Mes: septiembre 2010
Ley antirracista
El siguiente es el más reciente comentario del diplomático Ramiro Prudencio Lizón. Su actualidad me lleva a compartir su lectura con Uds.
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El Congreso está por aprobar una ley contra el racismo. En verdad, pareciera que nuestro país fuese Sudáfrica, donde no hubo mezcla de razas y donde efectivamente, la población negra sufrió durante siglos un sistema de apartheid que la tuvo sometida y discriminada en forma inhumana. Pero aquí sucede lo contrario, porque no hay gran diferencia racial en la población boliviana. Cabe recordar la encuesta que propició hace pocos años el Fondo para la Democracia de Naciones Unidas, donde se determina que siete de cada diez bolivianos se consideran mestizos. Es decir, el 68% de los encuestados expresó sentirse mestizo, y sólo un 20% indígena. Los que se suponen blancos apenas sumaron un 5%
Esta encuesta destruye la creencia que dejó en Bolivia, el censo del año 2001, donde absurdamente había una pregunta muy poco clara, ya que su pretensión era cultural y no racista, que consultaba a la población nacional si consideraba tener un ancestro originario. Basado en ella, el gobierno del presidente Morales ha difundido en la comunidad internacional la idea de que una gran mayoría poblacional boliviana es indígena, la cual anteriormente estaba sojuzgada por un pequeñísimo sector descendiente de europeos. Esta profundización de lo indígena ha llegado al extremo de que se imponga una constitución política que privilegia al indio y divide a la nación por el racismo.
Cuando las repúblicas latinoamericanas nacieron a la vida independiente, todas ellas contaban con poblaciones indígenas que hablaban sus propias lenguas. Pero la mayoría se esforzó por unificar culturalmente su país en base a la enseñanza masiva del castellano o del portugués en el caso del Brasil. El resultado ha sido su conformación en verdaderas naciones, conjuntadas por el idioma, la religión cristiana y la tradición histórica.
En Bolivia se trató de hacer otro tanto, sobre todo después del conflicto del Chaco, ya que hubo la consciencia generalizada de que una de las causas del fracaso de la guerra había sido precisamente el hecho de que una mayoría de sus habitantes no estaba integrada todavía a la vida nacional. En consecuencia, se consideró perentorio intensificar el nacionalismo y encaminar la política hacia el levantamiento del indio con el fin de hacer de él un verdadero ciudadano.
Pero en los últimos años del siglo veinte, insensatamente se decidió cambiar esta política integradora por otra encaminada a indianizar al campesino. Se llegó al extremo de que hasta en la anterior constitución política se señalaba que Bolivia es un país pluricultural y multiétnico. Como era de esperarse, esta peregrina teoría ha dado sus frutos con el brote de un fuerte racismo, ahondado en el actual gobierno, al extremo de que en la nueva constitución, Bolivia dejó de ser una nación para convertirse en un Estado Plurinacional. Lamentablemente el señor Presidente y sus consejeros no han tomado en cuenta que la ONU ampara a las naciones de un Estado plurinacional que se sientan sometidas y explotadas por las otras y, algo más grave, les da derecho a separarse de dicho Estado, como ha sucedido con países de la Europa Oriental.
Es menester destacar además, que desde un principio, muchos de nuestros mandatarios y hombres públicos fueron hijos o nietos de mujeres de pollera. Por ello, se puede afirmar categóricamente que Bolivia es el país menos racista del continente americano. En consecuencia, y con el fin de superar estos indicios racistas, es necesario que los bolivianos comencemos a concebir al país como una verdadera nación, en base al reconocimiento de que la gran mayoría del país no es ni indígena ni blanca, sino mestiza: chola o camba. Y en cuanto a los indios, basta que aprendan castellano o se avecinen a una ciudad para que culturalmente sean mestizos. Por lo tanto, ¿para qué insistir en una ley antirracista, cuando la inmensa mayoría de la nación, probablemente un 95%, desciende de indígenas y se siente orgulloso de ese vernáculo ancestro?
Chávez no tiene más control legislativo irrestricto
Pasadas las dos de esta madrugada, ocho horas después del momento en que se suponía que empezarían a conocerse resultados oficiales, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela empezó a emitir datos de los comicios legislativos de este domingo en el vecino país. El primero y más visible de los resultados es que el Partido socialista Unido de Venezuela (PSUV), del Presidente Hugo Chávez, pierde la mayoría de dos tercios que tenía en la cámara legislativa. A partir de ahora, las tareas gubernamentales tendrán que subir una cuesta bien empinada, conseguida por una oposición que mostrará los resultados como una victoria y que con esas energías caminará hacia las elecciones presidenciales de 2012.
A pesar de haber ganado los comicios, para el Socialismo del Siglo 21 parece empezar una fase declinante. Son expresivos los detalles en la crónica que ofrecía El Universal de Caracas en la madrugada. La oposición habría obtenido 60 diputados frente a 94 del oficialismo. En las elecciones de 2005 la oposición se abstuvo de votar.
Hay regiones en las cuales el chavismo recibió derrotas aplastantes y el promedio de conteo es del 96%. Pero, igualmente, hay regiones en las que el oficialismo ganó abrumadoramente. Lo interesante parece ser la división del voto entre los venezolanos: un 52% habría respaldado a la oposición y un 48% al gobierno. Pero la asistencia de votantes no pasó del 70% de los habilitados para sufragar. Se desconocían, de momento, las razones por las cuales los cómputos oficiales demoraron tantas horas.
En la mañana, con los resultados de casi el 100% de la votación, de un total de 165 legisladores a la oposición se le asignaban 61 legisladores. Además, el Bloque Patria Para Todos, que se desprendió del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) , había obtenido dos legisladores. El oficialismo agrupado en el PSUV ganó 95 asambleístas, un resultado sólido pero distante de los 110 que esperaba conquistar mara mantener su hegemonía legislativa. El jefe de campaña, Aristóbulo Istúriz, reconoció que el oficialismo no había llegado a la meta esperada, pero subrayó que la votación mostraba que el PSUV era la mayor fuerza política de Venezuela.
Aún es temprano para analizar el significado de la votación, vista más en términos del avance opositor que en el triunfo oficialista. Tampoco se podía medir, de inmediato, el impacto del resultado sobre Bolivia, cuyo gobierno es considerado como el mayor aliado de Chávez. Pero el correr de los días hará evidente el traspié sufrido por Chávez y sus repercusiones internacionales.
El «buscapeguismo»
Una de las causas del descontento que catapultó al presidente Hugo Chávez como un aluvión fue la incapacidad del Estado de proporcionar suficiente empleo. Por ese entonces (dos o tres décadas atrás), había cerca de 1,5 millón de empleados registrados en las planillas del Estado sobre una población de alrededor de 22 millones. Es decir, una de cada seis personas dependía del Estado. Las industrias básicas estaban en manos del Estado y los emprendimientos privados estaban más relacionados con el comercio, salvo algunas áreas agrícolas y de alimentos. Entre los venezolanos se había difundido durante décadas la idea de hacer negocios con el Estado y llegado un momento ¡bingo!, asegurarse la vida por largo tiempo. Era la idea del Estado empleador y benefactor en su mejor expresión, con las manos llenas gracias al petróleo que proporcionaba –y sigue proporcionando- más del 90% de las divisas que entraban al país.
En Bolivia ha ocurrido algo semejante. Con la diferencia de que los que tenían entrada al festín eran muy pocos, y muchos los que no llegaban ni siquiera a tocar la puerta. Eso ha jugado a favor de un estado lánguido, que se debilita continuamente pues su capacidad de generar empleo es escasa. La reversión de los contratos petroleros trajo algunas decenas de puestos para personal del partido de gobierno. Pero como el petróleo no es un sector de empleo masivo de mano de obra permanente, su capacidad generadora de trabajo se agotó al quedar la cadena productiva amarrada a donde empezó. Es decir, no hubo desarrollo de la industria, no se perforaron nuevos pozos en la cantidad necesaria para un país que tiene algunas (subrayo algunas) reservas, que le permitirían subir de los alrededor de menos de 40.000 barriles diarios de petróleo (igual que hace cuarenta o cincuenta años!) hasta siquiera cubrir las necesidades internas con una holgura mínima. Las reservas de gas declinaron y el concepto de Bolivia como nudo energético continental se diluyó y nadie más se atrevió a hablar de él. Vinieron nuevas estatizaciones, pero ninguna ofrecía la cantidad de empleo que requieren los sectores números que engrosan las filas pro-gubernamentales. La más reciente estatización –la del cemento- garantizará sólo algunas decenas de empleo y nada más.
Es la lógica de la impreparación y mediocridad. Con buena preparación, los postulantes podrían encontrar con cierta facilidad buenos empleos en el sector privado, que a la vez serían generados por los inversionistas que perciban que Bolivia cuenta con mano de obra capaz. Pero en la base está, claro, la excelencia que debe provenir de los centros de formación. Como tal excelencia es sólo una excepción y no la norma, la mayoría acaba enlistada en las filas del “buscapeguismo”. ¿Dónde pueden conseguir empleo con mayor facilidad en base a una capacidad que va de regular hacia abajo? Respuesta: en el Estado, que lo que más les exige es obediencia ciega a los mandamientos del partido gobernante y su jefe. Allí yacen la inestabilidad, los cambios de gobierno, los reclamos por designar nuevos ministros, etc. El “buscapeguismo” acaba encarnándose en el Estado, que se convierte en un fin para generar gestiones mediocres o pésimas. Pero el Estado no logra por sí solo saciar al «buscapeguismo» que siempre buscará ubicarse mientras no existan fuentes estables generadoras de empleo. Por razones estructurales su capacidad es limitada y por eso mismo temporal. El tema es fascinante y merecedor de un tratamiento mayor.
Bicentenario memorable
Vendrán muchos aniversarios y otros festejos, pero el de este 24 de septiembre será inolvidable para la gente que lo vivió. El ambiente era festivo en casi todas las esquinas hasta el tercer anillo de la ciudad, y en las instalaciones de la Feria Exposición el júbilo era general. Al sonar las 12 campanadas que marcaron la medianoche y el comienzo del día del bicentenario, hubo cohetería, champañas, el himno cruceño en el Parque El Arenal, que se dice que es la “Fontana di Trevi” cruceña y que en esos momentos escenificaba la ceremonia principal, con un desfile acompasado al ritmo clásico de Europa medieval. La presidían el alcalde Percy Fernandez y el Gobernador Rubén Costas, ambos esbozando la sonrisa más amplia que los labios les permitían. En esta competencia de estirar los labios, Fernández llevaba ventaja. Bailó con la nueva reina del carnaval cruceño, Catherine Villarroel, mientras en todo el departamento flotaba un elevado sentimiento cívico raras veces sentido en la región. No por nada, se trataba de celebrar 200 años del grito libertario que la llevó a ser parte constitutiva de lo que hoy es Bolivia. Y toda la región recibió la fecha feliz.
Si hubo algún propósito en estos últimos años de disminuir el espíritu cruceñista de la gente, el tiro salió por la culata. Santa Cruz vivió intensamente su ser cruceño en esas horas. Pocas veces se había levantado tanto su orgullo en sí misma. Ese sentimiento fue visible a lo largo de toda la noche y del día siguiente. Desconozco el grado de civismo que prevaleció en los departamentos que también celebraron su bicentenario en los últimos tiempos, probablemente similar al de aquí. Pero en lo que se refiere a Santa Cruz, puedo afirmar que se trató de un acontecimiento singular.
Los medios contribuyeron a crear esa atmósfera con sus programas alrededor de la Feria Exposición y los periódicos con los suplementos especiales que prepararon para la fecha. Los cuatro diarios principales –El Día, El Deber, El Mundo y Estrella del Oriente tuvieron cuerpos especiales dedicados a la región que el lector pudo disfrutar a lo largo del extenso fin de semana. Podrán ser guardados para que, en los años venideros, las nuevas generaciones vean cómo celebró Santa Cruz sus 200 años.
Inclusive los inconvenientes protocolares durante la sesión de honor de la asamblea, en la que el vice-Presidente no logró ser atendido en su solicitud de ser el último en hablar –lo hizo el gobernador Costas- quedaron relegados ante la magnitud del evento.
La semana que empieza traerá de vuelta los problemas cotidianos, incluso los 28-32 grados centígrados Santa Cruz vueltos más intensos por el desborde de los incendios forestales. Vendrá también la política barata y las pugnas políticas. Pero para la gente sencilla quedará el sabor de una jornada para recordar por mucho tiempo.
Borrar con el codo lo que escribe la mano
El ex senador Carlos Borth, de la anterior legislatura, acaba de preparar el ataúd -o una erupción volcánica- para la iniciativa a favor de una reelección del presidente Morales. Borth, quien militaba en Podemos, sostiene en una entrevista divulgada por Erbol que el propio presidente ató su destino político a la no reelección.
El tema de una nueva elección de Evo surgió de una entrevista que le hizo hace algunos días un periodista de la CNN, cuando el mandatario se encontraba en Nueva York. Un poco jalado de los cabellos, surgió el tema de la reelección y la agenda de los medios se vio conducida dócilmente hacia él. No era tema de discusión en Bolivia, pero una pregunta sobre reelección está casi siempre en el menú de todo aquel corresponsal que entrevista a un presidente extranjero, mucho más si se trata de un sudamericano aliado de Hugo Chávez (que ganó un referéndum que le permite la reelección sine die).
Borth dinamitó el tema al citar la ley 4021 aprobada en abril del año pasado. Y Los Tiempos intensificó el terremoto al citar textualmente la ley en su edición de hoy, viernes 24 de septiembre:
“Ley 4021
I. Por mandato constitucional se convoca a Elecciones Generales de Presidente, Vicepresidente y miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional en todo el territorio del Estado Plurinacional para el día domingo 6 de diciembre de 2009; por un periodo constitucional de cinco años.
II. En aplicación de la disposición transitoria primera, parágrafo segundo, de la CPE, el cómputo de mandatos constitucionales se regirá de conformidad a siguientes:
a) Se computará como primer periodo, el mandato vigente a tiempo de la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado.
b) Para el efecto del cómputo se considerarán los mandatos correspondientes al mismo cargo.”
Los dos medios echaron luces a un problema que, a mi parecer artificialmente, estaba en plena gestación, cuando el país tiene al frente muchas otras cosas que debatir.
Y Borth ganó un poroto valioso al hacer lo que sus sucesores debían haber hecho antes que el tema empezase a rodar como una bola de nieve. El ex senador explica en las entrevistas los posibles procedimientos que el gobierno tendría que seguir para procurar salir del enredo que, de acuerdo al ex legislador, podría resultar en una inmolación política.
Prensa y gobierno: al rojo otra vez
El gobierno ha decidido poner en marcha los motores para la aprobación de una ley contra el racismo y la discriminación que, de paso, puede herir gravemente la libertad de prensa y de expresión. A título de discriminación, un periódico puede ser cerrado, sus dueños encarcelados y, como consecuencia, los que en el medio trabajaban quedar desempleados. Esta impresión ha quedado más reforzada entre los periodistas –en Santa Cruz hubo este fin de semana una marcha de periodistas en contra de ese proyecto ya aprobado por los diputados- cuando, también el fin de semana, el presidente Evo Morales instruyó a sus senadores no modificar el proyecto original. Ha convocado en su apoyo a las llamadas “organizaciones sociales”. El presidente que llegó a la Primera Magistratura en medida significativa gracias a la cobertura que le dio la prensa a la oposición activa que realizaba contra los gobiernos de comienzos de esta década, está frente al principal motivador de opinión pública, en Bolivia y en todo el mundo donde rige la libertad de expresión. Nada bueno puede resultar de esta confrontación.
La instrucción impartida por el presidente dejó boquiabiertos a los dirigentes de la prensa, que esperaban del mandatario una actitud conciliadora. En momentos en que el socialismo del Siglo 21 hace aguas por su mediocre gestión económica y el comandante Fidel Castro (con un desmentido que casi nadie cree) asegura que el modelo cubano no funciona ni en su propio país; cuando la popularidad de Hugo Chávez, en Venezuela, estará en juego este domingo, y la gestión económica boliviana en el campo de los hidrocarburos (y otros) se tambalea, el gobierno del presidente Morales ha abierto uno de los frentes más delicados desde que asumió el mando hace cinco años.
El fiscal de la Asociación de Periodistas de La Paz, Antonio Vargas, y el Secretario Ejecutivo de la Asociación Nacional de la Prensa, Juan Javier Zeballos, dijeron esta noche en el programa No Mentirás, de PAT, que los periodistas no están contra –al contrario, se ubican a favor- de normas que prohíban el racismo y la discriminación. Nadie con una mínima sensibilidad puede estar de acuerdo con actitudes discriminatorias y racistas primitivas. El problema no está en imponer leyes sino al mismo tiempo educar debidamente a la población sobre los daños que esas actitudes provocan a la convivencia entre seres humanos y en hacer esa educación accesible a todos los excluidos.
Ejemplos los hay, y muy cerca. Vayan a Río de Janeiro, Salvador de Bahía o Sao Paulo y verán que la mayoría de los edificios tiene dos ascensores: uno “social” y otro de “servicio”. Por el primero suben solamente los dueños e inquilinos. Por el segundo, los empleados, generalmente del noreste empobrecido, y gente de color (perdón, negros). Y eso que en Brasil hay leyes duras que previenen el racismo y la discriminación. Inclusive se ha instituido un feriado, el 20 de noviembre, designado como el Día de la Conciencia Negra para recordar los sufrimientos de la gente de color traída como esclava desde África y para que la ciudadanía repudie el racismo. Pero eso no ha significado un peligro para el funcionamiento de diarios ni estaciones de radio y televisión, menos aún para la libertad de expresión.
Intentar imponer una ley sin el consenso de todos los sectores directamente involucrados en ella es romper toda noción de armonía. Vargas y Zeballos recodaron que la sorpresa con la actitud del presidente había ocurrido después que el presidente de la Comisión de Constitución del Senado anunciara en una reunión con representantes de todos los medios, un plazo de 15 días para volver a discutir el tema y analizar enmiendas.
La conductora del programa, Sisi Añez, preguntó cómo ella podría ser responsable de algo que dijese algún entrevistado y que pudiese ser pasible de sanciones que se extenderían hasta la planta televisiva, que emplea a doscientas personas. La repuesta fue que eso podría ocurrir con la forma en que la ley ha sido redactada.
Zeballos recalcó que tenía la impresión de que el presidente había sido “mal asesorado”. Y aseguró, ante una pregunta, que los diarios y los periodistas están dispuestos a procurar una reunión directa con el presidente para discutir el proyecto. Proposición difícil, pues ha habido una sola reunión entre representantes de los diarios y el presidente desde que asumió el mando.
Sobre dirigentes y dirigentas, periodistas y periodistos
Un amigo me hizo llegar el correo de una profesora española de gramática, agobiada como muchos por las distorsiones del idioma que ha traído el afán de dotar de género a todo. Lo comparto con Uds. pues creo que vale la pena leerlo para percibir mejor este virus que ha ingresado sin control en nuestra jerga diaria.
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Yo no soy víctima de la LOGSE (Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo). Tengo 45 años y he tenido la suerte de estudiar bajo unos planes educativos buenos, que primaban el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de las estadísticas de aprobados y de la propaganda política. En párvulos (así se llamaba entonces lo que hoy es «educación infantil», mire usted) empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente: la A de «araña», la E de «elefante», la I de «iglesia» la O de «ojo» y la U de «uña». Luego, cuando eras un poco más mayor, llegaba «El Parvulito», un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas traen texto. Eso sí, en el Parvulito, no había que colorear ninguna página, que para eso teníamos cuadernos.
En EGB (equivalente a primaria) estudiábamos Lengua Española, Matemáticas (las llamábamos «tracas» o «matracas») Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Plástica (dibujo y trabajos manuales), Religión y Educación Física. En 8º de EGB, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de «b en vez de v» o cinco faltas de acentos, te suspendían.
En BUP (equivalente a secundaria), aunque yo era de Ciencias, estudié Historia de España (en 1º), Latín y Literatura (en 2º) y Filosofía (en 3º y en COU). Todavía me acuerdo de las declinaciones (la 1ª.: rosa, rosa, rosa, rosae, rosae, rosa en el singular; -ae, -ae, -as, -arum, -is, -is, en el plural; la segunda;-us, -e, -um, -i, -o, -o, en el singular; -i, -i -os, -orum, -is, -is, en el plural; no sigo que os aburro), de los verbos (poto, potas, potare, potabi, potatum, el verbo beber), de algunas traducciones («lupus et agni in fluvi ripa aqua potaban; superior erat lupus longeque agni»: el lobo y el cordero bebían agua en el río; el lobo estaba arriba, lejos del cordero; «mihi amiticia cum domino erat»: yo era amigo del señor).
Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las «Coplas a la Muerte de su Padre» de Jorge Manrique, a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a Espronceda…
Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección. Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura. Aprendí que se dice «Presidente» y no Presidenta, aunque sea una mujer la que desempeñe el cargo.
Y… vamos con la Gramática.
En castellano existen los participios activos como derivado de los tiempos verbales. El participio activo del verbo atacar es «atacante»; el de salir es «saliente»; el de cantar es «cantante» y el de existir, «existente». ¿Cuál es el del verbo ser? Es «el ente», que significa «el que tiene entidad», en definitiva «el que es». Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a este la terminación «-nte». Así, al que preside, se le llama «presidente» y nunca «presidenta», independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción.
De manera análoga, se dice «capilla ardiente», no «ardienta»; se dice «estudiante», no «estudianta»; se dice «independiente» y no «independienta»; «paciente», no «pacienta»; «dirigente», no dirigenta»; «residente», o «residenta».
Y ahora, la pregunta del millón: nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no son «periodistos»), ¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española ? Creo que por las dos razones. Es más, creo que la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática de esos patrones ideológicos los hace más ignorantes (a ellos y a sus seguidores).
No me gustan las cadenas de correos electrónicos (suelo eliminarlas) pero, por una vez, os propongo que paséis el mensaje a vuestros amigos y conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no «ignorantas semovientas», aunque ocupen carteras ministeriales).
Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa del género y que habían firmado un manifiesto. Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el violinisto, el taxidermisto, el telefonisto, el masajisto, el gasisto, el trompetisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío del esquino y, sobre todo, ¡el machisto!
Bicentenario de Chile
Comparto con Uds. la más reciente entrega del diplomático Ramiro Prudencio Lizón. Es importante leerlo, incluso por las referencias históricas que hace sobre los límites de Chile.
Bicentenario de Chile
Este 18 de septiembre se conmemora el bicentenario de la independencia de Chile. En efecto, un día como ése, en 1810, se conformó un cabildo abierto que designó una junta gubernativa presidida por don Mateo de Toro y Zambrano, la cual se constituyó en el primer gobierno que el pueblo chileno se dio así mismo.
Como sucedió en el Alto Perú y en otras partes, el virrey del Perú desconoció a la junta de gobierno chilena, y ésta se sintió obligada a procurarse recursos, encargar armas, formar nuevos cuerpos de ejército y reorganizar las milicias. Con ello comenzó una larga guerra emancipadora que concluyó en 1818, año en que se efectuó la decisiva batalla de Maipú y también la Declaración de la Independencia de Chile.
El más importante héroe chileno de la época fue el general don Bernardo O’Higgins. Es conveniente que en nuestro país se conozca un poco mejor la figura de dicho prócer, quien tuvo una muy destacada actuación en la guerra de la independencia americana, no sólo contribuyendo decisivamente a la libertad de su patria, sino también del Perú.
O’Higgins colaboró al general José de San Martín en la organización del Ejército de los Andes, el cual cruzó la cordillera andina y se enfrentó a las fuerzas realistas en Chacabuco y Maipú, batallas que consolidaron la independencia de Chile. Poco después, O’Higgins fue designado Director Supremo de su país, lo que le permitió efectuar la primera organización del nuevo Estado y, a la vez, coadyuvar a la liberación de otras regiones del continente, sobre todo del Perú.
Cabe señalar que la relación de O’Higgins con nuestro país, aunque algo remota, fue muy significativa. Primeramente, él mantuvo una muy estrecha relación con el mariscal Andrés de Santa Cruz, y fue un ferviente partidario de la Confederación Perú-Boliviana. Posiblemente, como buen americanista, deseaba que en el sur del continente se conformase un gran Estado, constituido por Perú, Bolivia, Ecuador y Chile.
Pero además, es menester destacar que él señaló en una carta al capitán Coghlan de la Real Marina Británica, lo que los chilenos consideran como compendio y definición precisa de los límites de su país independiente: “Chile viejo y nuevo se extiende en el Pacífico desde la bahía de Mejillones, (23 grados de latitud sur) hasta Shetland del Sur, en la latitud 65 grados”. Esto prueba que el mismo libertador de Chile admitía plenamente que la Real Audiencia de Charcas siempre tuvo mar, por lo menos desde el grado 23 hasta el río Loa, en el grado 21,5.
Para los bolivianos nos es exasperante que en Chile se haya difundido la teoría de que nuestro país no hubiese poseído salida al mar en la época colonial. Pareciera que habría allí un afán de eliminar todo complejo de culpa por haber dejado a Bolivia permanentemente enclaustrada. Pero esta teoría contradice la misma historia de Chile, la cual enseña que desde el primer gobierno establecido después de la declaración de su independencia, el dirigido por O’Higgins, siempre se reconoció la soberanía boliviana en la costa de Cobija.
Respecto a O’Higgins, cabe señalar que como muchas de las grandes figuras de la independencia, fue un verdadero americano. Veía a Hispanoamérica como una sola nación, y anhelaba que se establecieran en ella grandes y poderosos estados, confederados entre sí. Pero, lamentablemente, su política integradora no prosperó. Triunfó el espíritu localista, representado por el ministro Diego Portales, y con ello se produjo un cambio radical en el destino del continente: la gran Confederación Perú-Boliviana que hubiese sido el origen de uno de esos grandes estados soñados por O’Higgins, y a la cual trató de ayudar con gran empeño, a la postre se derrumbó. Y este derrumbe dio lugar al mantenimiento de pequeños estados en el Pacífico sur, que han vivido y posiblemente continúen haciéndolo por muchos años, con recelos y mutuas desconfianzas; actitud que ha impedido hasta ahora toda posibilidad de llegar a una verdadera integración entre ellos.
Lista de actividades que pueden ser ejercidas en Cuba
Un lector amigo me envió la siguiente lista de actividades que se pueden ejercer en Cuba como emprendimientos privados. Uds. pueden ver la lista de 124 oficios que los cubanos pueden emprender sin la intervención del estado, desde barbería, bordado, cochero, carretonero y «lanchero» (probablemente quienes manejan lanchas.) El sitio, que aparece como comentario al final de la nota sobre los despidos en masa que en preparación en Cuba , están compilados aquí:
Fidel cumple, Cuba cambia
Aún no ha pasado una semana del huracán que provocó la declaración, dicha al paso, del comandante Fidel Castro sobre la impracticabilidad del modelo cubano cuando llega hoy, 14 de septiembre, otra noticia sísmica: más de 500.0000 cubanos del sector público serán despedidos. Se espera que puedan ingresar al incipiente sector privado.
La información es atribuida a la Confederación de Trabajadores de Cuba. El número equivale al 50 por ciento del exceso de trabajadores en las planillas del Estado, según declaraciones anteriores del propio presidente cubano Raúl Castro. No sabemos el número de empleados bolivianos en exceso en la administración del estado, pero es como si a la mayoría de los que trabajan en un ministerio o algún ente estatal se les dijera que van a perder su trabajo. Imagínense el estado de ánimo en esa multitud.
El anuncio de la CTC destaca que es necesario introducir cambios para «hacer más eficiente el actual proceso productivo y laboral» y avanzar en «la construcción del socialismo». Al cabo de más de medio siglo de gobierno comunista, cuando la isla está colmada de experimentos económicos y sociales, muchosde ellos fracasados, se piensa en volver más eficiente al sistema.
La relocalización está prevista para cumplirse hasta comienzos del próximo año, es decir en unos seis a ocho meses. Si el “sector privado” de Cuba será capaz de absorber semejante aluvión de despedidos es algo diferente. Los hoteles de los inversionistas europeos podrán absorber a algunas decenas. Lo mismo las barberías y salones de belleza y los taxistas, algunos de los cuales funcionan como emprendimientos privados. Pero nunca podrán absorber a más de medio millón. Probablemente habrá que crear incentivos para nuevos «emprendedores privados». La noticia la ví en páginas web de medios internacionales como El Universal, de Caracas, y The New York Times. La noticia estaba en esos medios desde la mañana. No así en la TV ni en las principales emisoras bolivianas. Erbol reprodujo una información de El Clarín, de Argentina.
El anuncio redime las palabras de Fidel Castro, que él mismo, posteriormente, desmintió: El modelo cubano no funciona ni en Cuba… Y revela que hay un programa de reformas de las que el régimen prefiere no hablar, quizá con la esperanza de que pasen desapercibidas. Pero los desplazamientos son demasiado visibles para disfrazarlos. Las palabras de Castro, divulgadas por el periodista que lo entrevistaba Jeffrey Goldberg, de The Atlantic Monthly, y corroboradas por Julia Sweig, experta del Foreign Relations Committe, una entidad privada de Washington, que lo acompañaba, pusieron los pelos de punta entre castristas y no castristas del mundo, especialmente entre los primeros. Rápidamente el ex presidente rectificó y dijo que había sido “mal interpretado”. Hubo muchos que no le creyeron. El anuncio de la CTC puede ahora darles la razón.
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