Mes: enero 2015
El verdadero desafío
El ingreso del presidente Evo Morales a su tercer mandato ha estado marcado por muchas de las referencias a las que el país está acostumbrado con este tipo de acontecimientos, desde la reiteración de datos macroeconómicos (reservas monetarias e indicadores sociales), proyectos de infraestructura (carreteras y hospitales) hasta las nuevas metas para reducir la pobreza. El gran ausente en su discurso de posesión fue el tema de mayor interés para Bolivia pues representa el sueldo del que vive el país y sobre el que se basan los proyectos para el quinquenio que ha empezado: gas natural, petróleo y precios.
Nada dijo sobre el derrumbe de los precios que ha colocado en terapia intensiva a la economía de los exportadores, especialmente de Venezuela, Irán y Rusia, tres amigos predilectos de Bolivia, y surgieron algunas contradicciones entre deseos y palabras. A poco de reiterar que su gobierno desea restablecer relaciones con Estados Unidos, cargó contra el “imperio”. Y en cuestión de horas contradijo a su colega venezolano Nicolás Maduro, abochornado por el reclamo para que Venezuela pague sus deudas a Enatex, cuyos más de 1.000 operarios tienen el empleo amenazado y llevan meses sin recibir salario.
Antes de venir a Bolivia, Maduro había dicho “Dios proveerá” para abastecer de alimentos a su país. Morales fue más preciso y pragmático al hablar el viernes en la posesión de sus nuevos ministros: “Si el imperio norteamericano nos ataca políticamente y económicamente…no nos va a salvar Dios; el pueblo nos va a salvar”.
En la misma jornada, el precio del petróleo volvió a caer, en una tendencia que aún no encuentra una base firme sobre la cual asentarse y garantizar una relativa estabilidad. Haber pasado por alto la tempestad petrolera pareció reflejar la incomodidad de las autoridades para abordar el problema que representa dejar de recibir este año cientos de millones de dólares menos de lo que se esperaba de las ventas de gas natural a Brasil y Argentina.
No hay una cuantificación del impacto directo del derrumbe de precios, pero igualmente grave puede ser la declinación de las economías de nuestros dos vecinos. La de Argentina está en contracción y Brasil proyecta un exiguo 0,3% de crecimiento de su producto interno bruto este año. (Las autoridades nacionales anticipan un crecimiento superior al 5%, uno de los mayores previstos para el año que ha empezado). Eso se traduce en dificultades para exportar otros productos que tienen mercado en esos países. No es buena noticia en momentos en que los técnicos bolivianos se preparan para empezar a hablar de un nuevo contrato de venta de gas a Brasil. El vigente acaba a mediados de 2019.
El declive también ocurre cuando YPFB debe contar con reservas más altas que las actuales, que solo bordean la mitad de los volúmenes que se creía hace ocho años, o apenas un sexto de lo que se dijo que guardaba Bolivia cuando se aseguraba que el país era la cuna gasífera del continente.
El verdadero desafío del gobierno que ha empezado a operar el pasado viernes es incrementar las reservas de gas. Eso requiere de inversiones en una escala que la empresa nacional no tiene condiciones de generar. Debe recurrir al capital privado internacional, lo que no concuerda con las frecuentes predicciones del presidente sobre la muerte del capitalismo.
Orwell in Chile
Grafitti on a wall in Santiago provided the cover picture for the Chilean edition of 1984.
This month marks the 65th anniversary of George Orwell’s death, and here’s one of the lesser-known stories of the great writer’s legacy, courtesy of the Pinochet regime in Chile.
It was 1983, the military dictatorship had been in power nearly ten years and the first stirrings of protest on a national level were about to explode into demonstrations up and down the length of Chile’s narrow territory. Three young journalists—two Chilean, one American—began an afterhours project to translate and publish Orwell’s dystopian masterpiece, 1984.
There were plenty of copies of Animal Farm, Orwell’s bitter satire of Stalinism, on offer in Chilean bookstores, but 1984 seemed conspicuous by its absence. A search around Santiago turned up a Spanish language copy in the British Council Library, an edition translated in Spain under Franco which had…
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La gateadora
Los precios de casi todas las materias primas y productos agrícolas declinaron a lo largo del año que acaba de irse. Este lento descenso ha sido eclipsado por el derrumbe estrepitoso del petróleo y sus consecuencias económicas y políticas más inmediatas, pero su amenaza sobre naciones como la nuestra puede ser mayor que la que nadie querría imaginar. Ese avance puede poner a prueba la creencia de que las reservas monetarias del país son garantía en los tiempos de vacas flacas a los que se ha ingresado.
Están acosados los 15.000 y pico millones de dólares de los que se ufanan las autoridades. Una porción está en oro, cuya cotización ha bajado en un 40% la semana que pasó respecto a un año atrás. El euro, parte de la canasta de divisas del Banco Central, declina frente al dólar, que se yergue poderoso con la economía expansiva del mayor país capitalista. Al cuadro se agrega el declive de las remesas de bolivianos en Europa, que se encogen al igual que el valor de la moneda europea o que deben retornar al país porque no hay más trabajo.
Soya y granos en general no están más en los niveles de hace dos años, cuando el júbilo de los productores ensordecía. Los minerales también retroceden y los productores procuran subsidios del Estado.
Con Cuba y Estados Unidos en pleno deshielo, y Rusia empantanada en su condición petro-exportadora, están cada vez más solos los que creen que el capitalismo está por morir.
Nadie ha arriesgado decir oficialmente cuánto Bolivia dejaría de percibir en el nuevo ciclo petrolero. El presidente dijo que la nueva tendencia sólo “salpicaría” a Bolivia, el Ministro de Finanzas aseguró que los ingresos menores serían compensados con los combustibles importados más baratos, pero sin ofrecer cifras para corroborar la afirmación, y el vicepresidente dijo que desde julio o agosto la merma estaría entre 40 millones y 60 millones de dólares. Si decía que eso sería mensual, se habría aproximado a la realidad.
El ex prefecto de Santa Cruz Rolando Aróstegui compara el panorama con el que ofrece un fenómeno de la temporada lluviosa que en el Beni se lo conoce como “la gateadora”. Las aguas sobrepasan sus contenciones naturales y avanzan desde todas las direcciones a ritmo lento, persistente y avasallador, dice Aróstegui, y sus efectos resultan calamitosos si las comunidades por las que avanzan no se unen para crear defensas. Eso incluye reconocer errores, subsanarlos, resolver disputas y sanear agravios en aras de un bien mayor: evitar que “la gateadora” destruya todo.
Deshojando la cebolla
La defensa en el Juicio del Siglo empezó esta semana a responder a la acusación contra 39 personas a las que se atribuye el propósito de sembrar el terror, desmembrar Bolivia y desarticular la división geopolítica del continente sudamericano. El fiscal que elaboró la acusación está refugiado en Brasil desde marzo y se dice perseguido por el gobierno que hizo que preparase, asegura, una tesis acorde con los intereses políticos de las autoridades. No hay signos que indiquen un desenlace próximo del mayor juicio penal de la historia boliviana surgido de un episodio sangriento hace cerca de seis años en Santa Cruz.
El año comenzó bajo la impaciencia de los acusados con la prolongación del proceso, cuya duración marca un récord. Al reanudarse las sesiones tras los feriados de fin de año, el acusado Juan Carlos Guedes, el ex dirigente de la Unión Juvenil Cruceñista que reconoce haber engañado al comandante de la supuesta gesta, Eduardo Rózsa Flores, vendiéndole una pistola (correcto) mugrienta y sin cacerinas con la que iría a dirigir la insurrección separatista, reclamó al juez Sixto Fernández por su dilatada prisión. “Pronto voy a cumplir seis años en la cárcel… ¿hasta cuándo?”, reclamó airado. Guedes ya ha escrito un libro sobre su prisión y dice que tiene pronta una narración adicional. Acusado de ser traficante de armas, subrayó que su domicilio nunca fue inspeccionado para verificar la acusación de que iba a ser el proveedor de pertrechos para miles de hombres.
A los frecuentes altibajos y suspensos del proceso que llegó Santa Cruz hace dos años tras peregrinar por La Paz, Cochabamba, Yacuiba y Tarija, se agregó esta semana una frase del presidente Evo Morales en la ceremonia de inauguración del Año Fiscal organizada por el Fiscal General de la Nación, Ramiro Guerrero. “Si castigas a los separatistas (acusados en el Juicio del Siglo), puedes ser el nuevo presidente” de Bolivia, le dijo al fiscal, citado por el diario El Deber. En la misma jornada, el mandatario sugirió un referéndum para reformar la Carta Constitucional. La frase acentuó la perplejidad entre quienes asisten al juicio cuando el mandatario se mostró partidario de suprimir el debido proceso. ¿Puede eliminarse un principio, un concepto fundamental en democracia? “Es un principio tan válido para los derechos humanos como lo es el que la tierra gira alrededor del sol o que el mundo es redondo”, dijo un abogado defensor. El principio es parte de la CPE.
Otros hechos anecdóticos han causado una huella temprana en las audiencias de este año. El 11 de septiembre, el general Gary Prado Salmón había planteado la suspensión de la detención domiciliaria que le impuso una juez en mayo de 2010. El general acusado subrayó esta semana que la juez que entonces le tomó la declaración tenía lista la decisión de siete páginas tamaño oficio y renglón seguido preparada antes de escucharlo.
En su más reciente petición, Prado Salmón pidió que se permita defenderse bajo entera libertad. Entre las razones para imponerle la detención actual estaba el recelo de la juez de entonces por evitar que se comunicase con otros acusados y con los medios informativos, debido al relieve del general, cuya compañía de Rangers rindió a Ernesto “Ché” Guevara en los parajes de Ñancahuazú en 1967. El militar hizo notar esta semana que la prohibición de contacto fue superada con las audiencias, en las que todos los acusados presentes conversan, hablan con los periodistas y suelen compartir café. No debía, especialmente, conversar con el general Lucio Añez Ribera, también retirado y ahora apartado del juicio por problemas que le dificultan la memoria. Con ese factor también superado, ya no existirían razones para mantener las restricciones a su liberad, planteó la defensa. El juez flexibilizó el horario de las restricciones incorporando sábados y domingos, pero negó extender formalmente la hora de retorno a su domicilio con el fin de facilitar el desplazamiento del general desde las universidades en las que dicta clases.
En una de las últimas sesiones, el juez Sexto Fernández hizo preguntas al coronel de policía Adalberto Torres Céspedes, uno los 39 acusados. El juez hizo una pregunta que uno de los fiscales objetó, en una situación inusual. No es común que un fiscal objete al juez que, en este caso, retiró la pregunta. El hecho sembró inquietud entre los acusados sobre quién efectivamente ordenaba la sesión.
Elod Toaso, uno de los dos sobrevivientes del asalto al Hotel Las Américas, reclamó que cuando él declaraba meses atrás, se había presentado una situación similar. Sus abogados quisieron objetar una pregunta del juez pero éste dijo que las preguntas del juez no eran objetables. Su abogada Erika Oroza tocó uno de los nervios más sensibles al afirmar que el proceso tenía un error básico insalvable: sus orígenes habían sido una denuncia fechada el 14 de abril de 2009, antes de que ocurriese una explosión sobre el portón de la residencia del cardenal Julio Terrazas y antes del asalto al Hotel Las Américas.
Las preguntas respecto a flaquezas de la acusación empezaron a ser expuestas por Gianni Prado, el abogado de Mario Tadic, al iniciarse la etapa de alegatos. Uno de los primeros puntos fueron las afirmaciones de un periodista español que, después, resultaron endebles pero que la acusación las utilizó como fuente básica. “Si hubiera habido probidad en la administración de la justicia, se habría visto que el caso fue armado”, dijo el abogado.
Las réplicas a la acusación deberán continuar, al reiniciarse las sesiones este 19 de enero.
Hojas y raíces
La condena pública al Ministro que divulgó en una conferencia de prensa la hoja médica de Gualberto Cusi se ha erigido en el mayor veredicto contra la violación de normas éticas y la irresponsabilidad de algunas autoridades. Pocos hechos han concitado tanto repudio como esa revelación, que los conductores del país parecen tomar con una ligereza asombrosa. No es bueno comenzar un año con una decisión equivalente a condonar una grave infracción. Tal vez sin proponérselo, al dejar pasar la oportunidad de punir al autor del entripado, el Presidente Morales ha enviado señales de complacencia con un hecho que desdeña la ética y de cuyas implicaciones sus asesores debían haberle advertido.
Es imposible desvincular los orígenes de la ofensiva contra Cusi de su decisión contraria a la interpretación del Tribunal Constitucional que dio curso a la reelección presidencial. Con esa decisión, el magistrado evidenció que no se consideraba electo para refrendar las conveniencias del Poder Ejecutivo. Sobre la elección del magistrado y de sus colegas todavía pesan las sospechas respecto a su conveniencia y legitimidad, incluso por sus resultados que, con ausentismo y votos nulos, mostraron una amplia mayoría disconforme con el sistema que se decía que colocaba a la justicia de Bolivia en una vanguardia innovadora mundial. Hace poco, al arreciar la controversia con el magistrado, enjuiciado por la mayoría oficialista en el Poder Legislativo, a donde acudió en silla de ruedas, las autoridades reconocían que la pretendida innovación había sido un fracaso.
No es creíble suponer que la autoridad gubernamental que exhibió la ficha médica del magistrado actuó sin consultar con sus colegas o con niveles superiores. La que hubo habría sido una decisión corporativa con más de un responsable. Esto explicaría su ratificación.
Es también imposible evitar que el episodio sea extrapolado a las conductas de otros funcionarios y a otros incidentes, lo que no hace ningún bien a las autoridades. La composición de las hojas de un árbol responde a las raíces que las han generado. Una búsqueda de razones y responsabilidades que expliquen el incidente bochornoso con un personaje que compartió la cúspide de la interpretación de las leyes podría ser también ilustrativa de las decisiones que se toman en el país.