína en el mundo.   Está en La Paz y se llama Route 36,  Ruta 36. La crónica, sin buscarlo, puede ayudar a  la caracterización de Bolivia como un país donde la droga, con poco interés y posibilidad de las autoridades en combatirla efectivamente,  corre libre en locales como Ruta 36. La traducción/edición parcial que sigue  es del blog.

Firmado por  Jonathan Franklin, el articulo abre con una cita: “Esta noche tenemos dos tipos de cocaína: normal, por 100 bolivianos el gramo, y cocaína fuerte por $b 150”. El mozo acaba de tomar nuestra orden para ron con Coca Cola para dos aquí en La Paz y, como todo mundo en este bar sabe, ahora se está sirviendo el plato principal. La botella de agua corre por cuenta de la casa, narra el redactor.

Agrega: “El mozo llega a la mesa, desciende la bandeja y al centro coloca una caja vacía de CD. Junto al CD hay dos pajuelas y dos pequeños paquetes negros.  Luce tan desenvuelto que parecería que está sirviendo un emparedado con papas fritas.  “Tuvimos unos australianos. Estuvieron  cuatro días. Hacían turno para dormir y la única vez que salían era para ir al cajero electrónico”, dice Roberto, quien ha trabajado en Ruta 36 (y en sus varias ubicaciones) durante los últimos seis meses. Detrás del bar, vuelve a cortar cuidadosamente los palillos de 8 centímetros.”  

Continúa: “La Paz, a 3.900 metros sobre el nivel del mar, altitud donde subir dos pisos hace latir el corazón como un picaflor, cobija al Ruta 36, el primer bar restaurant de cocaína exclusivo del mundo. Me siento atrás para captar toda la escena: mesa tras mesa de mochileros conversadores, muchos de los cuales están tomando un año mientras esperan un trabajo o simplemente escapando del hemisferio norte a cambio de las delicias de América del Sur que, para muchos parece, incluyen la cocaína.”

Viene otra cita: “Puesto que ellos forman un club de las horas chicas y sirven cocaína, los vecinos tienden a quejarse rápidamente. De modo que si tienen suerte, duran  unos tres meses en el mismo lugar, pero a menudo están sólo dos semanas. Ruta 36 es una fiesta móvil, afirma el editor de un diario boliviano que pidió reserva para su identidad. “Un día es en una zona y después aparece en otra. Ciertamente es el más famoso entre la muchedumbre de mochileros, pero hay varios otros lugares que ofrecen también cocaína. Es porque Ruta 36 cambia tanto de dirección que hay mucha confusión sobre cuántos bares de cocaína hay por allí”.

Luego sigue: «Esta nueva tendencia de “turismo cocaína” puede ser resultado de una combinación de los funcionarios notablemente corruptos en el país, la actitud caótica de “vale todo” de La Paz, y el ejemplo nacional del presidente Evo Morales, él  mismo sembrador de coca. (Coca es la hoja, y la cocaína es el polvo altamente procesado y refinado.) Morales ha luchado diligentemente  por los derechos de los cocaleros y echado fuera de Bolivia a los agentes de la DEA. Cuando dice que actuará contra la producción de cocaína, parece nadar contra la corriente. A principios de julio, en el oriente boliviano fue descubierta la mayor fábrica de cocaína. Capaz de producir 100 kilos por día, el laboratorio estaba a cargo de colombianos y proporcionaba la más reciente evidencia de que Bolivia es ahora el lugar de laboratorios sofisticados de cocaína. El laboratorio fue la cuarta factoría de magnitud encontrada en Bolivia este año.»

Los parrafos siguientes:

«En ningún lugar de América del Sur crece la producción de cocaína más rápido que en Bolivia. Informes de las Naciones Unidas muestran que en Colombia la producción cayó un 28% el año pasado, mientras en Bolivia creció casi un 10%. “Hay más interés e inversiones en purificar la pasta de coca aquí que en exportarla, en vez de enviarla a Colombia para su purificación, dijo hace poco Oscar Nina, uno de los funcionarios anti-droga jefe de Bolivia.»

«Mientras los militares de Estados Unidos y Colombia presionan a los narcotraficantes, las operaciones migran hacia países vecinos, especialmente a Bolivia, donde el campo para las operaciones ilegales es tan fértil como los valles donde la gente ha sembrado coca en los últimos cinco siglos.  Frenar el turismo cocaína en La Paz puede ser tan difícil como fue mantener a los americanos fuera de la bebida durante la prohibición.» 

«El área principal de Ruta 36 da escalofríos. Una bola en forma de corazón baña esporádicamente el compartimiento con luz roja y verde. Cada mesa tiene velas y botellas de agua, además de las combinaciones que uno desee agregar a la bebida. En una esquina, una pila de juegos de mesa. Si  no fuera por las cabezas dobladas como de pájaros buscando alimento en orillas de la playa, uno nunca sabría que grandes cantidades de cocaína están siendo ingeridas. Hay un gran intercambio de mesa en mesa. Todos tienen historias: las últimas aventuras en Ecuador, el mejor ómnibus a Perú. Todos reciben generosas bienvenidas antes de ser enviados de vuelta a su mesa respectiva, donde se puede repetir las historias otras diez veces.»

“Todo mundo conoce este lugar”, dice Jonas, un mochilero que llegó dos días antes. “Mi compañero vino a Bolivia el año pasado y dijo que Ruta 36 es el mejor bar de América del Sur”.

Aunque la cocaína es ilegal en Bolivia, Ruta 36 se ha convertido en una parada esencial para miles de turistas que vienen aquí cada año y prueban con entusiasmo la cocaína del país, famoso por la disponibilidad de la droga, su precio, unas 15 libras el gramo, y su calidad.

El ambiente aquí es pacífico. No parece existir miedo de que alguien sea agarrado. (“El dueño ha pagado a las personas precisas”, dice uno de los mozos con una sonrisa). Una mochilera de Newscastle se desliza en uno de los cuatro sofás alrededor de la mesa. “Hemos traído algunas vírgenes (en cocaína). Será la primera vez, por eso estamos sólo pasándoles sobre los labios. Pero ellas son afortunadas –nunca tendrás cocaína pura allá, en Londres. Allí se paga 50 libras por un gramo que ha sido cortado muchísimas veces. Todo lo que hace es adormecerte los labios y enviarte al baño”.

La nota tiene el siguiente toque final:

Los blogs de los viajeros también hablan bien del lugar. “Viajé por el mundo durante nueve meses y es cierto que La Paz fue la ciudad más loca y Ruta 36 el mejor bar de todo mi viaje”, escribe uno de ellos. Otro dice: “…Aquí puedes incendiar la candela entera”.

Y el cerebro también. Cocaína, como todo el mundo sabe, es altamente adictiva, destructiva y fácil de abusar. La razón para prohibir la cocaína fue para proteger la salud pública. Pero ahora, tras 40 años de experimentar, la prohibición ha hecho poco para proteger las vidas de millones de usuarios en todo el mundo que van a aspirar cualquier substancia que se les ponga al frente. Los billones en ganancias anuales han corrompido a gobiernos en todo el mundo, y La Paz, sin buscarlo, parece haberse colocado a la vanguardia de su fracasada guerra con las drogas.

Evo cambia un imperialismo por otro

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Columna Global por Ted Cordova-Claure/Corresponsal en USA
Havelock, USA – Después de patearle la canilla insistentemente al imperialismo yanki, Evo Morales se entregó al imperialismo brasileño.
En un solo mes, el gobierno de Morales cedió parte importante del agua fresca andina, al vecino Chile, mientras, en diversos niveles culturales, Bolivia perdía la paternidad del tradicional baile folclórico La Diablada y desaparecía la candidatura del Lago Titicaca, como maravilla de la naturaleza.
Los acuerdos que con sutileza paternal le impone Lula da Silva a Evo podrían replantear la situación geopolítica de Bolivia en Sudamérica otra vez.
Desde luego, está el negocio del gas, pero más dentro de los ajustados términos de Petrobras y de la política energética de Brasil, que ahora tiene importancia global y es respaldada por el gobierno de Obama.
En cuanto a que Brasil cubrirá el vacío del suspendido acuerdo comercial con EE.UU., es otro asunto relativo. Se trata de un compromiso dependiente de lo que Bolivia haga en la lucha contra el narcotráfico. Y el gobierno de Evo sigue fomentando una alta producción de la materia prima de pasta y clorhidrato y convierte a Bolivia en una peligrosa nación paria, objetivo potencial de intervención. Y en ese caso, que lleguen los marines o los fuzileiros, no hace mucha diferencia…./BIP

Bravo, PAT

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PAT ofreció este mediodía a su teleaudiencia un excelente reportaje sobre la controvertida política de asentamientos en Pando. La mayoría de los entrevistados estaba disconforme con el cambio radical de su sistema de vida en el altiplano respecto al que ahora tienen en las selvas húmedas pandinas. Una de las entrevistadas reclama sobre la alimentación: “Aquí la comida es fideos con arroz. En mi casa solíamos comer verduras, carne de res y pollo. Si hubiese sabido que estas eran las condiciones, yo no venía”. Otra dice que no le está permitido retornar. “Nos piden que paguemos todo lo que nos costó traernos para acá si es que queremos volver…” Un tercero dice que les ofrecieron más tierras…dos kilómetros más adentro. Un joven subraya que él es profesional: soldador y mecánico y que no necesita quedarse en el lugar. Y una mujer dice que está dispuesta a que la trasladen de contrabando en una maletera de automóvil hasta algún lugar desde donde pueda retornar a sus pagos natales. Para algunas de sus compañeras, la aventura del asentamiento es un suplicio, pues no tienen cómo comunicarse con sus lugares de origen y saber cómo están sus parientes. Le han ofrecido llevarla hasta la frontera con Brasil para que pueda hablar por teléfono. El costo del traslado: 1.000 bolivianos.  

Habría sido bueno si  PAT hubiese mostrado a su audiencia a quienes están felices con el cambio de vida. Imagino que los hay y habría sido importante oírlos. Pero no escuche ningun testimonio.

 De todas maneras, es un buen esfuerzo y un buen  reportaje que espero que PAT repita en sus próximas ediciones.

Evo y las FARC

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 El Presidente Evo Morales ha puesto en entredicho sus relaciones con el presidente Hugo Chávez, el vecino amigo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que desde hace más de 40 años protagoniza una guerrilla en la espesura colombiana. Quizá sin medir consecuencias políticas, el mandatario boliviano dijo que las FARC son “el mejor instrumento del imperio” pues la campaña que desarrollan desde Colombia es el pretexto para justificar la presencia de Estados Unidos en las bases militares colombianas.

Según La Prensa, de La Paz, Morales dijo que esperaba que ese movimiento armado “pueda hacer una profunda reflexión”.  Y agregó: “Lamento mucho decirlo: es el mejor instrumento del imperio en este momento”.  “Las FARC pareciese que son el mejor instrumento del imperio y con ese pretexto vienen militares de Estados Unidos a Colombia”.

Uno no puede apartar la sospecha de que algo ha ocurrido. ¿Será que el presidente Morales ha roto con Chávez? No es probable. ¿Por qué, entonces, su ataque a las FARC? Decirle a la guerrilla colombiana que es un instrumento de Estados Unidos equivale a decir que el gobierno boliviano es un instrumento de Alan García. La lógica no permite esa combinación de agua y aceite.

Es un “oximoron”, dirían los anglosajones. ¿Y entonces?  Un amigo que sigue de cerca los circunloquios del presidente me dice que tal vez la respuesta sea muy sencilla: habló sin conocer gran cosa del tema y sin medir consecuencias que, si las hubiere, podrían manifestarse este fin de semana en la reunión de Unasur en Argentina. La lengua es, efectivamente, un castigo para el cuerpo. Manuel Marulanda (Tirofijo), el fundador de las FARC que murio el ano pasado, debe estar revolviéndose en su tumba.

Es interesante anotar que el gobierno boliviano ha encontrado por primera vez un enemigo que compartir con el que el presidente Morales llama «el imperio». Pues ha ocurrido lo inesperado: Bolivia y «el imperio» comparten la misma esquina del cuadrilátero, y ambos están frente a la esquina en la que esta posicionado Chávez. Es una coincidencia nada deleznable!

Así no, Aerosur

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 Un amigo fue al aeropuerto de Cochabamba a las 07.00 AM de este domingo, con llegada prevista a Santa Cruz a las 08:30 (Debía partir a las 08:00). El vuelo demoró TRES horas antes de partir. Primero, se dijo a los pasajeros que habría una demora y que el vuelo había sido aplazado para las 10:00. Después, se les dijo que había una nueva demora y que el vuelo saldría a las 11:00. Por último, se les dijo que saldrían a las 12:00. El vuelo llegó a Santa Cruz a cerca de las 13:00 horas. (NR. Una correccion necesaria: Si el vuelo estaba previsto para salir a las 08:00 y llego a destino casi a las 13:00, la diferencia es de mas de CUATRO horas.) Yo mismo experimenté demoras en mi vuelo de Cochabamba a Santa Cruz un dia antes, el sábado. Estuve en el aeropuerto a las 19:00, pues mi vuelo saldría a las 20:15. En el mostrador se me informó que el itinerario había sido “reformulado” y que partiríamos a las 21:45. Noventa minutos después del horario originalmente previsto.

Por la frecuencia de los atrasos en dos vuelos desde Cochabamba, uno se inclina a pensar que las demoras son recurrentes en la principal línea aérea boliviana. Ellas quitan el entusiasmo por apoyar a una empresa nacional que lucha con la competencia que le hacen las líneas aéreas del estado. Pero si a esa solidaridad se le suman atrasos y demoras que hacen sufrir a los usuarios, estamos mal! Así no se construye la fidelidad de los clientes. Se la desmorona.

Droga en hombros

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 Tres personas caminaban por una calle céntrica del Plan Tres Mil, en Santa Cruz, cuando agentes de la FELC (Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen) las detuvieron y las condujeron a una delegación policial: llevaban 60 kilos de cocaína …sobre los hombros. Además,el trío pasaba frente a las oficinas policiales cuando fue capturado. La droga estaba en bolsas que las tres personas llevaban a cuestas y en total, fueron incautados 60 kilos de cocaína. En el balance de la operación queda el haber descubierto una modalidad: la droga puede ser embolsada y transportada en sacos y, si está bien disimulada y los cargadores desempeñan bien su papel, llegar a sus destinatarios para la distribución. Pero  llevarla como si estuviesen paseando y frente a un módulo policial fue demasiado. La información no refiere cómo la policia sospechó que se trataba de drogas.

Conteo regresivo – II

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El aviso que El Deber trajo  el 3 de agosto último pasó desapercibido para gran parte del público. Pero los escritorios petroleros en Bolivia y países vecinos que aún tienen algún interés en la industria boliviana de hidrocarburos tomaron nota. YPFB convocaba a una consultoría, quizá la más profunda desde que asumió el control de la industria de los hidrocarburos tras el 1 de mayo de 2006. La convocatoria propuso realizar “el diagnóstico de la actual estructura organizacional de YPFB y de la Nueva estructura Organizacional de YPFB Corporativo que incluya: el manual de organización y funciones, el manual de procesos y procedimientos, el manual de cargos”. La tarea se extenderá durante 250 días desde la firma de un acuerdo entre la empresa consultora y Yacimientos.

Uno suponía que esta tarea había sido cumplida en los primeros meses de la empresa refundada, no tres años más tarde. La convocatoria no tendría mayores consecuencias si no ocurriese en medio de signos de grave debilidad de la industria que hoy es pilar básico en la economía boliviana.  Técnicos que conocen la industria petrolera sostienen que abrir un proceso de estructuración administrativa durante  casi 10 meses, equivale a  “colocar en un limbo a todos los acuerdos con YPFB”.  Uno de ellos subrayó: “Nadie se atreverá a negociar con Bolivia durante todo ese tiempo pues no tendrá seguridad sobre la solidez de los acuerdos a los que pueda llegar. ¿Y si el nuevo manual de procedimientos cambia las reglas de juego?”

No se ha visto ninguna información de YPFB que aclare los límites de la convocatoria, que se constituye en elemento de incertidumbre sobre la industria y sus perspectivas.

Bolivia produce unos 40 millones a 41 millones de metros cúbicos (mmc3) de gas natural, igual que en 2005.  Con esos volúmenes apenas saca la cabeza fuera del agua de sus compromisos: 30 mm3 para Brasil (en esta temporada está comprando un 20% menos, pero dentro de los volúmenes contratados); consumo interno (6,5 mm3); entre 6 y 7 mm3 para Argentina. Hasta aquí, ya operaríamos con déficit, pues el total es mayor que la capacidad de producción.  Las cuentas cuadran porque Brasil ahora compra menos, pero volverá a exigir los volúmenes máximos (31 mm3 o aún más) en cuanto lo requiera su demanda interna. Esta situación temporal  de menores adquisiciones de Brasil no es un halago para Bolivia. Cuando producimos menos gas, producimos menos líquidos,  que se convierten en gasolina (que importamos de Chile, ahora un proveedor esencial para Bolivia) y diesel. Entonces, si vendemos menos gas importamos más diesel y más gasolina.

El informe de mayo del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), señala que la producción de diesel continúa en picada. El promedio de 2008 era de 59,7 millones de litros/mes, mientras que el de este año se encuentra en 49,0 millones de litros/mes (una baja del 19,92%).

El Gobierno está obligado a importar, para cubrir la demanda del mercado interno, en el presente año, unos 600 millones de litros, en su mayoría comprados de Venezuela a un precio internacional (alrededor de $US 2 por litro), que en Bolivia es vendido a poco más de un cuarto de ese valor (ninguna novedad, pues esto ocurre desde hace años). A Venezuela se le deben pagar más de $US 800 millones anuales. Sin embargo, me aseguran que esta obligación no aparece en ninguna parte. Pero el que no aparezca no significa que no es una obligación, que Venezuela podría esgrimir en cualquier momento.

El tema es complejo, pero es fácil percibir que estamos ante una bomba activada y con el contaje  regresivo en marcha. Para desactivarla concurren otros factores a los que no ayuda una convocatoria como la que acabamos de referir.

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Bolivia no tiene condiciones de cortar su dependencia de Venezuela en el corto plazo. No puede producir más. Para producir más, son necesarias inversiones en una escala de miles de millones de dólares que están más allá de las posibilidades de YPFB.

El año pasado fueron perforados cuatro pozos. Los grandes países petroleros (Rusia, Arabia saudita, Mexico,Venezuela) perforan cientos cada año. La propia Bolivia perforaba alrededor de 60 en los años de 1970. Y el año pasado anunciaba la perforación de 100…en cinco años. Miren: Hace pocos días, el gobierno festejaba un logro de Yacimientos para aumentar la producción de uno de sus campos. Doscientos millones de pies cúbicos que se sumarían a la producción, era el grito publicitario. El pudor hizo que los anunciantes evitasen hablar de metros cúbicos, porque si lo hubiesen hecho habrían tenido que decir que Bolivia aumentaría su capacidad productiva en un millón de metros cúbicos, un minúsculo 2,5% sobre los 40-41 millones actuales (y parece que estamos en niveles aún más bajos: 38,3 millones, respecto a los 40,7 millones de diciembre de 2006, según datos de YPFB).

La imagen de un país que apenas logra mantener la cabeza fuera del agua de sus compromisos es real. En 2010 deberíamos comenzar a bombear para Argentina 27,7 mm3 diarios. El nivel se ha quedado en 6 mm3, y aun en menos. Previsoramente, Argentina ha aplazado más de una docena de veces la construcción del gasoducto que transportaría por su territorio ese combustible.

La producción de más energía pasa por medidas no convencionales: lanzarse a la producción de biodiesel. Esto luce cuesta arriba pues el presidente Evo Morales es una pieza en el juego de ajedrez geopolítico de su aliado venezolano Hugo Chávez. Chávez combate el biodiesel porque no le conviene a Venezuela que el mundo deje de consumir petróleo. Fidel Castro le proporciona argumentos contra los biocombustibles porque Cuba depende del petróleo venezolano. Recibe 95.000 barriles diarios a precio subsidiado. Refina, vende el producto y guarda el lucro. Venezuela ha substituido a la difunta URSS como el tanque de oxígeno para la economía de la isla.

Pero si Bolivia quiere romper esa dependencia del diesel extranjero su mejor –y tal vez la única- opción a la vista es el biodiesel que puede ser producido desde una gran variedad de oleaginosas, inclusive  el “macororó”, una planta poco apreciada pero resistente y rica que rinde casi seis veces más aceite por hectárea que la popular soya (1.590 litros vs. 420). Como la agricultura utiliza mano de obra intensivamente, el biodiesel sería una solución para el desempleo y una fuente extraordinaria de ingresos. Al eliminar la necesidad de subvenciones, pues no sería necesario importar más diesel, serían liberados cientos de millones de dólares que podrían orientarse hacia otros sectores. Educación y salud, por ejemplo, pero también hacia la infraestructura: carreteras que  ampliarían la frontera agrícola. Con políticas bien orientadas, podría generarse un ciclo formidable de expansión económica.

El gobierno que se aventure en este camino tendría ruta expedita para ingresar a la historia económica de Bolivia por la puerta grande.

La bonanza no para

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 La semana que acaba ha sido prolífica en el hallazgo de depósitos e incautaciones de cocaina. El viernes, El Deber anunció la incautación de cerca de 300 kilos de clorhidrato de cocaína en Tarumatú, cerca de Porongo, a sólo 40 kilómetros de Santa Cruz.

 Y  en Cochabamba, la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen realizó una racha de 25 operaciones en las que fueron confiscados más de 120 kilos de cocaína, informó La Razón.

Conteo regresivo

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El aviso que El Deber trajo  el 3 de agosto último pasó desapercibido para gran parte del público. Pero los escritorios petroleros en Bolivia y países vecinos que aún tienen algún interés en la industria boliviana de hidrocarburos tomaron nota. YPFB convocaba a una consultoría, quizá la más profunda desde que asumió el control de la industria de los hidrocarburos tras el 1 de mayo de 2006. La convocatoria propuso realizar “el diagnóstico de la actual estructura organizacional de YPFB y de la Nueva estructura Organizacional de YPFB Corporativo que incluya: el manual de organización y funciones, el manual de procesos y procedimientos, el manual de cargos”. La tarea se extenderá durante 250 días desde la firma de un acuerdo entre la empresa consultora y Yacimientos.  

Uno suponía que esta tarea había sido cumplida en los primeros meses de la empresa refundada, no tres años más tarde. La convocatoria no tendría mayores consecuencias si no ocurriese en medio de signos de grave debilidad de la industria que hoy es pilar básico en la economía boliviana.  Técnicos que conocen la industria petrolera sostienen que abrir un proceso de estructuración administrativa durante  casi 10 meses, equivale a  “colocar en un limbo a todos los acuerdos con YPFB”.  Uno de ellos subrayó: “Nadie se atreverá a negociar con Bolivia durante todo ese tiempo pues no tendrá seguridad sobre la solidez de los acuerdos a los que pueda llegar. ¿Y si el nuevo manual de procedimientos cambia las reglas de juego?”  

No se ha visto ninguna información de YPFB que aclare los límites de la convocatoria, que se constituye en elemento de incertidumbre sobre la industria y sus perspectivas.

Bolivia produce unos 40 millones a 41 millones de metros cúbicos (mmc3) de gas natural, igual que en 2005.  Con esos volúmenes apenas saca la cabeza fuera del agua de sus compromisos: 30 mm3 para Brasil (en esta temporada está comprando un 20% menos, pero dentro de los volúmenes contratados); consumo interno (6,5 mm3); entre 6 y 7 mm3 para Argentina. Hasta aquí, ya operaríamos con déficit, pues el total es mayor que la capacidad de producción.  Las cuentas cuadran porque Brasil ahora compra menos, pero volverá a exigir los volúmenes máximos (31 mm3 o aún más) en cuanto lo requiera su demanda interna. Esta situación temporal  de menores adquisiciones de Brasil no es un halago para Bolivia. Cuando producimos menos gas, producimos menos líquidos,  que se convierten en gasolina (que importamos de Chile, ahora un proveedor esencial para Bolivia) y diesel. Entonces, si vendemos menos gas importamos más diesel y más gasolina. 

El informe de mayo del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), señala que la producción de diesel continúa en picada. El promedio de 2008 era de 59,7 millones de litros/mes, mientras que el de este año se encuentra en 49,0 millones de litros/mes (una baja del 19,92%).

El Gobierno está obligado a importar para cubrir la demanda del mercado interno.Este año, serán unos 600 millones de litros, en su mayoría comprados de Venezuela a un precio internacional (alrededor de $US 2 por litro), que en Bolivia es vendido a poco más de un cuarto de ese valor (ninguna novedad, pues esto ocurre desde hace años). A Venezuela se le deben pagar más de $US 800 millones anuales. Sin embargo, me aseguran que esta obligación no aparece en ninguna parte. Pero el que no aparezca no significa que no es una obligación, que Venezuela podría esgrimir en cualquier momento.

El tema es complejo, pero es fácil percibir que estamos ante una bomba activada y con el contaje  regresivo en marcha. Para desactivarla concurren otros factores a los que no ayuda una convocatoria como la que acabamos de referir. Información ampliada aqui al lado, en Páginas.