Diálogo: Sí, pero…
Incluyo tres párrafosde actualización, al final.
El escenario para el diálogo que propone Nicolás Maduro en Venezuela era este lunes una Caracas cercada por barricadas, algunas en llamas, para impedir el tráfico de los soldados de la Guardia Nacional, a la que los manifestantes que critican al gobierno responsabilizan de casi todas las muertes ocurridas desde el miércoles antepasado. Los gritos y amenazas de Maduro han aguzado la imaginación de los manifestantes que ahora tienen pueden neutralizar a los temidos “motorizados”, los llamados “colectivos”, que empiezan a temer desplazarse por las calles.
El arma de los manifestantes son cuerdas de nylon y alambres de púas entre postes de luz capaces de ser mortales para quien desde una motocicleta no los ve. Hace dos noches, un “colectivo” cayó víctima de una de esas cuerdas y murió degollado. La undécima víctima, que estaba bajo terapia intensiva en un hospital, murió anoche, con el golpe que recibió al caer sobre el pavimento mientras escapaba de los soldados que le exigían entregar su teléfono celular, informa hoy El Universal.
El presidente Maduro ha convocado a una reunión para el miércoles a todos los que considera actores en la crisis que vive Venezuela, desde los partidos políticos hasta los “colectivos” y movimientos que apoyan al gobierno.
Las perspectivas no lucen claras. El alcalde de Caracas Antonio Ledezma ha planteado que como base para la reunión sean suprimidos los gobiernos locales paralelos y garantizada la autonomía de los gobernadores y alcaldes electos en diciembre, que sólo participarían si se les respete a plenitud el fuero del que están investidos. Exige también normalizar el abastecimiento de alimentos y medicinas, cuya escasez, aguda en los últimos meses, tiende a agravarse al fragor de los disturbios. El planteamiento, que como principio sostiene que “la calle no se negocia”, postula no convertirlo en un espectáculo televisivo. Los vecinos tampoco ceden en las barricadas en la mayoría de los barrios caraqueños y el propuesto luce una empresa de momento sin destino. El líder de la Mesa de Unidad democrática Enrique Capriles ha llamado «genocida» a Maduro, y lo califica como «un grave error»en ls historia venezolana.
Maduro cuelga de alfileres
Esta noche, tras una mirada a los eventos de la jornada, escuchar los testimonios que trae la televisión de las madres de jóvenes muertas en las protestas que han prendido en toda Venezuela, y verificar que los jóvenes aún en las calles contra la inseguridad y ahora abiertamente contra el gobierno, persisten en su rebeldía, una conclusión parece inevitable: el presidente Maduro, y el llamado “chavismo”, languidecen apresuradamente. El gobierno luce preso en una situación en la que no tiene márgenes seguros de maniobra. Trece muertos hasta este lunes, más de cien heridos, y cientos de apresamientos, parecen haber abierto un abismo entre el gobierno y las multitudes de críticos que atribuyen a su incapacidad administrativa el callejón al que ha llegado el país. El languidecimiento seguirá hasta que la Guardia Nacional decide que no va más. Si el gobierno quisiera incorporar en la lucha a las “milicias chavistas” el escenario sería el peor vivido por Venezuela desde la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958.
Una inflexión se dio en la tarde cuando Enrique Capriles, candidato de la Mesa de Unidad Democrática, anunció que no iría a la conferencia de paz convocada por Maduro en el Palacio de Miraflores. Una actitud semejante habían anunciado otros dirigentes, al plantear la libertad de todos los detenidos y restablecer el abastecimiento normal de alimentos y medicinas. “Cómo voy yo a (Palacio de Miraflores, den una situación de presión y de violación a los derechos humanos; a estas horas están reprimiendo a las personas en distinto lugares del país”, dijo Capriles. Antonio Ledezma, Alcalde y dirigente de Accción Democrática dijo su partido tampoco irá a la conferencia del miércoles.
¿Con quiénes se reuniría Maduro? Cualquier propuesta parece tardía y la angustia que prevale en las cancillerías amigas crece bajo la incertidumbre.
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