Mes: abril 2014

Quimeras del gas

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Hace unos días circuló en la red una noticia portadora de un ingenuo optimismo que aseguraba que Bolivia podría beneficiarse de la crisis en que está sumida Ucrania con la anexión de Crimea a Rusia. La información, divulgada por un sistema informativo europeo (ninguna de las agencias tradicionales de noticias) sostenía que esa disputa había abierto oportunidades para el gas boliviano. ¡Ojalá!. Algunas autoridades endosaron rápidamente la idea, que implica competir con grandes productores por una tajada del gas ruso que compran Alemania o las naciones del Báltico, al otro lado del mundo, y que supuestamente los clientes rusos dejarían de adquirir.
Suspender compras de un socio tradicional es una dura decisión. Resultaría bonita para la tesis exportadora boliviana pero muy improbable. Suponiendo que YPFB tenga barcos cisterna adecuados para llevar gas natural licuado hasta una terminal y entregarlo a alemanes, finlandeses o lituanos a precios competitivos, el siguiente paso es básico. El colega Humberto Vacaflor pregunta: ¿con qué? Y recuerda que una de las razones principales por las que quedó suspendido el proyecto del Mutún a cargo de Jindal fue la imposibilidad de entregar gas natural en los volúmenes requeridos.
En el supuesto que Bolivia tuviera efectivamente gas suficiente como para emprender nuevos negocios de exportación, ¿por qué no competir aquí, en nuestro vecindario, con Trinidad y Tobogo, por el GNL que esa isla del Caribe vende actualmente a Argentina, Chile o Uruguay?
Hace poco más de una década, las reservas eran considerables y efectivamente Bolivia era número dos en Sudamérica, después de Venezuela. Era un segundo lugar a mediana distancia. Hoy la distancia es remota. Las reservas bolivianas han caído a un tercio de la magnitud que tenían hace un quinquenio. El volumen exacto actual es un dato en las sombras, pues YPFB hace años dejó de publicar estadísticas detalladas de producción.
Un dato importante para establecer el vigor de la industria petrolera es la actividad exploratoria para descubrir y ensanchar campos productivos. Pese a los esfuerzos de los últimos años, no se ha informado de ningún campo de la magnitud de los ya encontrados en los años neoliberales. El gas natural es fundamental para la vida económica nacional, pero en escala mundial, Bolivia ocupa el número 40, detrás de Argentina, Perú, Trinidad y Tobago, Brasil y México en esta porción del hemisferio. Pensar en llegar a mercados como resultado de un conflicto en lugares cuyos nombres y geografía son difíciles de visualizar es dejar correr la imaginación mirando las nubes.

La batalla de Petkoff

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Con este título fue publicada este miércoles una entrevista a Teodoro Petkoff, el líder izquierdista venezolano, fundador del Movimiento al Socialismo (MAS), el original, en 1971.Actual director de Tal Cual Digital, sus opiniones tienen un peso fundamental en la escindida sociedad venezolana. Recomiendo su lectura. Oprima aquí.

Nuevo escenario en las luchas venezolanas

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La lucha que desde hace más de dos meses gana las calles en Venezuela y que ha cobrado decenas de víctimas fatales tiene estos días un nuevo escenario, hasta hace poco inimaginable: las páginas de The New York Times y The Wall Street Journal. Pese a los denuncias del presidente Nicolás Maduro contra el que describe como  “el imperio” al que acusa de querer echarlo del poder, la más cuidadosa y mesurada exposición de ideas y antagonismos ocurre estos días en medios impresos de la mayor urbe mundial del capitalismo. Sin denuestos y en inglés.

El duelo por conquistar opiniones ocurre en un escenario relativamente neutral. Los lectores de esos dos medios, cuyas ediciones impresas combinadas bordean los tres millones de ejemplares diarios,  son considerados bastante informados sobre lo que sucede en el vecino país y es plausible suponer que muchos no se sienten cómodos con un proyecto que avanza hacia la “cubanización” de Venezuela.

La serie fue inaugurada por Maduro el 2 de abril, con “Un llamado a la paz”, para vender al público estadounidense su versión de lo que ocurre en Venezuela debido a que “gran parte de la cobertura en los medios internacionales ha distorsionado la realidad de mi país”. A eso se sumaba, dijo, una narración del gobierno estadounidense en la que “los manifestantes están ampliamente descritos como pacíficos, mientras dice que el gobierno es violento y represivo”.

“En realidad –afirmó Maduro- el gobierno de Estados Unidos está en el lado del 1% que quiere arrastrar a nuestro país de nuevo a una época en que el 99% era excluido de la vida política y solo la élite, incluyendo las empresas de EE.UU., se beneficiaban del petróleo de Venezuela”. El líder venezolano pidió apoyo para que su país no sufra las sanciones que están proponiendo algunos legisladores para castigar a su régimen. Los porcentajes que ofreció no guardaban proporción con los de la última elección presidencial, en las que la oposición obtuvo cerca del 50% de los votos, ni con las multitudes que han llenado las calles venezolanas en las manifestaciones contrarias al régimen de Maduro.

Los regímenes como el de Maduro procuran que su palabra sea la última. Suelen lograrlo con cierta facilidad en sus países. Pero es más difícil en otros, especialmente allí donde es mayor el respeto a la libertad de prensa y de expresión. En este caso, la palabra de Maduro fue sólo la primera. Al día siguiente estaba en el mismo diario y con una extensión similar, el coordinador de Primero Justicia y diputado de la Asamblea Legislativa, Julio Borges. “Para que un diálogo ocurra en mi país, el Sr. Maduro debe primero comprometerse a respetar los derechos humanos…debe ordenar a los colectivos armados por el gobierno a detener sus ataques a los manifestantes e instruir a la Guardia Nacional a detener el uso de la violencia. Los manifestantes detenidos y presos políticos deben ser liberados”.

Poco después, estaban impresas las palabras del dirigente de la Mesa de Unidad Democrática, Henrique Capriles. “Estas protestas no son una conspiración”, decía Capriles. “No fueron urdidas en Washington. Son el grito de estudiantes…que arriesgan ser asaltados o violados camino a clases…las protestas nacen de hombres y mujeres que hacen filas durante horas bajo el sol con la esperanza de comprar productos esenciales que han desaparecido de los anaqueles a raíz de la corrupción e incompetencia del gobierno…”

La disputa impresa ocurre en medio de la crisis aún sin luz al final del túnel que padece la sociedad venezolana y que se agrega a la que tiene lugar en las calles. En el escenario impreso las dos partes están en igualdad de condiciones pero una de ellas carece del arma más fuerte: la credibilidad de su palabra.

Idi Amín Dada

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Idi Amin Dada se hizo conocer en todo el mundo tras dar un golpe y asumir la presidencia de Uganda en 1971. Su manejo despótico se caracterizaba por una renuencia absoluta a admitir oposición. El destino comenzó a darle la espalda cuando sobre el rio Nilo empezaron a flotar síntomas de su crueldad: trozos de cadáveres de opositores que no habían sido consumidos del todo por los cocodrilos.

Apuntalado militarmente por la ex Unión Soviética y financiado por la Libia de Gadafi, su paso por el poder estremeció  las relaciones de Uganda con sus principales vecinos. Rompió con Inglaterra y peleó con USA.  Nada pudo evitar su derrota cuando se enfrentó a Julius Nyerere (Tanzania), quien apoyó a los opositores al dictador que lo depusieron hace 35 años, el 11 de abril de 1979.

¿Quiénes divulgaron el mundo de horrores de Idi Amín Dada? La prensa internacional, los corresponsales de diarios y revistas, las agencias noticiosas occidentales. La prensa local estaba intimidada y no se atrevía a poner a los ojos del público lo que ocurría en su país. Las  historias y las imágenes que transmitieron los medios extranjeros despertaron a muchos que empezaron a repudiar al tirano.

Por entonces estaba en boga la idea de un nuevo orden internacional de la información que proponía equilibrar el flujo de informaciones del norte desarrollado  hacia el sur en desarrollo. Amín Dada simpatizaba con la idea, como otros, pues calzaba con su régimen. Se trataba,  en el fondo,  de lograr que los países desarrollados del norte se interesasen por otras noticias que fuesen más locales que políticas o económicas generadas en el sur.

El tema es bastante más amplio, pero los críticos sostenían que eso llevaría a que agencias gubernamentales fuesen las únicas en informar sobre sus respectivos países. ¿Qué mejor para un régimen como el de Amin Dada que controlar las informaciones y filtrar lo que el gobierno no quería que fuese difundido?

No era  nada nuevo. El accidente nuclear de Chernobyl (abril de 1986), en Ucrania, fue conocido por el mundo sólo gracias a la prensa sueca, cuando se detectó una inexplicable alta radiactividad en la leche de las vacas. Gorbachov reconoció el accidente sólo tres semanas después.

Dato adicional: ¿Saben Uds. que cualquier simpatía que hubiese tenido Pedro Carmona en el extranjero se desplomó con la divulgación al vivo –por parte de medios internacionales- de aquella sesión en la que el dirigente empresarial derogaba las medidas más importantes dictadas por Hugo Chávez? Instalado de vuelta en el gobierno, no pasó mucho tiempo y el régimen chavista empezó a acosar a la prensa independiente de su país.

Amín Dada murió en el exilio en 2003.

Juicio del Siglo: Con tropezones, rumbo al final

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Tras los sofocones de las últimas semanas, especialmente  la fuga aún oscura que el 11 de marzo protagonizó el ex fiscal Marcelo Soza, el Juicio del Siglo ha ingresado a un proceso terminal, dicen los abogados que siguen el caso. Nadie se atreve a formular un calendario final, pero todos coinciden en que no es mucho el tiempo que tiene por delante.

La incredulidad que rodea a la versión del gobierno (separatismo, que como tal no aparece en ninguna línea de la proposición que elaboró  el ex fiscal Soza, e intención de derrotar al ejército boliviano), se ha visto acentuada con la carta de la ex autoridad  y con declaraciones de los defensores.  El ex fiscal parece haber dejado un laberinto de preguntas que las autoridades no han respondido.

“Iba a ser nuestro testigo estrella”, dijo el abogado cabeza de la defensa, Otto Ritter Méndez, quien asegura que la salida del ex fiscal fue asistida por el propio gobierno, que habría preferido tener al magistrado fuera a enfrentar la posibilidad de que termine ante un juez y hable tal vez mucho más y con mayor precisión que su carta. Ritter consiguió autenticar el documento,  que proyecta presentar en cuanto se reanude el proceso suspendido tras la salida del ex fiscal.

Ese documento quitaría al juicio sustento para continuar. La senadora por Pando Carmen Eva González sostiene que una de las alternativas que estudiarían las autoridades sería sentenciar a algunos que se declararían culpables. La pena no sobrepasaría los casi cinco años que algunos llevan en prisión. Se desconoce quiénes serían los procesados dispuestos a inculparse.

Hace un par de semanas, Gary Prado Araúz, abogado de la defensa de su padre, el general Gary Prado Salmón, concedió una entrevista a la red de emisoras Erbol a la que no se le conoce una réplica equivalente del gobierno.  En la entrevista, Prado recuerda algunas tareas que el ex fiscal no investigó  o que no que aclaró.  ¿Quién trajo a Eduardo Rosza Flores a Bolivia a fines de 2008, en los días en que milicias campesinas cercaban Santa Cruz?

El abogado dijo que está determinado que el trayecto Budapest-Sao Paulo de Rózsa y un acompañante fue pagado mediante una tarjeta de crédito asignada al coronel venezolano Jorge Osorio, entonces Ministro de Alimentación. El ex fiscal llegó a ese punto pero curiosamente no avanzó más, dijo el abogado.  El viernes pasado  el mismo funcionario fue designado oficialmente Ministro del Poder Popular, adscrito a la Presidencia de Venezuela.

El abogado mencionó otro elemento: el ex fiscal recopiló llamadas hechas o recibidas por Rózsa, pero excluyó de la lista  números de La Paz. No los incluyó “porque son las llamadas de funcionarios de gobierno” que lo llamaron desde La Paz, inclusive una del ex Viceministro Saúl Ávalos, contra cuya residencia en Santa Cruz estalló un explosivo a fines de marzo de 2009. Se desconoce si existe algún informe del ex viceministro sobre  llamadas que habría recibido la noche del atentado a su casa.

Prado Araúz admitió la posibilidad de que Rózsa hubiese tentado a algunos cruceños con la idea de defender la ciudad, ante el que parecía avance inminente de las milicias campesinas y los antecedentes históricos  de la masacre de Terebinto, pero ridiculizó la idea de una guerra de secesión, como la que el gobierno afirma que estaba en gestación. “La boca aguanta todo, pero ¿alguien se ha animado a hacer números de lo que cuesta un enfrentamiento bélico real, lo que cuesta un día-hombre en combate…de dónde iba a salir la plata para un enfrentamiento bélico? No nos tomen por tontos”, dijo en la entrevista con Erbol. ¿”Saben cuántas armas dicen que le secuestraron a Rózsa del stand de Cotas (en la Feria Exposición de Santa Cruz): diez fierros viejos. Una compañía policial trituraba al ejército de Rózsa…”

El abogado agregó que no hubo “fuego cruzado”  en la madrugada del 16 de abril de 2009, y afirmó que pronto estaría en condiciones de presentar pruebas de su afirmación.  Dijo también que los signos que presentaba el cadáver del ex combatiente boliviano-croata mostraban que había sido torturado antes de morir.

“…lo matan. Su muerte era más útil… ¿sabe cómo muere? Por anemia, de acuerdo a la autopsia. Le metieron unos tiros al  abdomen…y se desangró, dice la autopsia.  Pero es mentira.  (La muerte fue causada por) un tiro de pistola detrás aquí, atrás de la oreja, a (una distancia de) menos de 60 centímetros. El disparo no sale al otro lado…Lo dicen las fotografías de la autopsia.”

Prado Araúz dijo que las autopsias en Bolivia fueron manipuladas y que el informe de la realizada en Irlanda por los forenses de ese país, sobre el cadáver del irlandés Michael Dwyer, fue enviado a la cancillería boliviana, pero  que allí lleva años. La cancillería no lo remitió a la fiscalía a cargo del caso. Los datos sobre el cadáver del húngaro Arpad Magyarosi también exhibían tortura y al morir estaba esposado, dijo.

Una anotación final para responder a una pregunta recurrente. ¿Por qué suelo llamar Juicio del Siglo a este proceso? Porque es un calificativo real y sin la connotación que tiene llamarlo “caso terrorismo’, como frecuentemente lo llama la mayoría de los medios nacionales. Designarlo “caso terrorismo”  implica en cierto modo comprar un calificativo cuya veracidad no ha sido establecida. Llamarlo Juicio del Siglo refleja mejor una verdad histórica: no hay un juicio igual en los 14 años del siglo en curso en magnitud y profundidad.

El tablero internacional boliviano

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Mientras Bolivia se prepara para presentar la memoria de su demanda a Chile en poco más de una semana, la cancillería vecina ha adelantado una de sus piezas importantes en el ajedrez diplomático en curso. Su canciller Heraldo Muñoz estuvo hace pocos días en la capital brasileña para reafirmar el eje tradicional Santiago-Brasilia que marca la diplomacia continental.

La visita del jefe de las relaciones exteriores de Chile, la primera de su gestión como canciller, destaca la importancia de mantener los mejores lazos con los grandes vecinos en momentos en que está en juego una cuestión de la magnitud que representa la demanda boliviana.

“Brasil ha sido nuestro aliado tradicional y queremos recuperar la intensidad que deberían tener esas relaciones en el ámbito económico, comercial, político social y cultural”, dijo en declaraciones que acaba de reproducir la revista económica semanal brasileña  Exame.  Llegó precedido por un dato mayúsculo: las inversiones chilenas en Brasil superan los 24.000 millones de dólares, casi el doble del volumen de las reservas monetarias internacionales  de Bolivia.

La visita también demuestra la agilidad con la que Chile se desplaza en el mundo y, por contraste, puede subrayar las dificultades de Bolivia, que ha decidido apostar, en busca de resolver su encierro geográfico, todas sus cartas en La Haya. Con las relaciones diplomáticas con Estados Unidos casi inexistentes y con frecuencia al borde de la ruptura total, Brasil ha adquirido una relevancia aun mayor que la tradicional.

Hace ocho meses Brasil no tiene embajador en Bolivia. (Curiosamente, Bolivia sí lo tiene en Brasilia.)  Las relaciones entre ambos fueron estremecidas por el refugio del senador opositor Roger Pinto, ahora en el vecino país tras su fuga rocambolesca en agosto pasado. Aún no se ha disipado del todo la tensión entre los dos países. ¿Recuerdan a la entonces presidenta del senado  boliviano Gabriela Montaño diciendo que Brasil no debía volver su sede en La Paz “un refugio de delincuentes comunes” tras el asilo que buscó el senador?

Las ventas de gas natural boliviano dominan el comercio bilateral, que luce más floreciente que nunca. Nadie  puede asegurar que ese ímpetu se mantenga. En pocos años más, expirará el contrato en curso desde 1999 y todo indica que a Brasil no le entusiasma la idea de pagar los precios actuales, que representan para Bolivia, junto a las ventas a Argentina, el grueso de su comercio exterior. En ese rubro de exportación yace la base principal  del auge que exhibe la economía boliviana.

Para un paso tan trascendental como el que representa el de La Haya, las relaciones internacionales de Bolivia deberían estar en un plano de excelencia. No parece así. Aparte de Venezuela, Argentina y Ecuador, en ese orden, no son grandes las simpatías oficiales de las que goza el país en América del Sur. Aún hay ecos de la reiterada afirmación del presidente Morales de que no le temblaría la mano para cerrar la embajada de Estados Unidos en La Paz. Con la Unión Europea las relaciones han perdido el brillo que ostentaban hace algunos años. ¿Cuántos países europeos mantienen a sus representaciones en el mismo nivel de hace un lustro?

Pregunten con cuántos funcionarios contaban las embajadas y consulados del viejo continente hace un par de años y les dirán que han sido reducidos a su mínima expresión.   No es sólo cuestión de intereses económicos. También entran las identidades políticas en la ecuación.

El horizonte diplomático de cada país puede ser amplio o estrecho. Bolivia parece haber escogido el trayecto angosto.

Otras logias

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“Al final no hubo patria ni socialismo, sólo muerte”, decía el cartel desconsolado que sostenía  una joven manifestante en las calles de Venezuela. La imagen publicada por Tal Cual Digital,  el diario digital caraqueño que dirige Teodoro Petkoff,  expresa la frustración de millones de venezolanos que hace tiempo dejaron de creer que el socialismo de Hugo Chávez y los manotazos  de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello vayan a traer una igualdad que no sea en la pobreza, en la represión y la mansedumbre.

Estos días pueden haber agregado otra decepción: una cosa son los pueblos y otra distinta son los gobiernos para los que la solidaridad yace en la ideología o la sustenta el petróleo. Algunos gobiernos se instalan en instituciones regionales y se organizan como logias para mantenerse en el poder.  Para algunos de ellos, la perspectiva de perder el poder es insoportable.  En eso son similares a  los del socialismo  real del siglo XX: sólo salen por la fuerza, con pobladas, desmoronamiento de la economía y alzamientos generalizados.  Ejemplos parecidos recientes en nuestro hemisferio han sido Honduras y Paraguay.

Para defender a la cofrade Venezuela, sus amigos activaron todos los mecanismos pactados y negados a  los venezolanos que llenan las calles.  Causa escalofríos pensar que la misma vara pueda ser utilizada para medir lo que ocurriría si volvieran las dictaduras estilo hace cuatro décadas.

Es notable, con todo, ver que a favor de los debates públicos de  la tragedia venezolana estuvieron los  fundadores de la Alianza del Pacífico (Colombia, Chile, Perú, México, al lado de Panamá, Costa Rica, Estados Unidos, Canadá, Guatemala, Honduras y Paraguay.) De tres pasaron a once.  Los que se han opuesto presiden los mercados cerrados de Mercosur (Argentina, Brasil, Venezuela y Uruguay, este último con desgano, fortalecidos  con Bolivia, Ecuador y países del Caribe y América Central).  

El Nacional, de Caracas, informó hace unos días que dependen en un 40% del petróleo subsidiado que entrega Venezuela, los países centroamericanos y del Caribe que votaron por taparse los oídos y cerrar los  ojos ante María Corina Machado en la reunión del Consejo Permanente de la ni OEA. Consiguieron impedir que sus palabras fuesen públicas. Eso explica los votos de esos países. Defienden una efímera factura petrolera barata y temen que el subsidio se acabe si al chavismo cae. Es una manera vergonzosa de monetizar principios universales.

La resistencia del gobierno de Maduro y la lealtad de sus aliados tiene también una explicación en Cuba, Pero esa es historia aparte.