Mes: noviembre 2013
Bolivia hacia 2014: El partido ha comenzado
Nota:
El siguiente arículo fue publicado esta semana por la revista digital Nueva Crónica y Buen Gobierno, del Instituto Prisma, de La Paz. Lo comparto con Uds.
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Si es un juego ya preparado o si los dados están cargados, es otra cosa. Para efectos de contabilidad, la pelota ha entrado al campo de juego y, sin pitazo de árbitro alguno, ha comenzado el partido en el que se juega el destino boliviano en los próximos años. La mayoría de los jugadores titulares ha dado puntapiés a la pelota y pese a estar sólo en sus inicios, el partido, más que emocionante, se anuncia rudo.
En plenos prolegómenos, el presidente Evo Morales realizó una jugada abucheada por gran parte del público, al inaugurar una estatua en homenaje a Hugo Chávez mientras la población de Riberalta vestía luto riguroso por la tragedia que días antes había causado la muerte de ocho personas cuando un avión de Aerocon se estrelló a segundos de aterrizar. Objetivamente, dado el estado de ánimo que el país compartía con los riberalteños, la ceremonia habría sido sin gracia en cualquier lugar del mundo. Los traspiés y gafes del presidente ya no parecen gozar más de las indulgencias que recibían hasta no hace mucho. El sentimiento que prevalecía en la urbe beniana era tan elocuente que las autoridades ordenaron que efectivos militares custodiasen noche y día la flamante estatua que se suponía que iba a ser reverenciada.
El Movimiento Sin Miedo ingresó a la cancha con una jugada peligrosa. Juan del Granado recibió tarjeta amarilla cuando sugirió reabrir el debate que hace cinco años colocó a gran parte del país en una ruta de confrontación en torno a la condición de capital de la República que ostenta Sucre. Los chuquisaqueños y quienes los apoyaban durante la Asamblea Constituyente no consiguieron avanzar entonces en la meta de lograr la “capitalía plena”, que habría mutilado fuentes de poder bajo La Paz desde hace más de un siglo. Tampoco lo lograron esta vez. La reacción paceña fue casi instantánea: No, eso ya fue resuelto, dijeron las autoridades que responden al MAS, para de inmediato declarar a del Granado persona no grata.
Samuel Doria Medina reafirmó una estrategia que vigila cada paso del gobierno. Apoyado en frecuentes denuncias sobre las deficiencias administrativas del aparato estatal y los daños que los sobrecostos (eufemismo por corrupción) causan al estado, ha logrado sobresalir y avanzar con un dominio de la pelota que obliga al equipo adversario a utilizar sus mejores defensas para evitar desastres. Como jugador que ha estudiado con cuidado las flaquezas administrativas del adversario, Doria Medina es experto en los pases de largo alcance y efecto calculado que irritan a los contrincantes.
Jorge “Tuto” Quiroga protagonizó otra jugada de profundidad al llevar personalmente ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la demanda en la que refriega al presidente Morales su compromiso de no volver a candidatear en 2014 a cambio de que la oposición en el congreso apruebe la Carta Magna. Ese compromiso, alega, fue roto con la decisión del mandatario de ser otra vez candidato, pues su mandato en curso es el segundo, el límite autorizado por la CPE. Quiroga subraya que la única razón para incluir una cláusula transitoria en la CPE era para evitar la tentación de una tercera vez. La nueva candidatura del presidente Morales fue avalada por el Tribunal Constitucional, con la disidencia notoria del Magistrado Gualberto Cusi, quien dijo que el tercer mandato es ilegal. Solo con la bola en cancha adversaria, Quiroga puede causar estragos en la defensa e impresionar a los extranjeros que presencian el partido, en vivo o desde el estadio. Buen expositor, Quiroga no se ha amilanado ante los jueces de línea que le previenen sobre los riesgos de seguir avanzando.
En el mediocampo está el Gobernador Rubén Costas, ariete del Movimiento Democrático Social, quien se presenta ante el país con trofeos de su gestión, principalmente por llevar agua, energía y caminos a los rincones más lejanos del departamento más grande de Bolivia. Convencido de que la gestión eficiente de los recursos públicos puede extenderse a todo el país, se ha vuelto una carta temible para sus adversarios. Costas hace doblete con un joven emergente: Ernesto Suárez, el ex gobernador del Beni, quien puede ser uno de los mejores recursos del naciente movimiento político oriental. De ese movimiento puede decirse que hacia donde se incline, también se inclinará el grueso de la oposición al gobierno del presidente Morales. Suárez Sattori podría ser el ensamble con el MSM, llámese Juan del Granado o Luis Revilla, para articular una fuerza política considerable en oriente y occidente. Costas quedaría en la reserva para otro campeonato. Si en esa articulación se logra insertar a la corriente que representa Doria Medina, su fuerza asumirá un papel predominante; a ella acabarían sumándose otras que empiezan a actuar, con perspectivas de protagonizar un cambio en la dirección de Bolivia.
En esa línea de aleros están la ADN, representante de una corriente manifiesta en Santa Cruz y en las parcelas moderado-conservadoras de todo el país. La misma vertiente es compartida por el infaltable MNR, que ensaya pre-calentamiento muscular antes de ingresar al campo. Que el presidente Morales tiene por lo menos celos del MNR fue patente cuando, el 31 de octubre, negó que ese partido hubiese nacionalizado las minas.
El MIR es todavía una incógnita. Si aún tiene ímpetu, ¿cuál es su verdadera fuerza? En los últimos meses ha habido desplazamientos de líderes y los ataques contra Jaime Paz lanzados por el presidente (lo corresponsabilizó de las muertes de 2003) dejan clara la idea de que el MIR puede ingresar al campo de juego en cualquier momento.
Los intentos de forjar un frente unitario ante la renovada candidatura del presidente Morales han sido frecuentes, hasta ahora con resultados magros. El camino por recorrer es todavía largo, pero lo que ocurra en las próximas semanas puede ser un catalizador. Para gran parte de los observadores, el recorrido ha sido más dilatado por la aparente incapacidad de la clase política de visualizar lo que se juega si no entiende la necesidad de avanzar unida hacia un modelo político más evolucionado, capaz de restaurar en su integridad las libertades individuales y colectivas. Aún no hay asomo de la que sería una agenda común.
Cerca del cierre de 2013, es incontestable que el presidente Morales y su partido han marcado huellas profundas en la sociedad boliviana y capitalizan un núcleo duro que engloba al menos un tercio del electorado. Eso ha hecho de Evo Morales el líder más popular de Bolivia en las últimas décadas. Pero, destacan los observadores, gran parte de ese núcleo es el que menos forma opinión pública y se asemeja al que en su tiempo tuvieron muchos de los que gobernaron en los últimos 60 años. El presidente Morales y el MAS están ante la necesidad de probar que ese núcleo duro se extiende más allá.
En el juego participa un factor básico que todos deben tomar en cuenta: las competencias en curso en otras latitudes. No es indiferente para Bolivia el partido electoral que perdió la presidenta Cristina Kirchner en Argentina, en octubre, ni el que se jugará el domingo en Chile. Aún más importante es la elección del 8 de diciembre en Venezuela. Por su impacto sicológico, para Bolivia luce como una elección nacional. El encuentro venezolano puede conferir a la bola un efecto inesperado y generar la sensación de que el juego, apenas comenzado, avanza raudo a un desenlace.
Esposados en un hospital
El Juicio del Siglo quedó la del lunes pendiente de una evaluación cardiológica de tres pacientes, que el cardiólogo oficial prometió realizar en una hora (“20 minutos por paciente”). La afirmación del galeno ocurrió en medio de reiteradas denuncias de los abogados defensores y acusados en el proceso de que a los médicos de la justicia les faltan ética y probidad.
La atmósfera de la sesión, la primera luego de una pausa de once días, estuvo tensa a causa de otras denuncias tan graves como raras: los tres pacientes dijeron que habían estado esposados en el Hospital San Juan de Dios durante los días en que debían ser tratados de sus dolencias. Uno de ellos, “El Viejo” Ignacio Villa Vargas, dijo que no había logrado contener sus necesidades y descargó su orín en la cama sin recibir auxilio de los guardias, quienes lo mantuvieron esposado.
Villa Vargas, Alcides Mendoza y Juan Carlos Guedes dijeron que estuvieron esposados gran parte de los ocho días en los que debían haber sido atendidos para paliar las dolencias que habían presentado en la anterior etapa de sesiones, a comienzos de mes. “Estuve enmanillado todos los días”, dijo Villa.
La misma denuncia provino de Alcides endoza y de Juan Carlos Guedes, el ex dirigente de la Unión Juvenil Cruceñista acusado de haber suministrado una pistola ametralladora Eduardo Rózsa Flores, el supuesto jefe de una agrupación terrorista-separatista que planeaba, según la denuncia oficial, asesinar a autoridades nacionales y regionales en un movimiento que desembocaría en un alzamiento secesionista.
Guedes dijo que la semana pasada el juez Sixto Fernández había visitado a los detenidos y verificado la condición en que se encontraban. Pidió la palabra durante la audiencia y agradeció al juez por haber estado con ellos. “El Viejo” tenía fotos enmanillado en su cama.
La denuncia, que configuraría una grave violación de los derechos humanos castigada por convenios internacionales y la CPE, enturbió la sesión que no avanzó en la recepción de la declaración de “El Viejo”, la tercera del proceso que se arrastra desde hace 55 meses.
El jueves, por falta de insulina, Villa Vargas se había desvanecido, dijo el abogado Gary Prado Araúz y que, al comprobar que el paciente no tenía la medicación él la compró para que se le administrase al acusado, un tiempo “testigo clave” del caso que lleva el gobierno contra 39 personas. El abogado dijo que la glucosa que registraba la sangre de “El Viejo” era de 530, casi cinco veces el nivel máximo (110) aceptable como parámetro normal (el mínimo es 70).
La acusación dijo que los problemas de la salud de Villa Vargas se originaban en su incumplimiento con la dieta que prescribían los médicos. El acusado replicó que la coca cola que el fiscal dijo que fue visto toando era cero calorías.
En la sesión del lunes pareció rondar el fantasma de José Maria Batkovic, fallecido el 12 de octubre de un infarto tras haber viajado a la sede de gobierno. Sus médicos desaconsejaban el viaje pero el ex director del Servicio Nacional de Caminos decidió emprender el que iba a ser su último ante los informes forenses oficiales que consideraban que iba a soportar el viaje.
El defensor AlbertoMorales instó al tribunal a abrir causa inmediata por violación de derechos humanos.
El informe forense oficial determinó que el trío de acusados adolecía de múltiples deficiencias pero que todos estaban “lúcidos” y “aptos” para asistir a las audiencias. Los médicos incorporados al juicio deberán informar este martes sobre la condición cardíaca de los tres. El acusado Ronald Castedo ridiculizó la idea de una evaluación cardiológica en 20 minutos y dijo que una prueba elemental de “Holter” llevaba 24 horas.
El volcán venezolano
Las multitudes que el pasado fin de semana vaciaron los escaparates de electro-domésticos en Venezuela semejan heraldos de la agonía que parece rodear a un gobierno y un sistema hasta ahora incapaces de conducir al país petrolero más rico de América Latina por la ruta de bienestar y progreso que lo elude desde hace décadas. No se ve luz al final del túnel. En los días que vienen la situación de ese país puede empeorar y llegar a una violencia mayor que nadie racionalmente desea.
El otorgamiento de poderes extraordinarios al presidente Nicolás Maduro aprobado por el Poder Legislativo es un elemento irritante adicional. Poderes semejantes fueron concedidos al fallecido Hugo Chávez y no sirvieron para detener la crisis que ahora amenaza al gobierno bolivariano. El regocijo con la repartija que estalló a partir del grito de Maduro para “vaciar los anaqueles” deberá acabar pronto, cuando no quede nada por liquidar. Para entonces es posible que muchos perciban que se comieron la gallina de los huevos de oro. Tendrán nuevos bienes pero sobre la mesa faltará el pan. En ese cuadro, no es improbable un ajuste de cuentas con los responsables de la decepción por haber creído que los bienes adquiridos a precio de costo, o tal vez aún por menos, eran un bono que en nada agravaría la rutina de la ya difícil vida diaria.
Las nubes que oscurecen el cielo bolivariano han crispado los nervios de las cancillerías de la región, particularmente las del ALBA, que incluye a Bolivia, que apuestan a revivir el socialismo que sucumbió con la caída del Muro de Berlín hace más de 20 años.
La crisis venezolana es aleccionadora y vuelve pertinente una pregunta: ¿Puede una sociedad crecer con cierta armonía y resolver al mismo tiempo sus problemas mayores (educación, empleo digno, salud, vivienda, infraestructura) sin provocar estallidos por la impaciencia de los de la base de la pirámide que quieren avanzar más rápido? La clave, dicen sociólogos y economistas, está en robustecer la clase media, pero curiosamente no es fácil hacerlo sin provocar las reacciones disparadas por la impaciencia de la base que, a medida que el desarrollo cobra impulso, la vuelve más consciente de su propia marginalidad y a menudo se vuelca a las calles. Los disturbios en Chile, primero, y en Brasil, después, parecen un ejemplo a tomar en cuenta.
En la segunda mitad del siglo pasado, Venezuela parecía encaminada raudamente a convertirse en un país efectivamente rico. Entre los primeros productores mundiales de petróleo, en la punta del norte sudamericano, sobre el Caribe, con Europa al frente y Estados Unidos y México al costado, Venezuela parecía contar con todo para ser feliz. Los economistas y críticos de la conducción de Venezuela dicen que el declive acelerado se dio con el gasto público a manos llenas que imprimió Carlos Andrés Pérez a su primer gobierno (1974-79). Ese modelo colapsó pocos años después con la caída de precios del petróleo, la que detonó una crisis que, dos intentonas golpistas mediante, acabó catapultando la elección de Hugo Chávez.
Con una inflación de un 50% rumbo a batir el récord mundial al son del circulante que traen las “utilidades” (aguinaldo), sumada a una escasez creciente de alimentos y de divisas que ha multiplicado por diez el valor del dólar en el mercado negro, no son muchos los que apuestan que los que vienen seránmeses de tranquilidad.
Posiblemente consciente de la necesidad de calmar la tormenta que provocó su llamado, Maduro ha exhortado a los comerciantes minoristas (“yo les pago”) a que vendan barato (no especificó cuánto es barato). De hecho, no ha habido mayores tumultos esta semana. Con elecciones municipales con sabor plebiscitario el 8 de diciembre, nadie está seguro (se lo percibe en los medios venezolanos) de que la aparente calma esté consolidada.
En un artículo en El Nacional, de Caracas, el jesuita Luis Ugalde, rector de la Universidad Católica Andrés Bello, resumía el pasado jueves el clima de incertidumbre que se vive en su país: “Vivimos un caos planificado para destruir el capitalismo y el éxito es tal que se va destruyendo la sociedad…”
No importa el color del gato
El debate corrió por las ramas y perdió el rumbo, pero quedó ratificada una realidad: en estos tiempos Bolivia importa más diesel que nunca y los subsidios pronto pueden ser insoportables. De unos 1.100 millones de dólares que el país paga por los combustibles importados, cerca de 600 millones no tienen retorno. Corresponden a lo que el consumidor deja de pagar en el surtidor y que es cubierto por el Estado a través de YPFB. En el subsidio se va la mayor tajada de los ingresos por las ventas de gas a Brasil y Argentina. Es una forma de privarse de dinero para pagar y educar mejor, construir escuelas y hospitales o comprar equipos de bomberos para los aeropuertos Cuánto tiempo más durará esta Jauja, nadie se atreve a imaginar.
La novedad en estos días es que Venezuela no es más el suplidor casi único de diesel para Bolivia. Su lugar lo ocupa un abanico de empresas y países. Chile, un potencial comprador al que no se quiso exportar “ni una molécula” de gas natural, es el tránsito obligatorio para los suplidores. Ante la noticia de que Chile se había convertido en la principal fuente de abastecimiento boliviano de combustibles, el gobierno salió al paso para aclarar que no es así y que el vecino es sólo el país por el que pasa el diesel que nos llega. Como hace un quinquenio cesó la publicación del parte diario de YPFB que informaba sobre el estado de la industria, desde la importación/exportación hasta la producción de cada pozo, no es posible una cuantificación de las importaciones.
Cuánto costaba el diesel venezolano y exactamente por qué dejó de comprárselo son misterios por ser aclarados. Si lo que Bolivia paga a sus nuevos suplidores es menos que lo que pagaba a Venezuela, habrá que preguntar por qué no se cambió antes de suplidor. Si los vendedores actuales cobran más que Venezuela habrá también que saber el porqué. Atribuir la caída en picada de las compras de nuestro vecino a problemas técnicos suena extraño y como explicación luce insuficiente. El incidente en la principal refinería venezolana (Amuay, 650.000 barriles diarios) ocurrió en agosto de 2012 y la reducción acentuada de compras data de comienzos de este año, un período que coincide con la muerte de Hugo Chávez y la ascensión de Nicolás Maduro.
Es mejor un abanico de vendedores que incluye a empresas de países capitalistas que compran el combustible de barcos en altamar y lo venden a Bolivia. El Deber (6.09.2013) mencionó a empresas de Suiza, Argentina y de otros seis países. Estados Unidos y Perú, dijeron otros informes. Es plausible presumir que YPFB, comprando sin criterios políticos, ha optado por un viejo proverbio chino: “No importa de qué color es el gato, con tal que coma ratón.” Era uno de los dichos favoritos del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
Chile-Bolivia: En busca de forjar intereses comunes
-III-
(Último artículo de una serie)
Las relaciones entre Perú y Chile han ingresado en los últimos años a un “círculo virtuoso” de inversiones y de integración que ha robustecido la confianza mutua entre los dos vecinos y asegurado un despegue económico bilateral que asombra por su intensidad y proyección. Por contraste, este fenómeno subraya la inexistencia de corrientes similares equivalentes entre Chile y Bolivia.
Nuestros dos vecinos han “encapsulado” la controversia sobre límites marinos que los llevó a La Haya, cuyo dictamen es esperado para el próximo año y, sin atizar episodios históricos, han estimulado las áreas no polémicas de sus relaciones. El resultado es uno de los intercambios comerciales y flujo de inversiones más dinámicos del continente.
Los vínculos económicos Bolivia-Chile se expresan en un intercambio comercial de menos de 700 millones de dólares, bastante menor que los 1.200 millones de nuestro intercambio con Perú. Ambas cifras corresponden a 2012. Todos los que abordan el tema consideran que ese volumen está lejos del potencial que existe entre ambas naciones. El comercio entre nuestros dos vecinos es casi cinco veces mayor y con una participación creciente de productos no tradicionales.
Cuando chilenos y bolivianos imaginan las posibilidades de una relación económica estrecha, de inmediato surgen el agua y minerales (litio, los dos países, junto con Argentina, acumulan de lejos los mayores depósitos del planeta y Chile es el principal productor) como palancas para un vigoroso desarrollo industrial. “Son las bases para un entramado que supere las distancias que hay entre las dos naciones”, dijeron algunos funcionarios con los que un grupo de periodistas y ex diplomáticos bolivianos conversó en Chile a principios octubre. “¿Cómo hacerlo?”, se les preguntó.
Entre las objeciones, casi todas basadas en la desconfianza entre las dos naciones, surgió una que nadie pudo discutir: factores no económicos que encarecen el transporte por Bolivia hacia Chile. Una modalidad boliviana de descargar sobre otros la responsabilidad para resolver problemas fue un ejemplo imbatible. Los bloqueos de caminos perjudican a los usuarios del sistema carretero.
En estos días, los diarios trajeron la noticia de un bloqueo sobre la carretera entre Puerto Suárez y Santa Cruz, nominalmente una ruta “transoceánica” abierta al tráfico internacional. Los bloqueadores pedían la restitución de un sub-alcalde y la presencia del alcalde titular para aquel acto. El bloqueo estaba encabezado por el asesor legal (!) del municipio donde se originaba el conflicto. Se desconoce cuántos camiones (ni volumen de negocios) fueron afectados por esa actitud, pero con certeza los transportistas dudarán antes de ofrecerse para recorrer la ruta. Otra razón citada fueron las trancas y los peajes a lo largo del trayecto de esa carretera (aún se aguarda una visita de la presidente de Brasil para proceder a la inauguración oficial). Se exige que los camiones paguen una tasa en cada municipio por los que pasa la carretera. Otro ejemplo: la demanda de los transportistas bolivianos para que sean conductores bolivianos los que manejen los camiones en el trayecto dentro de Bolivia. Uno de los interlocutores argumentó que ningún exportador, con su flota propia de transporte, cuyo personal ha sido entrenado para el tipo de trabajo que debe realizar, aceptará entregar su carga a un transportista extraño. En esta ecuación no ingresaron los seguros: no se sabe si las compañías aseguradoras aceptarían otro personal y, si lo aceptaran, cuál sería la tasa extra que cobrarían.
Hasta no hace mucho, el gas natural era un factor a considerar. Chile es uno de los grandes compradores de ese combustible, del que se creía que Bolivia sería el proveedor natural para todo el sur del continente. Chile tiene ahora varios proveedores, que van desde Trinidad y Tobago hasta Yemen. Bolivia ha salido de su circuito pese a representar un mercado potencial equivalente a un tercio de los volúmenes vendidos a Brasil.
Establecer intereses comunes permanentes ha sido elusivo desde la Guerra del Pacífico. La historia, sin embargo, prueba que los intereses comunes se imponen, aun cuando para lograrlo transcurran más de cien años.