Soza se va, queda el caso, Soza no se va

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El fiscal general de la República, Mario Uribe, acaba de rechazar la renuncia del fiscal Marcelo Soza, a dirigir el caso de supuesto terrorismo-separatismo. En la funciones del Ministerio Público no se puede decir «hasta aquí trabajo y desde aquí no tomo más este caso», informó. El anuncio viene de la Agencia de Noticias Fides. La decisión del fiscal Soza, que no era irrevocable, vuelve a fojas cero. Pero se ignora cuándo se reinician las audiencias en Cochabamba.

Y Erbol remachó con los párrafos siguientes de su crónica sobre el mismo asunto: “El doctor Marcelo Soza asignado al caso terrorismo deberá seguir (en su trabajo) hasta la conclusión del todo el proceso”, afirmó Uribe, en conferencia de prensa ofrecida en la ciudad de Sucre, según el reporte de la Radio Aclo, de la Red Erbol.

La justificación de la renuncia de Soza sobre el presunto hecho de que estaría en alto riesgo su profesión y la seguridad de su familia, no tiene ningún sustento legal, de acuerdo a la explicación de Uribe. “En absoluto, ningún otro argumento puede servir de base para que un fiscal diga que hasta aquí trabajo y no atiendo más un determinado caso, esa decisión (unilateral) no existe en el Ministerio Público, aquí nos tenemos que regir bajo el principio de la legalidad”, aseveró.

A tiempo de ratificar que Soza aún goza de la confianza de la Fiscalía General del Estado, Uribe sostuvo que en caso de que este representante del Minisiterio Público pida la colaboración de otros fiscales para el proceso que lleva adelante, se lo asignará a otros colegas con los que conforme una comisión.

En la víspera, Soza presentó una carta de renuncia ante Uribe indicando que junto a su familia recibió en los últimos días gran cantidad de amenazas, además de los constantes intentos de desprestigiar el proceso investigativo que lleva adelante por dos años, de parte de personas allegadas a los acusados en este tema y algunos medios de comunicación.

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Esta noche del 25 de abril de 2011 será recordada como la noche en que el caso del Hotel las Américas estaba al borde de derrumbarse. El fiscal Marcelo Soza colapsó. El caso que había levantado se vino abajo después de haber ensamblado  un conjunto de 39 acusados en medio de videos y testimonios difíciles de sustentar.

El fiscal renunció a dirigir la investigación en una carta que dirigió al Fiscal General de la República, Mario Uribe.  Afirmó temía por su vida y que se había mellado su dignidad. También dijo que algunos medios había «desviado» las investigaciones. No precisó cuáles habrían sido esos medios. ¿Qué pasará ahora? La pregunta se la hacen muchos bolivianos, especialmente la ciudadanía cruceña, que ha sido la región donde se ha sufrido con mayor rigor las consecuencias de ese episodio. Hasta ahora, más de dos años después de aquella madrugada del 16 de abril de 2009, el caso tiene rincones oscuros y las interrogantes a su alrededor se han multiplicado. ¿Fue todo una montadura? El propio presidente Morales aseguraba dentro y fuera del territorio nacional que habían querido matarlo. Ahora las autoridades tendrán mucho para explicar. La investigación ha tenido un frenazo abrupto y a una semana de la decisión del Fiscal General Uribe para que el fiscal Soza reordenase su acusación para darle sustento apropiado. Implacable en reclamar la presencia de todos sus acusados en La Paz, tenía cinco días para reordenar y presentar su caso hasta el pasado viernes. Será necesario saber cuáles son aquellos vacíos que encontró el juez Rafael Sarmiento que lo llevaron a devolver a Soza el expediente para que lo presente de nuevo, debidamente fundamentado. Creo que el público boliviano, y el cruceño en particular,  requieren de una amplia y exhaustiva información. Y el fiscal renunciante  deberá explicar por qué dio curso, sin consultar con sus superiores, al supuesto pedido del Cuerpo de Bomberos para destruir los explosivos que los investigadores dijeron que habían encontrado en poder del grupo presuntamente dirigido por Eduardo Rózsa Flores. El fiscal renunciante sabía que este momento llegaría;  pero al parecer su causa contenía demasiadas lagunas y se hundió. “Ya se había aplazado cuando le devolvieron el caso. No quiso volver a aplazarse en el desquite”, dijo Gary Prado Araúz, quien encabeza la defensa de su padre, el general Gary Prado. El fiscal llegó a presentar su nuevo caso, pero de acuerdo a Prado Araúz, el nuevo legajo “está lleno de imperfecciones.” “Si en  dos años no pudo montar algo sólido, no podría hacerlo en cinco días”, dijo Prado Araúz esta noche en el programa No Mentirás, de PAT. Con la renuncia, que no lleva la palabra “irrevocable”, el caso queda detenido y no hay plazo para la reanudación de la audiencia conclusiva querueda desde el 11 de abril.  El Fiscal General tendría ahora que designar un nuevo fiscal, quien recibiría el legajo dejado por Soza. “Le está dejando un presente griego”, dijo Prado Araúz. El desenlace que se ha presentado  se habría evitado si a la prensa se le hubiese permitido ingresar a las audiencias del fiscal con los aprehendidos y con la defensa, dijo Prado Araúz. “Porque la defensa trituró todas sus argumentaciones”.

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