Día: febrero 25, 2008
¿Capitalismo Precolombino?
He escuchado al presidente Evo Morales decir que el capitalismo es el responsable por los desastres climáticos que en los últimos años se han ensañado con los trópicos sudamericanos y otras latitudes y, por ende, nuestras llanuras nororientales. “Los fenómenos climáticos -dijo- no son culpa de ninguna autoridad sino de un modelo económico, el capitalismo, que trae estas consecuencias climatológicas…”.
La declaración sale al frente de evidencias que registran períodos recurrentes de lluvias intensas y sequias a lo largo de la historia humana. La mayoría de los trabajos sobre el tema coincide en que, por ejemplo, África ecuatorial ha vivido bajo períodos climáticos contrastantes: copiosas y prolongadas lluvias y sequias infernales causantes de desastres humanitarios apocalípticos.
Pero sin irnos demasiado lejos, basta mirar a nuestra región norte sumergida bajo una de las peores temporadas de lluvias de las últimas décadas. El Beni se nos ahoga, pero ¿cómo protegerse de las inclemencias de la naturaleza?
Las respuestas siempre están más a la vista de lo que uno se imagina. Los antiguos habitantes de las llanuras benianas erigieron al parecer miles de plataformas para resguardarse de los períodos extremos de lluvia y sequía que cíclicamente atormentan la región. Una obra formidable del infatigable historiador y economista beniano José Luis Roca –“Economía y sociedad en el Oriente Boliviano. Siglos XVI-XX”, Cotas Ltda. y Editorial Oriente- habla de esas plataformas aún misteriosas (Pags. 313-323), posiblemente levantadas por una civilización que existió mucho antes de la llegada de los españoles y que desapareció sin dejar registros que determinasen la causa de su extinción.
Entre varias otras referencias autorizadas a lo largo de su obra, Roca cita al geólogo estadounidense, Kenneth Lee, residente beniano: “Entre los siglos V a.C. y el V d.C., en la región hubo una gran sequía que duró varios centenares de años. Los pueblos que habitaban lo que hoy es el Beni se vieron obligados a inventar métodos de conservación de las aguas que escaseaban … Aquella gran civilización comenzó a dispersarse hacia el siglo V de nuestra era, cuando volvieron las lluvias tropicales y el terreno –como ocurre ahora- se anegaba cuatro o cinco meses al año destruyendo los planes agrícolas que se basaban en la más absoluta regulación del suministro de aguas.”
Salta a la vista que en esos tiempos no existía el capitalismo al que se refería el presidente Morales y que los desastres y la desaparición que después aconteció no estuvieron relacionados con ningún sistema económico o político de la región. No había fábricas ni emisiones de gases que afectasen la capa de ozono. El capitalismo se dio desde la revolución industrial, a partir de la cual la humanidad empezó a progresar exponencialmente a ritmo cada vez más acelerado. Si Adam Smith (1723-1790, autor de “La Riqueza de las Naciones”, obra considerada como el primer catecismo del capitalismo) pudiese escuchar la frase se levantaría de la tumba para decir: “Un momento. No me eches a mí ese fardo…”
La frase del presidente fue un exceso, al igual que otras que con frecuencia dice, cada vez más con menos atenuantes.