Mes: noviembre 2019
Evo versus BBC Mundo
Quien tenga el afán de mirar con detenimiento la entrevista que concedió Evo Morales al periodista uruguayo Gerardo Lissardy de la BBC-Mundo hace dos semanas en México, comprobará que ha sido una de las más tensas del ex mandatario y una explicaión de porqué, en Bolivia, muchos periodistas no tenían mayor entusiasmo en buscar entrevistas directas con el ex mandatario. Hace algunos años, en uno de sus momentos de mayor intolerancia con la prensa, obligó a un periodista de La Paz a permanecer frente a él en plena conferencia de prensa mientras criticaba al profesional y blandía un ejemplar del periódico en que trabajaba.
La entrevista no podría haberse llevado a cabo en La Paz con el entonces presidente Evo en funciones. Imagínense al periodista ante el ex mandatario claramente molesto y con dificultades para imponer un ritmo tranquilo a sus palabras ni de escoger los mejores términos para expresar sus pensamientos.
En uno de los momentos más controvertidos de esa entrevista, cuando el ex mandatario contaba de su llegada a Chimoré, antes de salir al exilio, dijo que al entrevistador podía contarle muchas cosas, como detalles de su salida de Bolivia, y que lamentaba no recibir esas preguntas. Ahí mismo arremetió con una impertinencia, como en sus mejores momentos de ejercicio del poder.
¨Yo pensarìa que usted desea que Evo esté muerto. Cuando le pregunto ¿usted quisiera que yo esté muerto?¨
La sintaxis de la pregunta coloca dentro de un cuarto oscuro a cualquiera. ¨¿Usted quiere verme muerto? Te pregunto: ¿ Quiere verme muerto? Dígame, respóndame. Como periodista, ¿quiere ver muerto a Evo?¨
La avalancha, que debe haber desconcertado al entrevistador, no acabó. ¨Le pregunto como ser humano. No hay aquí periodista ni ex presidente ni presidente: ¿Quiere ver muerto al Evo?¨.
El reportero cerró el momento diciendo que él no era el entrevistado. Pero no transcurrieron muchos segundos antes de que el ex mandatario volviera con el mismo tema: ¨Le pregunto como ser humano. No hay aquí periodista, ni ex presidente ni presidente. ¿Quiere ver muerto a Evo?
Qué habría ocurrido si respondía afirmativamente, que quería ver muerto a Evo, queda para la especulación. Sin duda, el trance era peligroso.
Algunos periodistas bolivianos probablemente conocen turbulencias parecidas, en las que el entrevistador pierde equilibrio y, al no ver una salida apaciguada de la circunstancia, cierra la libreta para dar por concluido su empeño entrevistador.
En el fondo de este incidente anecdótico yacen realidades terribles que revelan los puentes que aún se deben construir para entendernos major entre bolivianos.
En mi libro ¨Labrado en la memoria¨, sobre el caso Hotel las Américas, menciono la entrevista de un reportero de una cadena norteamericana de television. La entrevista se descarriló de manera parecida, pero el reportero, simplemente mostrando la filmación, evidenció las dificultades de entendimiento con el entrevistado. Y es probable que el episodio haya sido lo más festejado de todo el incidente, que en mi narración, concluye con una pregunta sobre qué le quitaba el sueño al ex mandatario pues era fácil de imaginar las altas responsabilidades de un jefe de estado.
El ex mandatario respondió que al retornar a la sede de gobierno y bajar a La Paz dormía 10 o 15 minutos y estaba de nuevo ¨cero kilómetros¨.
Por qué se fue Evo
Por Lupe Cajías – Tomado de Blogspot
Un artículo completo que debe ser leído para tener una referencia completa de las turbulencias que vive Bolivia.
La Paz, Bolivia, 14 noviembre 2019. Una vez más se comprueba que para determinados círculos académicos y mediáticos es difícil aplicar las mismas categorías de análisis para interpretar las crisis sociales y políticas en países regidos por gobiernos considerados conservadores y en países regidos por gobiernos considerados progresistas.
Para el conflicto chileno se califica de protestas justas, para el caso boliviano se quiere insistir en un golpe de estado, aunque no existe una sola característica que permita considerar esa hipótesis.
Es el caso actual circulan muchas informaciones y opiniones sobre la precipitada salida de Evo Morales Ayma de la presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia después de 21 días de resistencia civil a un monumental fraude electoral que intentó perpetuarlo en el poder.
Morales, sus colaboradores y un inmenso aparato comunicacional relacionado con el llamado Socialismo Siglo XXI, especialmente desde Argentina, insisten en afirmar que un golpe de estado sacó al expresidente boliviano de la presidencia.
Se contempla la foto final, no el proceso. Al parecer no se toma en cuenta el dato duro más importante, Morales logró habilitar su candidatura sin respetar las reglas del juego electorales y la propia Constitución Política del Estado Plurinacional que él firmó.
ALGUNOS ANTECEDENTES HISTÓRICOS
En primer lugar, hay que recordar que, en la difícil construcción de la democracia boliviana, desde 1982 a la fecha, tres presidentes constitucionales renunciaron para facilitar el tránsito a una nueva etapa y para contribuir a la pacificación nacional
Hernán Siles Zuazo (1982-1985), primer presidente surgido en las urnas después de 18 años de dictaduras militares acortó su mandato por el rechazo popular a las medidas económicas que generaron la más grande inflación de la historia boliviana.
Gonzalo Sánchez de Lozada (2002-2003) envió su renuncia al parlamento después de 17 días de convulsión social en el occidente del país por el aumento a los impuestos, la posible venta de gas a Estados Unidos a través de Chile y la crisis económica.
Carlos Mesa Gisbert (2003-2005), su sucesor constitucional, renunció después de varios días de cerco sindical al parlamento, bloqueos en la zona cocalera y el pedido expreso de Evo Morales para que se dé lugar a nuevas elecciones. Las personas en línea de sucesión parlamentaria debieron renunciar por la presión de movimientos sociales. Asumió el presidente de la Corte Suprema, Eduardo Rodríguez con la misión de convocar a nuevos comicios en diciembre de 2005.
Era evidente el agotamiento del sistema político tradicional y el Movimiento al Socialismo ganó con amplio margen y con la garantía de una Corte Electoral profesional y transparente.
EL PASO EN FALSO
En 2016 Morales perdió el referendo convocado por él mismo para modificar la Constitución Política del Estado que no permite la reelección indefinida. Perdió, incluso con el árbitro electoral a su favor.
Pese a sus anuncios públicos de retornar a su cato de coca, desconoció el resultado. Desde ese momento se acentuó su aislamiento en la clase media urbana y entre muchos intelectuales que antes lo habían respaldado.
No era una decisión democrática. Morales perdió la legitimidad que tenía.
La habilitación tramposa para una nueva elección promovió la desconfianza de la ciudadanía en forma creciente.
También volvió a postularse contra la CPE el vicepresidente Álvaro García Linera, quien también había anunciado dejar su puesto en 2020.
Las renuncias de importantes vocales del Tribunal Electoral y de más de cien técnicos informáticos y de las áreas legales aumentaron la desconfianza. Demasiados datos acumulados en decenas de informaciones alertaron sobre la manipulación de los resultados electorales.
Al frente de Morales tambaleaba una oposición desorganizada y con débil estructura partidaria. Varias candidaturas anunciaban la dispersión del voto frente a un vigoroso aparato político del MAS respaldado con el dinero y la infraestructura estatal para su campaña.
ARDE LA CHIQUITANIA ENTRENA LAS PROTESTAS
Un suceso inesperado, aunque previsible, cambió el curso del desarrollo de las elecciones bolivianas. Por una parte, el gobierno entregó tierras con vocación forestal a migrantes andinos que debían quemar bosques para intentar sembrar ahí; por otra parte, la intención de enviar toneladas de carne a China motivó a ganaderos ampliar la frontera agrícola. Este sector empresarial muy próspero, junto con los agroindustriales soyeros, se convirtió en el aliado más firme de Morales en este último periodo. La quema de pastizales y árboles en la Chiquitania y en el Chaco, una prolongada sequía y los fuertes vientos del norte provocaron un incendio gigantesco que salió fuera de todo control y consumió 7 millones de hectáreas, sobre todo en el departamento más pujante de Bolivia, Santa Cruz.
Las quejas ciudadanas se convirtieron en grandes movilizaciones en defensa del medio ambiente e incorporaron a activistas de todas las capas sociales, incluso las más indiferentes. Para los cruceños la pérdida de su identidad regional fue un golpe económico y simbólico.
El primer cabildo contra Evo Morales por no declarar desastre nacional mostró la molestia de más de un millón de personas. En La Paz, los pacíficos activistas por la ecología llegaron hasta la casa presidencial con sus reclamos, como no habían podido lograr otras movilizaciones sociales o políticas.
Como una consigna espontánea los votantes decidieron dar su apoyo a Carlos Mesa, el candidato opositor mejor situado en las encuestas para competir con Evo.
EL FRAUDE
Es seguramente el caudal de votos que recogió Mesa y que fue testificado por el control social y por los veedores internacionales el que puso en evidencia fáctica las muchas irregularidades del Tribunal Electoral.
La interrupción del conteo el domingo 20 de octubre precipitó la certeza del fraude, certeza subrayada por la misión de la Organización de Estados Americanos y ratificada con más evidencias por los auditores de la OEA. Su informe divulgado el domingo 10 de noviembre aceleró la caída de Morales.
Las primeras declaraciones de los responsables de estos presuntos delitos electorales, actualmente detenidos, muestran que las órdenes para modificar la tendencia de los votantes salieron del propio Palacio de Gobierno.
DE LA SEGUNDA VUELTA A LA RENUNCIA
El lunes 21 de octubre, ante la inexplicable interrupción del conteo y con la también inexplicable modificación de la tendencia electoral, plataformas ciudadanas, jóvenes que votaban por primera vez y muchas personas salieron espontáneamente a protestar de forma pacífica. La bandera boliviana se convirtió en el símbolo de esa resistencia y una consigna que habían elaborado los médicos enfrentados al gobierno: “¿Quién se cansa? ¡Nadie se cansa! ¿Quién se rinde? ¡Nadie se rinde! ¿Evo de nuevo? Huevo, carajo”, coreada con el alegre ritmo del tradicional baile caporal boliviano.
Entre tanto, el Comité Cívico Cruceño, alicaído durante una década, convocó a un paro indefinido departamental. A los pocos días, todos los departamentos se unieron a la medida.
Las protestas fueron pacíficas y los grupos de bloqueadores usaron una pitita delgada y sin pretensiones para expresar su repudio. Alrededor de la “pitita” se sentaban abuelas, madres con hijos, jubilados en sus hamacas.
Un torrente de memes y mensajes de humor usados por los jóvenes ponían el sello moderno y pacífico. A ellos se unieron los artistas, conjuntos y orquestas.
No hubo la lectura oportuna de los asesores de Morales que jugaron al cansancio de la población y a la violencia contra algunos grupos desprotegidos. Los muertos de estos días son por acciones de francotiradores amparados en turbas.
La reacción de la población fue también en escala, desde el pedido a una segunda vuelta prevista en la norma; luego exigió nuevas elecciones con nuevo tribunal electoral, pedido que anunció Morales de forma tardía; hasta la demanda de su renuncia para pacificar el país como sucedió antes.
Los tiempos no ayudaron a la estrategia oficial, más bien le jugaron en contra.
Morales comprendió finalmente que no podía seguir gobernando contra las ciudades y contra los dos departamentos más duros en la protesta, Santa Cruz y Potosí.
DESPEDIDA CON VIOLENCIA
Coherente con el estilo del MAS y con la influencia venezolana, Morales decidió irse sembrando caos y terror. Los violentos dentro del MAS están relacionados con antiguos militantes senderistas, de la guerrilla colombiana y de colectivos venezolanos.
La ciudad más castigada es La Paz. Hordas de pobladores pobres, muchos jóvenes varones, mimetizan a francotiradores y terroristas que han intentado atemorizar a los vecinos.
A pesar de noches muy duras, con el resultado de domicilios incendiados e intentos de tomar gasolineras, la inmediata organización barrial entrenada en los días de paro ha logrado detener a venezolanos, colombianos y otros extranjeros.
Entre ello llamó la atención la presencia de un guerrillero argentino vinculado a las FARC colombianas.
Además de la violencia simbólica, persisten una campaña mundial para victimizar a Morales y culpar a la “derecha fascista” de su salida.
Ni siquiera en los resultados amañados por el tribunal electoral Morales ganó en Bolivia. Los votos que supuestamente le permitieron saltar el 10% llegaron desde Argentina. Comunidad Ciudadana ganó en el 98 por ciento de los países donde sufragaron bolivianos, pero en Argentina está la mayor colonia boliviana.
Por ello, entre las cuentas pendientes sobre las irregularidades en las elecciones bolivianas la causa abierta en la fiscalía boliviana deberá investigar cómo funcionaron los consulados y la embajada boliviana en Argentina.
En el futuro inmediato, podrían dañarse seriamente las relaciones entre Bolivia y Argentina si aparecen movidas (peor si son oficiales) para desestabilizar la dura reconstrucción de la institucionalidad boliviana.
Cavilaciones: Pensamentos de Evo en su primera mañana en México
Por Shane Hunt y Harold Olmos
Así que esto es México. Parece bastante bonito. La altura me cae bien. Es la misma de Cochabamba.
En el desayuno tuvimos enchiladas, que comí sin entusiasmo. Quién sabe si me acostumbraré a estas delicias.
Nunca quise ese cuarto mandato presidencial. Me empujaron… Ya lo dije antes: lo que de verdad quería era irme a mi casita en el Chapare y quedarme, rodeado de amigos que me apoyarían y protegerían.
Pero mis asesores me desaconsejaron diciendo que vendrían por mí. Con ese discurso de la independencia judicial y el imperio de la ley, tendrían nuevos fiscales y nuevos jueces. Y entonces hurgarían hasta el delito más pequeño de los últimos 15 años para atacarme. Y, claro, han habido unas pocas veces cuando tuve que sobrepasar la ley. ¿Cómo crees que los partidos politicos se financian en América Latina? Y no es que esas compañías brasileñas sean las únicas que saben construir una buena carretera. Claro que saben. También los chinos saben. Y hay que aprovechar lo que acostumbran dar.
Aquí estoy con ese lío de la cuarta elección. Y eso que nada ha sido fácil.
El referendum del 21 de febrero fue mal manejado y entonces tuvimos que salir con esa estúpida decision del Tribunal Constitucional. Y casi se nos resbala la elección. Debíamos haber intervenido mucho antes, pero te aseguro que yo creía que ganar iba a ser pan comido. Y nunca pensé que la misión de observadores de la OEA iba a ser tan metiche.
A lo mejor no debía haber hecho aquel acuerdo con Almagro.
Lo importante, como me repetían los asesores cubanos y venezolanos, no es cómo ganas sino simplemente que ganes. De modo que uno tiene que retorcer el proceso democrático como un chorizo. ¿Qué importa? Como estos asesores insisten, las elecciones democráticas burguesas se basan en un precepto falso, con el que, bajo el capitalismo y el imperialismo, el pueblo vota por su propia esclavitud.
Los asesores no se metieron tanto en esos últimos discursos porque estaban tan ocupados endilgándome que yo había perdido el control del ejército y la policía. Pero ¿cómo controlarlos cuando todos están metidos con WhatsApp y saben todo?
Bueno, pues al final acordamos llamar a nuevas elecciones. Habríamos tenido suficiente tiempo para erradicar a los disidentes en el ejército y la policía.
Pero podía haber sido un asunto complicado. Hasta los venezolanos cometieron el error de llevar a juicio público a un oficial disidente que estaba ya medio muerto por las torturas, y acabó muriendo.
Quizá eso no habría sido un gran error.
Pero nada había comenzado hasta que aquel militar nos paró en seco exigiendo mi renuncia. Pero no lo culpo. ¿Qué podía hacer él? Pienso que él ya había perdido el control de demasiadas tropas. Si tus soldados empiezan a marchar por su cuenta, lo mejor que puedes hacer es salir al frente y pretender que los estás comandando.
De manera que no podia irme al Chapare sino para hacer mi maleta. ¿Qué opciones tenía?
¿Venezuela? No, gracias. No quiero hacer fila para recibir mi comida. ¿Cuba? Ha sido siempre lindo estar allí como jefe de estado. Sus médicos son magníficos, pero como exiliado me mirarían como un tipo que traicionó a la revoluición por no haber sido suficientemente duro. ¿Rusia? Muy frío. Allí está Siberia. Moscú no es más que Siberia con subterráneos.
De manera que surgió México. Es bastante bonito. Aquí hablan español. Pero es muy feo si para salir tengo que estar con un ejército de guadaespaldas.
Además, está las DEA, apenas pasando la frontera, lamiendo sus vasos de cerveza con solo pensar en agarrarme y convertirme en un nuevo Noriega. Y ¿qué si aquí comienzan un proceso para extraditarme y Trump amenaza con cerrar la frontera para apoyar la demanda?
¿Será AMLO lo suficientemente duro para parárseles?
Me dicen que Correa vive en Bélgica. Él entregó el poder a su vicepresidente y se fue. ¡Qué fiasco! Si no puedes confiar en un tipo cuyo nombre es Lenin, ¿en quién confiar? Su nombre debería haber sido Judas.
Pero me pregunto qué tal sería vivir en Bélgica…
Me hicieron tantos problemas. Eso de la Zapata, por ejemplo. Aún peor: tanta bulla en todo el mundo por la arremetida en el Tipnis, que iba a abrir el camino a los indígenas. ¡Iban dejar de comer tanto pescado y habrían comido asado de vaca!
Cómo me han insultado por ese rascacielos en la Plaza Murillo que volvió un enano el palacio viejo. No puedo creer que no lo volveré a ver.
Uno no sabe todo. ¡Cómo los de la ciudad me criticaron cuando en un desfile me soplé la nariz con la bandera ! Se aprovecharon de que no sabía las costumbres de esa gente.
Si hubiera vivido el Hugo habría tenido quien me ayude a hacer y decir las cosas. Ahora estoy en la tierra de un general que decía que nadie resiste un cañonazo de 50.000 pesos! Y cómo tenía razón. Entre los empresarios ese dicho vale!
Quiero ver ahora cómo se las arreglan ahora sin el Evo.
Hay que saber perder
¿Es golpe? Como profesional he vivido bajo muchos golpes de estado y ninguno se pareció a éste que ahora el ex presidente Evo Morales y sus simpatizantes se esfuerzan por retratar. La pregunta que casi todos se hacen es si Morales no acudió a decir ¨golpe¨ porque vio que no podría ocultar el fraude ni, en esas condiciones, mantenerse más en el poder con una crisis económica de su factura que parece asomar sobre Bolivia.
No he presenciado ningún golpe en el que eran mayoría las multitudes de los cuatro puntos cardinales del país que pedían la renuncia del ex mandatario y reclamaban contra el golpe en el cómputo del domingo 20 que atribuían al presidente ido. Tampoco presencié golpes sin presencia militar en las calles.
Entre los repentinos ¨ganó Evo¨ nadie se preocupó por echar una mirada a las grandes concentraciones previas al acto electoral por parte de partidarios de ambos grupos y compararlas.
Luis Almagro, el ex canciller uruguayo y Secretario General de la OEA, el invitado de lujo del entonces presidente para su proclamación en el Chapare, en mayo ultimo, debe haber visto la diferencia. El informe de la comisión de la organización que auditaba el cómputo no le dejó una pizca de duda y ante su auditorio de delegados de los países miembros de la organización proclamó que Evo Morales había gestado un gran fraude y que el verdadero golpe había que atribuirlo al gobierno de Evo Morales.
El ex mandatario no respondió a esta cuestión en ninguna de las entrevistas que tuvo holgadamente en México, llevadas a cabo sin ninguna dificultad y como si fuese aún autoridad política boliviana.
La canciller Karen Longaric sí expresó su contrariedad, en términos diplomáticos, con la desenvoltura con la que se ha movido el ex presidente Morales en la capital mexicana. Y con notable tacto explicó a los representantas mexicanos en Bolivia las contradicciones entre esta situación y la doctrina mexicana que sirve de apoyo al derecho de asilo. El mundo diplomático tendrá dificultad en explicar este entripado.
Principio glorioso y final sin gloria
Luego de 20 días sufridos por la mayoría de los bolivianos, el día 21, a la ¨hora de la oración¨, se abrió un principio glorioso para Bolivia cuando una mujer delgada, esbelta y bien parecida, que aparentaba bastante menos que los 52 años que revelan sus datos personales, salió a los balcones del Palacio de Gobierno tras jurar como presidente de Bolivia y poner formalmente fin al régimen de Evo Morales Ayma. Para entonces, hacia unas 10 horas que su antecesor se instalaba en México, como exiliado politico, una condición por la que solo pocos días antes nadie habría apostado. Ahora, todo el mundo en las calles parecía celebrar festivamente el fin del largo gobierno del MAS. Morales empezaba el camino de las sombras, que ya conocieron otros grandes movimientos. El MNR cayó en 1964 y nunca más volvió a sus tiempos de gloria.
Jeanine Añez fue catapultada a su condición presidencial por la marea de acontecimientos que estalló el 21 de octubre, del día después de las elección presidencial en la que Morales postulaba por un cuarto mandato consecutivo, un ciclo inédito en Bolivia y raro en el mundo. Morales, tras haber tenido muy cerca al candidato de Unidad Democrática, Carlos Mesa, aparecía distanciado, luego de una misteriosa suspensión del conteo electrónico de votos, y a solo un pelo de consolidar la victoria en primera vuelta. Un desempate con un historiador, y periodista de hablar claro y preciso, le habría resultado insoportable hasta el ridículo. En cuanto se restableció el conteo, casi 20 horas más tarde, apareció ganando con el mínimo necesario para evitar a su rival. Los indicios de fraude a lo largo de todo el proceso, desde la decision de Morales de candidatear.
El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, ridiculizó la imagen de fraude electoral que el regimen de Morales intentó plantar. Mencionó, más bien, el ¨fraude generalizado¨ que, subrayó, se había producido en Bolivia. El funcionario se autocensuró al no mencionar que él había tenido un lugar de honor en la proclamación de Morales, en el Chapare, como candidato, en mayo pasado.
En la sesion del Consejo Permante de la OEA, en Washington, se registró un alud de condenas contra el fraude en Bolivia. Una de las pocas voces a favor de Morales provino de México, que cuya delegada juró que en Bolivia había habido un ¨golpe de estado¨.
La situación de Jeanine Añez es harto diferente de la que tuvo Lydia Guiller, la primera mujer president boliviana. Ascendió en agosto de 1979 y cayó, menos de tres meses después por un golpe military y encabezado por el comandante en jefe de entonces, Luis García Mesa. La nueva presidente parece contar con el apoyo militante de gran parte del pueblo bolliviano que se volcó jubiloso a las calles a bailar, cantar y celebrar.
El ascenso de la presidente Añez puede haber caído como una lluvia de granizo sobre los grupos del ex partido de gobierno que estaban en marcha hacia la Plaza Murillo, para escenificar apoyo para el exiliado líder Morales. Nada se supo de ellos en las horas siguientes. Incluso, buena parte de la guardia que custodiaba el Palacio de Gobierno se fue a dormir –merecidamente.
¿Hacia otro camino?
El fin de la era Evo Morales trajo de inmediato una estela de renuncias de al menos 40 altos funcionarios en las primeras horas de conocida la decisión del mandatario y del Vicepresidente Alvaro García Linera, y subrayó la magnitud del vacío surgido en Bolivia tras casi 14 años de gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS). Es el libretto que corresponde a un cambio de gobierno luego de casi tres lustrous.
En las próximas horas pueden surgir aún más dimisiones, pero un impacto al menos similar ha ocurrido en el área del Socialismo del Siglo XXI, que pierde una pieza fundamental en el medio de América del Sur. Es una amputación muy grande y sus consecuencias deben manifestarse también fuera de las fronteras bolivianas.
Tras la muerte de Hugo Chávez (Venezuela), las derrotas de los gobiernos de izquierda en Chile y Argentina (el nuevo mandatario peronista aún no ha jurado al cargo), han restado fuerza al movimiento que al principio parecía destinado a la estructurar una URSS Latina, proyecto que ahora agoniza. Su mayor expresión la tiene la formula tibia encarnada por Andrés Manuel López Obrador, en México.
El gobierno de Morales expresó una necesidad social y política sentida en Bolivia, donde se había dado, a mediados de siglo, una fuerte corriente nacionalista, frenada por unas sucesión de regimenes militares que acabaron abriendo la fuerte corriente democrática aún en curso. Uno de los principales beficiarios de la corriente democrática que emergió del ciclo militar fue el Movimiento al Socialismo que encumbró a Morales.
Una de las grandes fallas que llevaron al fin del regimen que presidia Morales fue haber pretendido instaurar un regimen sin fin y con trampas. Electo en 2005 por una marejada provocada por gobiernos de consenso, constituidos por partidos interesados en obtener tajadas de poder (cargos bucráticos y tajadas de negocios con el estado), Morales prometía, por fin, una manera diferente de hacer política.
Pero al cabo de pocos años, cayó en los mismos vicios que lo habían catapultado al poder. La imagen de honestidad que buscaba proyectar, fue desdibujada por la mala administración y negociados que, combinados con una inmensa impreparación y carencia de valores del sector que nunca había accedido al gobierno, acabaron ahogándolo.
La imagen de deshonestidad acabó cubriendo a la administración y casos imposibles de creer solo poco tiempo atrás volvieron una caricatura las promesas de honestidad y eficiencia. Es el caso del Fondo Indígena, una institución fundada en los recursos destinados a los más pobres, que creyeron que sus pequeños ahorros podrían convertirse en viviendas, terrenos, electrodomésticos, un automóvil o materializar esperanzas de mejor educación. Gran parte de los recursos acabó en cuentas bancarias particulares. Aún se desconoce si los responsables, muchos pertenecientes al círculo de amigos y parientes de Morales, han recibido los castigos que dicta la ley.
Y el fraude inocultable en la elección de hace tres semanas.
Cada historia parece un relato de ¨Rebelión en la granja¨, la novela épica de Eric Blair, George Orwell como escritor, en la que los animales, en aras de un futuro mejor, toman la granja donde trabajaban como esclavos. Ese futuro nunca llega y deciden tomar ellos mismos la conducción del negocio. La administración queda a cargo de los cerdos. La novela acaba con los cerdos brindando con whisky con los propietarios expulsados, y la mirada triste de los animales que desde los ventanales perciben la traición.
El capítulo que acabó este domingo no tiene parangón histórico. Cubrió todo el territorio. No hubo rincón que no se pronunciara con marchas y concentracoiones cívicas. Nunca ví algo semejante. Fue un movimiento pacífico generalizado y con solamente cuatro víctimas fatales: dos jóvenes muertos a mansalva en Montero y los otros dos en bloqueos.
Las cuatro muertes han sido atribuidas al MAS, pero los casos están aún bajo investigación. Su similitud con la revolución árabe es inexacta, pues aquí, hasta el domingo por la noche, predominaba su aspecto cívico y pacífico, salvo algunas acciones desacertadas como la quema de las viviendas de algunas autoridades, incluso, decían los noticieros de TV, del rector de la UMSA y ex Defensor, Waldo Albarracín, a cargo0 de huestes del MAS.
Es todo para esta nota de domingo.
Kaput!
La recomendación de los expertos de la OEA en su informe preliminar no admitía dudas: había demasiadas sospechas de que el 20 de octubre se había producido un fraude mayúsculo que permitió cambiar las cifras reales y llevar al Tribunal Supremo Electoral a dictaminar que la candidatura oficial de Evo Morales había ganado, informa en su edición de hoy domingo el matutino paceño Página Siete. Los expertos de la organización recomendaban una segunda vuelta, agrega el informe del periódico.
Al anotarse un enorme golpe informativo, el diario despeja el camino para saber la verdad final sobre qué ocurrió la noche del 20 de octubre. Retira toda base en la que se apoyaba la actitud asumida por Morales y su compañero de fórmula, el Vicepresidente Alvaro García Linera. Ambos se atrincheraron ayer sábado en el Chapare, el bastión donde Morales se hizo fuerte en 2005 y de donde partió para conducir los destinos de Bolivia durante 14 años.
Tomado aquí de la versión digital, el encabezamiento de la historia , que los lectores del diario encontrarán en la primera página de la edición de hoy, dice: La Organización de Estados Americanos (OEA), en base al informe preliminar de auditores, estableció que se deben anular las elecciones del 20 de octubre y convocar a un nuevo proceso electoral con un nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE) porque encontró graves irregularidades en el conteo, en las actas y en el resultado final.
El párrafo siguiente del informe, cuya versión final está prevista para ser divulgada el miércoles, remata: “Teniendo en cuenta las proyecciones estadísticas, resulta posible que el candidato Morales haya quedado en primer lugar y el candidato Mesa en segundo. Sin embargo, resulta improbable estadísticamente que Morales haya obtenido el 10% de diferencia para evitar una segunda vuelta”.
Los lectores del diario paceño aguardarán con avidez las próximas crónicas, pues todos esperan conocer la historia de esta primicia y sus detalles.
En los que tuvieron la oportunidad de leer temprano la noticia quedó atascada la avidez por esos detalles. Es probable que la jornada se llene con noticias relacionadas con la publicación.
En horas recientes se han registrado alejamientos importantes del régimen. Es posible que esa tendencia continúe, mientras el país aguardará algún pronunciamiento del presidente Morales y sus seguidores. Es también posible que muchos prefieran aguardar 48 horas MAS para tener en sus manos el pronunciamiento final de la misión de la OEA.
Entretanto, deberían calmar la ansiedad que ha cundido entre los sectores que apoyan al presidente que creyó con prisa la versión inicial de que había ganado.
El periodismo y la tendencia totalitaria
En estas últimas semanas, el periodismo en todas sus manifestaciones, ha puesto en evidencia su condición esencial para la vida democrática. Nunca como ahora ha sido tan indispensable estar informado sobre lo que ocurre en el país en todos sus rincones. Rara vez ocurre un momento histórico que tenga a todo el país ávido por informarse y pocas veces se ha dado la oportunidad de informar al instante cada novedad que surge en el turbión en el que el país se sumerge.
Muchos se preguntan qué sería de la sociedad boliviana sin medios informativos que cuenten lo que ocurre estos días cuando, con raras excepciones, el país está alzado con un propósito principal: poner fin, bajo las reglas democráticas, al régimen del presidente Evo Morales y reencaminar al país, asegurando su cualidad democrática, lejos de tentaciones totalitarias. Esta es una epopeya informativa próxima a cumplir tres semanas.
Haber visto a esta generación de periodistas desplazarse bajo la lluvia de gases lacrimógenos, algunos sin protección alguna pero con el empeño primario de cumplir su mandato informativo, será motivo de análisis y de estudios académicos. Con seguridad, hay un mundo de anécdotas recurrentes nacidas de este empeño, que, por ahora, está confinado a las redacciones. Nada, sin embargo, podrá empañar la calidad informativa del periodismo boliviano exhibida estos días. Un tributo especial se debe dar al área audiovisual, por el carácter inmediato y por abarcar todos los sentidos, pero sin desmerecer crónicas y narraciones que, al fragor del conflicto que ruge sobre el país, ayudaron a entender la gravedad profunda de los episodios de estos días.
Las crónicas que se escribirán nos contarán de los esfuerzos para informar, bajo las mirada del todopoderoso Estado. El trabajo periodístico estuvo, con raras excepciones, en guardia y marcó el paso informativo, especialmente este año, del régimen del Movimiento al Socialismo. La mayoría de los medios respondió a sus instintos informativos. Algunos no lo hicieron pero el publico lector, que conforma un gran Jurado, sabrá premiarlos con su lealtad como público lector.
Al escribir estas líneas, la policía de Cochabamba está alzada en una cadena seguida por otras unidades. La suposición lógica es que el alzamiento no será un disparo al aire, sin consecuencias. Un régimen de casi 14 años puede estar en agonía.
El ejército estuvo confinado a sus cuarteles y la policía decidió no salir a la calle a reprimir. En esas condiciones, sospechar un estado de sitio carecía de todo sentido. Evo Morales parecía solo dispuesto a encontrarse de frente con su destino.
Mucha grente, también rendida por el cansancio, fue a dormir con la idea calada en la mayoría de los que habían observado el desarrollo de la jornada por radio, television y los sitios informativos de los principalres diarios en todo el país se haber presenciado imagenes shakespearianas de un epílogo que nunca llegaba.
El pasado que vuelve – II
Las jornadas vividas por Bolivia estas semanas nos vuelven a un pasado que creíamos superado. Con cauteloso optimismo, muchos creíamos que Bolivia empezaba a alejarse de la ruta salvaje de los bloqueos y gases lacrimógenos, aunque muchos de los grandes bloqueadores todavía se encontrasen en las primeras franjas de la jerarquía nacional. Gran parte de la ciudadanía está ahora ante una disyuntiva cuyo costo final es difícil anticipar: aumentar la presión por la renuncia o abandono de la presidencia por parte del presidente Evo Morales o abrir camino para una salida peligrosa que a nadie gustaría. Sin grandes amigos externos y sin los recursos de los que solía disponer, este último camino luce como peligrosa posibilidad. El gobierno sabe que los tiempos de miel expiraron y que su sobrevivencia política dependerá de la forma racional en que acepte esta nueva realidad.
La razón para este encallamiento estriba en nuestra limitada evolución social y la dificultad de aceptar que solo una mejor educación nos permitirá percibir que nuestras recetas de desarrollo no son únicas, así parezcan excelentes para algunos. No hay verdades únicas. Con la historia como referencia fundamental, miremos a la ex Unión Soviética, disuelta en 1990 sin que acabaran las filas interminables para comprar un refrigerador o un simple secador de pelo, pese a siete décadas de revolución. Nadie quiere seguir ese camino, que también prometía un futuro luminoso que nunca llegó.
El asesinato de dos jóvenes en la ciudad norteña de Montero, ha obligado a las organizaciones cruceñas a redoblar la vilancia sobre sus centros de bloqueos, expresivos de la fortaleza de un paro cívico que, al escribir estas líneas, se aproximaba a la décima cuarta jornada.
A ratos con jóvenes cantando o absortos en juegos sociales, desde dominó hasta monopolio en algunas zonas, el movimiento ha puesto en jaque a los que habrían querido un paro violento para justificar tentativas de desarticular al movimiento más pacífico, más prolongado y de mayor envergadura surgido en esta región.
Un paro así no es común en el mundo. Hasta ahora es una originalidad boliviana. Su primera victoria ha sido poner en ridículo a quienes, en la vereda del frente, al lado del gobierno, quisieran desarticularlo por la fuerza y de inmediato. El gobierno ya no tiene la fuerza de ayer.
El pasado que quiere reinstalarse está presidido por un gobierno que generó grandes esperanzas de redención. Durante algunos años contó con recursos que, bien administrados, le habrían permitido levantar de manera ejemplar a las clases originarias que buscaba redimir.
Estos días, areas enteras de las distintas capitales se convirtieron en campos de batalla, con pedradas, palazos, petardos y balines. La Bolivia del pasado había retornado a una realidad que despues de un largo tiempo era de nuevo parte de un angustiado diario vivir.
Cada día de estas dos semanas ha traído andanadas de protestas contra el cómputo electoral del 20-10, que toda la oposición ve como fraudulento. Toda Bolivia vivía una conmoción civil. Una pregunta angustiante era cuánto más podrían resistir el gobierno de Morales y los organismos policiales, entre los cuales podría resultar fatal cualquier ruptura en la cadena de mando.
Esta semana, un multitudinario cabildo en Santa Cuz dispuso reclamar la renuncia del presidente en una carta que se proponía llevar el presidente del Comité Cívico.
El régimen está empeñado en una cuarta presidencia para Morales, con la que podría cumplir veinte años a la cabeza de los destinos del país.
En otros tiempos, esta rebelión habría provocado renuncias y cambios de gobierno. No recuerdo rebeliones civiles que hayan alcanzado semejante magnitud sin haber determinado cambios politicos.
Poco antes del Dia de Difuntos, la jornada empezó a mostrar el nuevo objetivo principal de la insurrección cívica: la remoción del presidente Morales del gobierno.
La expresión era pecaminosa hasta hace un tiempo, pero ahora se la escucha diariamente. Los analistas explican esa mutación como resultado del carácter autocrático que atribuyen al presidente. En un medio como el boliviano, con una historia de luchas largas y penosas por una democracia estable y vigorosa, no son un buen augurio las batallas callejeras que enfrenta el gobierno del MAS, que jura que son falsas las críticas de que el 20 de octubre ocurrió un fraude de magnitud para pavimentar el cuarto período presidencial de Morales. (Publicado en Página Siete, La Paz, 6-11-2019)